Redacción El País
Gustavo Ureta, el niño de 9 años —alumno de la escuela 217 ubicada en Shangrilá— que padece meningococo se encuentra estable y evoluciona favorablemente al tratamiento con antibióticos que le suministran en el Hospital Pereira Rossell. Sus padres, que trabajan de forma independiente, solicitan colaboración para poder seguir atendiéndolo en estas semanas en las que no pueden trabajar.
"Viene estable y mejorando varias cosas que tenía, que era rigidez en todo el cuerpo, el dolor de cabeza que era muy fuerte, fiebre", confirmó Ana de León, madre del niño.
Según detalló De León en diálogo con Subrayado (Canal 10), los doctores explicaron que el niño padece la cepa C, "la más fuerte y agresiva", por lo que deberán realizarle una resonancia magnética "para saber si se generó pus en el cerebro", situación que haría más complejo el cuadro.
Ureta "perdió un poco la audición de uno de los oídos", y se encuentra en cama "muy deprimido", detalló la mamá del menor, quien confirmó que le harán una evaluación psicológica para darle acompañamiento emocional.
Dado el cuadro que presenta el niño, se encuentra internado en aislamiento. "No puede ingresar nadie, solamente nosotros dos, entonces estoy yo o está el papá y no nos queda otra opción", explicó la madre de Gustavo Ureta.
Colaboración para los padres de Gustavo Ureta
El club El bosque, donde Gustavo participa del baby fútbol en la categoría 2016, abrió un llamado de solidaridad para dar ayuda a sus padres.
"Deberá estar internado al menos tres semanas más y a su familia se le está dificultando económicamente la posibilidad de seguir trabajando para tener ingresos", detalló el club, que apeló a la solidaridad de quienes puedan colaborar a través de los siguientes colectivos:
cuentas Brou 001819510 – 00002; Prex 19901966 o Mi dinero 1537775.
El diagnóstico de meningococo
El Ministerio de Salud Pública (MSP) confirmó el pasado miércoles un caso de meningococo en un alumno de la escuela 217 ubicada en Shangrilá, por lo que activó el protocolo correspondiente.
Mónica Castro, la directora de Epidemiología del MSP, explicó que el protocolo se activó ni bien se sospechó del caso. Para esto, se hizo en primer lugar "un relevamiento de todos sus contactos intradomiciliarios" para saber si el niño acudía a algún centro deportivo o hacía alguna actividad fuera de la escuela.
"Se evalúan esos contactos y se hace una quimioprofilaxis, que es la administración de un antibiótico que previene, si hubo contacto, que pueda desarrollarse esta enfermedad en otras personas", explicó Castro en diálogo con Subrayado (Canal 10).
Asimismo remarcó que algunos síntomas a los que hay que prestar atención en estos casos son fiebre, malestar general, dolor de cabeza y la aparición de "algunos puntitos rojos en la piel". Por esto, se indicó a los padres de los alumnos que durante unos cuatro y cinco días tienen que estar atentos a estos posibles síntomas y consultar a su prestador de salud en caso de ser necesario.
La cartera descartó el cierre del centro educativo, ya que entienden que no hay evidencia científica que lo valide y es suficiente ventilar e higienizar los ambientes.