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Gustavo Martínez Pandiani: “En un gobierno de Massa, queremos cerca a Uruguay”

Es el principal referente del ministro de Economía y candidato a la Presidencia de Argentina, Sergio Massa, además de ser embajador en Suiza.

Cristian Asinelli (CAF-Banco de Desarrollo), Gustavo Martínez Pandiani y Marina Mantecón Fumadó, Directora de Asuntos Regionales
Cristian Asinelli (CAF-Banco de Desarrollo), Gustavo Martínez Pandiani y Marina Mantecón Fumadó, Directora de Asuntos Regionales.
Foto: La Nación/GDA

En un cuestionario que respondió por correo electrónico a El País, insistió en algo que ya ha recalcado su gobierno en cuanto a las negociaciones de Uruguay con China de cara a un TLC: “las decisiones en el Mercosur hay que tomarlas en manera conjunta”. Más allá de esto, dijo que Massa siempre está dispuesto a escuchar y que en un eventual gobierno suyo querría a Uruguay “cerca”.

—Un grupo de diplomáticos argentinos manifestaron en estos días el apoyo a la candidatura de Sergio Massa. Usted es el primero que firma el texto titulado “Por una política exterior pragmática al servicio del interés nacional, las exportaciones, el trabajo argentino y las inversiones productivas”. ¿Qué define por política exterior pragmática?

—Desde el espacio que conduce Sergio Massa concebimos a la política exterior como una herramienta para el desarrollo con inclusión, enfocada en la promoción de exportaciones con valor agregado, la atracción de inversiones que modernicen el aparato productivo, el apoyo a las Pymes y la generación de trabajo genuino y de calidad para los argentinos. Una política exterior pragmática, pero también estratégica y realista. Es decir, que priorice, por sobre todas las cosas, el interés nacional.

—¿Cómo se puede lograr ese objetivo?

—Con una Cancillería que colabore con la política del gobierno para consolidar mercados y conquistar nuevos destinos de exportación. Para ello, nuestros embajadores y cónsules deben conocer cómo se produce en una pyme de La Matanza y en las fábricas del interior; enfocarnos en tareas económicas y comerciales. Por eso, buscamos un Ministerio de Relaciones Exteriores práctico que negocie acuerdos ventajosos y condiciones de igualdad de acceso para nuestros exportadores, con embajadas y consulados que pavimenten el camino para que cada vez más emprendedores, pequeñas, medianas y grandes empresas de todo el país, puedan ofrecer y competir con sus productos y servicios en el mundo. Este pragmatismo, a su vez, está apoyado sobre una base firme de principios y valores como son la defensa de la democracia y los derechos humanos en todo el mundo, el multilateralismo, la promoción de políticas de género y diversidad, la lucha contra el cambio climático, la resolución pacífica de conflictos y el uso de la energía nuclear con fines pacíficos. Esos valores, junto a una defensa absoluta de nuestra soberanía, serán los pilares de la gestión internacional de Massa. Y, por supuesto, en el tope de nuestra agenda, la defensa de la causa Malvinas, un clamor popular y un mandato constitucional.

—¿Cuáles países serían prioridad para comercializar?

—Massa impulsa una política exterior en la cual los socios comerciales no se eligen por preferencias ideológicas o gustos personales como propone actualmente la oposición. Por el contrario, en el mundo real, las relaciones entre naciones se manejan por intereses y valores, no por prejuicios o caprichos personales. Mientras algunos prometen cortar vínculos con Brasil o China, nosotros queremos más mercados y más socios comerciales, no menos. Vamos a comerciar con todos aquellos países que nos brinden mercados para nuestras empresas y que generen oportunidades de empleo para nuestros trabajadores. Queremos exportar trabajo argentino en todos los mercados asiáticos, europeos, norteamericanos, de la India y de Latinoamérica.

