A 30 días de las urnas y con el balotaje en el horizonte: así se preparan los candidatos en Argentina

Redacción El País
Falta exactamente un mes para las elecciones, y el escenario nunca fue tan incierto. Por un lado, Javier Milei promete aniquilar “la casta” argentina con motosierra en mano y el espejismo de la polémica dolarización. Por otro, Sergio Massa anuncia una seguidilla de subsidios y la eliminación de un impuesto para minimizar el efecto político de la mayor inflación en 32 años, a costa de un costo fiscal que suma 1,5 billones de pesos argentinos. Todo esto mientras Patricia Bullrich trastabilla en las encuestas a falta de medidas económicas concretas.

Una encuesta de Argentina Opina publicada el fin de semana muestra que el candidato libertario sigue liderando el podio (34%), mientras que el de Unión por la Patria crece (28%) y la de Juntos por el Cambio cae (25%).

De esta forma, se cumple lo que predijo la vicepresidenta Cristina Kirchner hace unos meses: el escenario de tercios. Y por ahora, el balotaje más probable es entre Milei y Massa. El resultado de esa eventual elección en noviembre, con el antecedente del cisne negro en las PASO, es difícil de predecir.

Los números reflejan lo que se percibió desde el principio de la campaña electoral post PASO: la polarización entre Milei y Massa. Las coincidencias y chicanas entre los candidatos, dejando afuera a Bullich, obecede a un “pacto” según Juntos por el Cambio. Una teoría alimentada incluso por el expresidente Mauricio Macri.

Ambos candidatos eligen subir al ring al otro. Ayer, por ejemplo, Massa habló de él en el día del estudiante. “No quiero que los pibes vayan a la escuela armados porque existe la libre venta de armas en la Argentina. Quiero que el Estado les garantice la seguridad”, dijo el ministro de Economía al diferenciarse de la propuesta de libre portación de armas de Milei, aunque desde La Libertad Avanza (LLA) la relativizaron en las últimas semanas.

Bullrich, por su parte, elige apartarse de las suspicacias de Juntos por el Cambio en un intento por bajarle el perfil a la supuesta alianza que la dejaría afuera. “Me parece más una ingenuidad de Milei que un pacto hecho a las sombras”, dijo ayer la referente en diálogo con Radio Rivadavia.

Desde el principio, el economista libertario capitalizó el descontento del país, que registró en agosto la mayor inflación desde 1991, 12,4% (124,4% interanual), una moneda que queda sin valor y una pobreza que supera el 40%. Con la promesa de terminar con la “casta parasitaria”, la dolarización y el fin de la inflación, Milei transformó el “voto enojo” en “voto esperanza”, según la consultora Opina Argentina.

Con su estridencia, encabeza caravanas con una motosierra y con un dólar gigante, ambos símbolos en alusión a su plan económico. De igual forma, desde su victoria en las PASO, ha moderado su discurso. La dolarización es ahora un “sistema de libre competencia de divisas”, del que está seguro el dólar será victorioso. Y la motosierra se refiere una “reducción del gasto” dentro de un plan de “reformas de primera generación”.

“Oscilan entre mostrarse como una opción antisistema y presentar un programa político viable”, apuntó el diario La Nación.

Mientras tanto, Sergio Massa toma impulso con su “plan platita”: una serie de medidas destinadas a aliviar el bolsillo de la clase trabajadora; “medidas electoralistas” según sus contrincantes.

Desde la devaluación de 20% en agosto, los subsidios y exenciones de impuestos que benefician a las clases más pobres y a los jubilados, el ministro candidato ganó terreno.

“Está repartiendo a trocha y mocha y creo que esta va a ser la política hasta entrar al balotaje” el 19 de noviembre, explicó a la AFP el analista político Raúl Timerman.

Massa, siguió Timerman, actúa como un “presidente que va por la reelección” con actos oficiales que se confunden con mitines de campaña. La oposición lo llama “plan platita”, que incluye una “irresponsable” emisión monetaria. El FMI de hecho mostró preocupación por las “desviaciones de la política” y pidió mayor control en el gasto.

La exministra de Seguridad, por su parte, busca mostrarse fuerte con su candidato a ministro de Economía Carlos Melconian.

Ayer, por ejemplo, asistió a un evento del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP) escoltada de su eventual ministro. Allí, Bullrich apuntó contra Massa, a quien acusó de actuar con “absoluta irresponsabilidad” y “hundir aún más el país” por promover la reforma del impuesto a las ganancias. La negativa de Juntos por el Cambio a votar esa reforma en la cámara de Diputados aisló al partido.

Los candidatos se verán las caras el próximo 1 de octubre en el debate nacional, que promete ser una contienda encendida. (Con información de AFP y La Nación (GDA)

Predispuesto a integrarse a la campaña, según reconocen en ambos bandos de Juntos por el Cambio (JxC), el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no ha salido aún a militar a fondo por Patricia Bullrich.

Desde su derrota en las PASO, al jefe porteño se lo vio abocado al último tramo de su gestión en la ciudad y solo algunas fotos y acompañamientos dieron cuenta de que los puentes no estaban rotos entre los dirigentes que protagonizaron la interna más álgida en el primer turno electoral. “Horacio suma desde la gestión”, entienden en un sector del ala dura de Juntos. En el entorno de la exministra no se precipitan para sumarlo a la primera línea de la campaña. Entienden que todavía hay tiempo para, llegado el caso, ofrecerle un rol más protagónico en el armado político. “Sería un error sumarlo ahora, faltan 30 días”, sostiene una fuente partidaria a La Nación.