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El perfil de los antivacunas uruguayos: ¿quiénes son, qué edades tienen y cuál es su mensaje?

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Salle lidera una protesta frente al MSP por la vacunación a niños contra el COVID-19. Foto: Estefanía Leal
Protesta de grupo antivacuna liderado por Gustavo Salles, contra la vacunacion contra el Covid19 a niños tras el informe de la Comision Nacional Asesora de Vacunas recomendando al Ministerio de Sapud Publica avanzar en la extension de la vacunacion en niñas y niños de 5 a 11 años, movilizacion desde el MSP a la Torre Ejecutiva en Montevideo, ND 20211124, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

MOVIMIENTO

Aunque solo un 5% de los adultos eligió no vacunarse contra el nuevo coronavirus, los grupos crecen en convocatoria.

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Mientras más de 20 científicos integrantes de la Comisión Nacional Asesora en Vacunaciones (CNAV) en conjunto con las principales autoridades del Ministerio de Salud Pública (MSP) discutían y aprobaban la vacunación de los niños de entre 5 y 11 años, a pocos metros decenas de manifestantes tenían carteles que decían: “A los niños no los toquen”.

La aprobación de la vacuna contra el COVID-19 para esa franja etaria parece haber sensibilizado particularmente al movimiento antivacunas, que rechaza la inoculación de los más chicos prevista para 2022.

“Nos sensibiliza más el tema de los niños porque hay una manipulación hacia los ciudadanos, llevándolos a los vacunatorios, y la cancha está flechada”, dijo al respecto el líder del movimiento antivacunas, Gustavo Salle. Esa “manipulación” a la que se refiere Salle no contempla que los científicos decidieron por unanimidad que la vacunación a niños en Uruguay sea “no obligatoria”, es decir, que no se requiera para nada. “Se enfatiza que la vacunación no debería suponer una limitante en este grupo etario para su acceso a cualquier actividad que los involucre, garantizando sus derechos”, sostiene el MSP en el comunicado. Según supo El País, el punto de la no obligatoriedad fue en el que más insistieron los científicos de la CNAV.

Pero, a pesar de lo que dice el comunicado, Salle sostuvo: “A nosotros las mentiras del Poder Ejecutivo ya nos tienen cansados porque por un lado se dice no obligatoria, pero también hay un accionar que implica coacción y hay una obligatoriedad de hecho”.

Para el abogado, los científicos que participaron de la comisión de vacunas de ayer “actuaron políticamente y no científicamente”.

El perfil.

Los manifestantes de estas posturas prefieren no llamarse “antivacunas” a sí mismos. Para el periodista e integrante del movimiento, Federico Leicht, lo que define a las personas que son “críticos con estos temas” es “el componente de búsqueda de la verdad”.

Leicht cree que los tapabocas no son más que “un trapo de porquería que no sirve para nada” y, por este tipo de opiniones, hay una “presión social brutal”. “Quedamos relegados porque vivimos en una aldea llamada Uruguay en donde somos estigmatizados y señalados con el dedo todo el tiempo”, explicó el periodista a El País.

Por su parte, Salle dijo que la edad de los integrantes del movimiento antivacunas es algo que le “preocupa y mucho” porque “la mayoría son veteranos”.

Antivacunas se manifiestan tras recomendación de inocular a niños. Foto: Francisco Flores
Antivacunas se manifiestan tras recomendación de inocular a niños. Foto: Francisco Flores

Hay dos paradojas en la caracterización de Salle. Por un lado, el hecho de que el COVID-19 ha atacado en mayor medida a las franjas etarias mayores, y esos “veteranos” a los que se refiere hoy son la población uruguaya de mayor riesgo porque, además de su edad, no cuentan con la inmunización correspondiente. Por el otro lado, Salle entiende que es paradójico que no sean los jóvenes los principales integrantes del movimiento y que estos “sí participen de movilizaciones de mucha menos trascendencia existencial y política como son los temas vinculados al referéndum contra la LUC o el movimiento LGBTQ”. Eso, según el abogado, “ya está previsto en la ley” y el motivo por el que continúan manifestándose por esas causas es que “la pseudoizquierda colonizó todo el poder de convocatoria entre la juventud”.

Más allá de la edad, según Salle, todas las personas que concurren a las manifestaciones en contra de la vacunación “integran un grupo totalmente heterogéneo en lo político, filosófico y religioso”. “El denominador común es la investigación y la transparencia para que se sepa todo”, explicó el líder de la organización.

En Uruguay hay un 5% de la población que ha decidido no vacunarse contra el COVID-19. A pesar de que la cifra es ínfima en comparación con otros países europeos que tienen al 50% de su población sin vacunar, la convocatoria a las manifestaciones en contra de la vacunación aumentó significativamente en los últimos meses.

Coordinan entrega con Pfizer
Dosis de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19. Foto: AFP

Hace meses que los manifestantes antivacunas se oponen, con mayor contundencia que a la vacunación de adultos, a la administración de las dosis contra el COVID-19 a los niños.

Al presidente Luis Lacalle Pou le gritaron “vendepatria”, “genocida”, “delincuente”, “ladrón” en el acto del 25 de agosto, seguido de otros como “con los niños no” y “los niños no se tocan”.

Ahora, luego de que los científicos que asesoran al gobierno se pronunciaran, la inoculación de los menores no parece traer dificultades logísticas y ya es un hecho. El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo que en los próximos días las autoridades se contactarán con el laboratorio Pfizer para acordar la secuencia y fechas de entrega de las dosis. Delgado remarcó que la vacunación no es obligatoria pero “la responsabilidad del gobierno es tener la disponibilidad de vacunas para aquel que lo quiera hacer con el consentimiento de los padres”, según explicó. El jerarca había anunciado un acuerdo del gobierno con Pfizer para el suministro de 3,7 millones de dosis de la vacuna anticovid para 2022, pensando en la probable vacunación de niños.

Las acusaciones al gobierno

Entre los líderes de la movilización de ayer estaban el abogado Gustavo Salle y el médico Javier Sciuto, quienes expresaron sus críticas hacia la política del gobierno respecto al COVID-19, que consideraron “nazista”. “Salinas genocida” fue uno de los cánticos que entonaron en la manifestación, además de “los niños no se tocan” en referencia a la definición de vacunarlos.

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