Además, defendemos un modelo de negociación de acuerdos comerciales, económicos y políticos que beneficie a los trabajadores, a los empresarios nacionales, a las pymes, en definitiva, al conjunto de los argentinos y las argentinas. No buscamos cualquier acuerdo. Por el contrario, queremos asegurar que los acuerdos negociados impliquen oportunidades de desarrollo para nuestra gente. Y, para lograr esos objetivos, Sergio Massa es el candidato presidencial más y mejor vinculado con el mundo. Hace más de 10 años que trabajo muy cerca de Sergio Massa y organizar su agenda internacional. Sergio viene trabajando su propia agenda internacional hace muchos años; sus posiciones son públicas y muy conocidas. Ha forjado relaciones sólidas y duraderas con múltiples actores públicos y privados de los principales países del planeta, con un enfoque pragmático, con el interés nacional en su base, sin ideologismos. Ha construido una red de contactos muy importante que pondrá al servicio de su presidencia. Ello vale para las relaciones con Estados Unidos, con China y la India, con Brasil, con Europa, con organismos internacionales y bancos de desarrollo, con Israel y con América Latina en general.

—Desde sus inicios, el Mercosur ha funcionado en base a afinidades ideológicas. ¿Está de acuerdo con esta afirmación? ¿Qué debería hacerse para que funcione como un bloque económico, independiente de los gobiernos de turno?

—Lo primero que quiero aclarar respecto a esta cuestión es que el Mercosur en realidad nace como una decisión política y estratégica de los líderes fundadores, quienes más allá de eventuales afinidades ideológicas, entendieron que juntos somos más fuertes que separados. En rigor, el Mercosur nace con la intención de proteger la democracia y terminar con las hipótesis de conflicto que existían entre Argentina y Brasil en aquel momento. No nace pensando exclusivamente en aranceles y comercio, sino también como una decisión estratégica del Cono Sur de unirse ante eventuales rupturas de los regímenes democráticos, en un contexto histórico marcado por la salida de las dictaduras que tuvieron lugar en la región. Es decir que su concepción poco tiene que ver con una afinidad ideológica, sino más bien con una necesidad política y estratégica común. Esto es lo que nosotros seguiremos impulsando; un Mercosur que no dependa del signo político de cada gobierno. De hecho, en estos más de 30 años que pasaron desde su constitución ha habido gobiernos de distintos signos políticos en los países de los estados miembros y todos siguieron adelante con el bloque de integración regional. Ninguno rompió el Mercosur.

—¿Qué importancia se le daría al órgano en cuanto a su peso para lograr una mejor inserción internacional?

 

—La concebimos como la principal plataforma de inserción internacional para alcanzar el objetivo de exportar más valor agregado argentino al mundo. Por ello, trabajaremos junto a Brasil, Paraguay y Uruguay para promover juntos la apertura de nuevos mercados en la ASEAN, India, África, Medio Oriente, América Central y el Caribe. Queremos más socios que nos permitan mejorar la calidad de vida de los trabajadores y de los pequeños y medianos comerciantes. Buscaremos también consolidar y fortalecer el bloque, generar nuevas herramientas de integración, eliminar trabas al comercio, ampliar la agenda de negociaciones externas considerando los intereses nacionales y regionales, desarrollar instrumentos financieros para promover el comercio e implementar políticas con impacto directo en los ciudadanos en áreas como educación, movilidad, medio ambiente y derechos.

—Uruguay viene reclamando una modernización del bloque, ¿qué pasos se harían al respecto?

—Si para todo esto es necesario corregir algunos aspectos y modernizar el Mercosur para hacerlo más eficiente, lo haremos. Pero, poniéndonos de acuerdo entre los cuatro socios que somos, además, vecinos. Porque esa es la idea central del Mercosur: ser una casa común en la cual las decisiones se toman de manera conjunta y por consenso. No nos asustan las diferencias de criterio que puedan existir hacia el interior del Mercosur. Vamos a escuchar a todos, a cada uno de los estados miembro, y a construir consensos que nos sirvan a todos.

—Uruguay ha planteado una flexibilización del Mercosur y que le permitan negociar acuerdos de libre comercio con otros países. Argentina se ha opuesto a esto. En un eventual gobierno de Massa, ¿esta posición se mantendrá? ¿Se imaginan desde Argentina a Uruguay fuera del Mercosur?

