"Situación alarmante": la mitad de los jóvenes con discapacidad viven en hogares con "carencias críticas"

Redacción El País
La mitad de los niños y adolescentes con discapacidad viven en hogares con necesidades básicas insatisfechas o con "carencias críticas", según un nuevo informe presentado por este lunes en el Parlamento, que tomó como base los datos del último censo, realizado en 2023.

La consultoría elaborada por Mariana Cabrera, encargada por el Mides, en coordinación con Unicef y el Fondo de Población (Unfpa), de Naciones Unidas, arrojó que “en todos los indicadores seleccionados se mantienen brechas desfavorables para la población en situación de discapacidad, particularmente en los niños y adolescentes”.

"La magnitud de las brechas que dan cuenta en este informe, presenta una situación alarmante y requiere de acciones", destacó en conferencia de prensa el director de Discapacidad del Mides, Federico Lezama.

En Uruguay, viven unas 197.000 personas de cinco años y más con discapacidad, en su gran mayoría mujeres (122.000). Entre los cuales hay más de unos 18.000 niños y adolescentes (de 5 a 19 años), y le siguen los adultos de 20 a 64 años (82.000) y luego los de 65 años en adelante (97.000). Las dificultades de visión y movilidad son las más frecuentes.

El informe puso la lupa sobre las brechas en el acceso a la educación y al mercado de trabajo, así como en algunas condiciones de la vivienda y servicios básicos, comparando los indicadores de la población con y sin discapacidad.

A nivel educativo, se ha visto trayectorias educativas "con rezago”, así como una desvinculación “más temprana” del sistema educativo, que repercute en la culminación de los ciclos, tanto en el porcentaje que termina, como en la edad a la que lo hace.

El 83% de los adolescentes de entre 16 y 17 años con discapacidad que se mantienen en el sistema educativo ha accedido a la educación media, frente a un 98% en personas sin discapacidad.

El 14% de los estudiantes con discapacidad de entre 16 y 17 años se mantiene en primaria, en su mayoría en escuelas especiales. Y casi uno de cada cinco (el 17%) estudiantes de entre 15 y 17 años con discapacidad no ha terminado aún la escuela, mientras que entre aquellos sin discapacidad es casi “universal”.

La culminación de educación media superior (liceo o UTU) es “baja” para todos los jóvenes entre 21 y 23 años, pero es “más acentuada” entre quienes padecen algún tipo de discapacidad: 36% frente a 51%.

El reporte también devela una “menor” participación de esta población en el mercado de trabajo, una “mayor” diferencia en el acceso efectivo a este y más dificultades para conseguir empleo.

La tasa de empleo entre los 20 y 64 años es 29 puntos porcentuales menor en la población con algún tipo de discapacidad (49% frente a 78%). Además, la tasa de desempleo en la misma población es de 14% frente a 8% entre aquellos sin discapacidad.

Por otro lado, el informe también da cuenta que el 29% de las personas con discapacidades no tienen acceso a Internet en su hogar, frente a un 18% entre quienes no las padecen.

Casi la mitad (47%) de las personas de 5 años y más cuenta con una computadora o tablet en el hogar, 18 puntos porcentuales menos que en la población sin discapacidad.

“Las carencias en las condiciones de vivienda y acceso a servicios básicos pueden tener mayores impactos en las personas en situación de discapacidad porque estas carencias se suman a las barreras ya existentes, amplificando su vulnerabilidad y limitando su autonomía”, destacó el reporte.

Con estos datos, el Mides trabaja en un plan nacional de accesibilidad y derechos. El ministro Gonzalo Civila dijo que aguarda que el Instituto Nacional de Discapacidad sea “una realidad” a partir de la aprobación del Presupuesto.