La familia Aguirre Flores, residente de Salto, sufrió uno de los peores dramas del año. En un instante pasaron de ser una familia normal, típica, trabajadora, unida y sin mayores inconvenientes, a ver cómo el mundo se les vino abajo cuando sus cuatro hijos tuvieron riesgo de vida.
Un incendio desatado de un momento a otro en la cocina de la casa, por efecto de una garrafa defectuosa, un domingo cualquiera al mediodía, terminó haciéndolos vivir a ellos, a sus familiares y a los vecinos del barrio Parque Solari de Salto, uno de los peores momentos, de los más terribles, de angustia, dolor y caos.
Los cuatro niños de entonces 9, 7, 6 y 3 años quedaron encerrados mientras adentro todo se prendía fuego, al tiempo que su padre había quedado inconsciente producto de la inhalación de humo, y no podía prestarles ayuda.
Los heroicos vecinos, al ver la dramática situación que les estaba tocando vivir, llegaron dispuestos a todo, incluso pudieron cortar con una amoladora las rejas de una ventana para poder rescatar a todos los que estaban atrapados adentro entre el grito, el llanto y los pedidos de ayuda de los niños, y trasladarlos hasta distintos centros asistenciales de la ciudad litoraleña, donde les salvaron, en algunos casos de milagro, la vida a todos.
Ese domingo 3 de agosto, quedará en la retina de la comunidad del barrio Parque Solari, por lo allí vivido. Luego sobrevinieron semanas de internación en Centro de Quemados del Pereira Rossell de Montevideo, con terapias, pedidos de ayudas públicas por parte de los familiares para solventar los gastos de la familia en la capital, costear diversos tratamientos, cuidados paliativos y así varias cosas más, gracias a lo que hoy en día viven en plena recuperación.
Hace pocos días, Elina Flores y Matías Aguirre, los padres de los cuatro niños que se llevaron la peor parte de toda esta historia, viven una nueva realidad. En una carta que hicieron pública, contaron lo que les tocó vivir y agradecieron a la población por la ayuda recibida, así como también al equipo médico de Uniquer del Hospital Pereira Rossell, encabezado por la Dra. Beatriz Manaro.
La ayuda de la comunidad de Salto
Informaron además que si bien su casa quedó en ruinas, por efecto del voraz incendio que la afectó en su totalidad, la Intendencia de Salto y los vecinos los están ayudando a reconstruirla.
Mientras tanto, el propio intendente de Salto, Carlos Albisu, financió de su propio bolsillo una vivienda para que los niños puedan vivir junto a sus padres mientras se les repara la casa. El hecho fue dado a conocer por la propia familia en la mencionada carta pública firmada por los padres de los niños, Matías y Elina que agradecieron el gesto del jerarca.
Pero el pasado 24 de diciembre, el propio jefe comunal junto a su esposa, la Dra. Natalia Fleurquin, reconocida médica pediatra del departamento, fueron a visitar a los pequeños a la casa donde están habitando provisoriamente y allí les llevaron algunos regalos, entre los cuales había una consola de videojuegos y otros artículos para el bienestar de los niños.
Además, ambos revisaron el estado de salud de los niños, teniendo en cuenta que Albisu es uno de los cuatro médicos otorrinolaringólogos que tiene el departamento, así como también conversaron animadamente con ellos y sus padres, prometiéndoles una pronta recuperación y el apoyo para que puedan salir adelante, tras un episodio que les causó un grave problema, pero que lejos de dejarlos sin esperanzas, les dio valor, ánimo y apoyo para apreciar la vida de otra manera.
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