El Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay(INAU) presenta este martes las cifras correspondientes al trabajo infantil y adolescente en el 2022. Según se adelantó a El País, en ese año hubo un incremento del 48% en la solicitud de permisos para la actividad adolescente, lo que demuestra la “fortaleza” del sistema uruguayo, aseguró el presidente del INAU, Pablo Abdala, quien también le respondió a una relatora de Naciones Unidas.

En el año 2021 hubo 1.026 solicitudes de permisos para habilitar la actividad laboral en adolescentes de entre 15 y 18 años. En el 2022 se recibieron 1.666 pedidos, lo que marca un incremento del 48%. “Es un incremento interesante”, declaró Abdala a El País.

En el 2023, adelantó Abdala, se espera que continúa una “tendencia de crecimiento” de la actividad y de la eficiencia. Hasta mayo se habían recibido 600 pedidos de permisos. “A mi juicio indica una mejora en la formalización del trabajo adolescente”, destacó.

En cuanto a las denuncias, se señala que en el 2022 se recibieron 38 denuncias, la misma cantidad que se recibieron en el 2021. Por su parte, en el 2022 se realizaron 2.070 inspecciones y se constataron 21 accidentes de trabajo. En el 2021 hubo 1.684 inspecciones y solo tres accidentes registrados.

Abdala aclaró que las denuncias “no son graves”; muchas veces tienen que ver, dijo, con situaciones familiares. “A veces un vecino denuncia que una familia hace trabajar a su hijo en el almacén de la casa; no se los multa, pero se los orienta y asesora. Los accidentes ninguno fue fatal ni grave”, señaló.

En ese sentido, defendió el sistema del control del abuso laboral infantil y comentó que es destacado incluso por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a pesar de que la relatora de las Naciones Unidas, Mama Fatima Singhateh, haya dicho en una conferencia de prensa que en Uruguay se daban “las peores prácticas” asociadas a esa problemática.

“Nada más alejado de la realidad del Uruguay. Te podés encontrar una situación grave de abuso, pero es marginal. En el Uruguay los niveles de decencia y respeto por los derechos de los niños y los adolescentes son fuerte; es una situación digna y decorosa. Los estándares que manejamos son de mucho respeto por los niños”, lanzó.