—El Mercosur es en su esencia un mecanismo que funciona por consenso y que requiere la unanimidad de voluntades. Fue creado para decidir juntos, no por separado, por lo cual no está prevista la negociación individual, de forma aislada. Unidos, como un bloque que representa un mercado de 300 millones de personas, la quinta economía del mundo y una superficie de casi 15 millones de kilómetros cuadrados con diversos climas y riquezas, somos más fuertes. Por eso negociamos en conjunto, ese es el espíritu del Mercosur. Esto no implica que no se pueda ir adaptando a distintas alternativas operativas que respeten su espíritu constitutivo. Pero tenemos que tener en claro que somos una sola familia, buscarle la vuelta por ahí. Si para darle más fuerza e impulso es necesario modernizarlo, lo haremos; pero se hará por consenso, como corresponde. Manteniendo el principio básico de que tenemos un objetivo común y que negociamos todos juntos para tener más fuerza en la mesa de negociaciones. A Uruguay lo queremos cerca, no lejos. Somos pueblos hermanos y respetamos su propia mirada. En Massa siempre encontrarán un socio dispuesto a escuchar con atención.

—En agosto, en la última cumbre de los BRICS en Sudáfrica, Argentina fue invitada a sumarse como nuevo miembro, junto a otros países, entre ellos Irán. ¿Cómo justifica el ingreso de Argentina a un grupo en el que está el país presuntamente responsable del atentado a la AMIA?

—Nosotros el ingreso de la Argentina a los BRICS lo vemos como una gran oportunidad porque se trata de un bloque en el que están tres de las más grandes economías del mundo (China, India y Brasil) que, además, son nuestros principales socios comerciales. Rechazar el ingreso a BRICS es un disparate; nosotros creemos que la Argentina debe sentarse siempre en las mesas de negociación donde se discuten temas importantes para nuestro futuro. Como diplomático de carrera de más de 30 años de trayectoria aprendí que, si no estás sentado en la mesa, es muy probable que estés en el menú.

Es por todas estas cuestiones tan importantes que no deberíamos dejar de pertenecer a BRICS por la circunstancia que tenemos con un país en particular. Con ese criterio, deberíamos abandonar las Naciones Unidas. Es un argumento insostenible. Más aún, cuando los BRICS son un ámbito donde Argentina podrá expresar todas las preocupaciones y reclamos que pueda tener en esta materia en particular u otras cuestiones para con Irán o cualquiera de sus integrantes.

 

—En estos años China ha tenido una gran penetración en América Latina, siendo hoy el primer socio comercial de varios países. ¿Cree usted que esta tendencia se mantendrá? ¿Es China el mercado del futuro para bloques como el Mercosur?

—China hoy en día es una de las economías emergentes más importante del planeta, el segundo país en términos de cantidad de habitantes y tiene una proyección de crecimiento que le permitiría aspirar a generar el producto bruto interno más grande del mundo en las próximas décadas. Además, se ha convertido en un inversor relevante cuya participación no sólo está vinculada al sector productivo sino, también, a proyectos de infraestructura en muchos países de la región. Por ello, durante un gobierno de Massa el relacionamiento con China estará enfocado en continuar fortaleciendo la asociación estratégica con el objetivo de avanzar en el desarrollo de sectores claves como agroindustrial, energético e infraestructura. A su vez, tal como ocurre en muchos países del Mercosur, aspiramos a alcanzar una relación comercial más equilibrada; creemos que es necesario bajar el nivel de déficit comercial para hacer sostenible el vínculo de largo plazo. Para ello, buscaremos agilizar los procesos de apertura de mercado para productos argentinos de valor agregado, avanzar con la agenda bilateral de agrobiotecnología y promover joint ventures a través de empresas chinas que inviertan en la argentina para exportar al mercado asiático.

Este enfoque que proponemos para nuestra relación bilateral con China también lo proponemos para el resto del mundo y para la agenda de relacionamiento externo del Mercosur. Queremos comerciar más y mejor con Estados Unidos, Europa, Asia y cada una de las naciones que impliquen oportunidades de desarrollo para nuestra gente. Los mercados del futuro son los que nos acerquen a cumplir nuestro objetivo de mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos. En términos de comercio e inversiones, somos amigos de todos y satélite de nadie.

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