Uruguay tuvo en 2024 la menor cifra de muertes por SIDA del quinquenio, pero incumplió con la meta de Onusida

Pese a los avances en el diagnóstico y el tratamiento con antirretrovirales, unas 7.000 personas, de 17.000 que tienen la enfermedad a nivel local, no alcanzan la carga viral indetectable.

Con motivo del día nacional del VIH, ASSE realizará hoy test gratuitos. Foto: AFP
Prueba de VIH.
Foto: AFP.

En 2024 se registró la cifra más baja de fallecidos por SIDA en Uruguay del último quinquenio, según un informe del Ministerio de Salud Pública (MSP) presentado este lunes, en la víspera del Día Nacional de VIH-SIDA, el que se conmemora hoy. Un 29 de julio, pero de 1983, se detectó el primer caso de la enfermedad, que hoy tienen unos 17.000 uruguayos, según proyecciones oficiales.

Mientras en 2024 murieron 114 personas por SIDA —77 hombres y 37 mujeres—, en 2023 fueron 136, y en 2022, con 165, se registró el pico máximo del lustro. La cifra oficial más reciente también se ubicó por debajo de los fallecidos por esta causa en 2021 (130), 2020 (152) y 2019 (154).

En todo el territorio, el año pasado se detectaron 842 casos nuevos —la cifra más baja desde 2021 (767)— lo que supone una tasa de 23,5 nuevos diagnósticos de virus de inmunodeficiencia humana (VIH) cada 100.000 habitantes. El 72% de los nuevos diagnósticos fueron en hombres, y la vía de transmisión sexual sigue siendo la principal causa de contagio, concentrando 523 del total de casos.

El año pasado se realizaron 524.822 test —entre pruebas rápidas y de laboratorio—, por debajo de los cerca de 600.000 que se hicieron en 2023. Las tasas más altas de nuevas infecciones en 2024 se observaron en Montevideo, Maldonado, Treinta y Tres, Paysandú y Rivera. El 57% (480) de los nuevos contagios fueron diagnosticados en prestadores públicos.

Con relación a las notificaciones del período 2020-2024, los varones representan el 69,8% de los nuevos diagnósticos. El grupo con mayor incidencia fue el de 25 a 44 años, seguido por el de 45 a 64 años. La mediana de edad de los nuevos diagnósticos de VIH fue de 37 años. La transmisión vertical estuvo por debajo del 2% en el último quinquenio.

Más allá de los avances, Uruguay no ha logrado cumplir con la meta promovida por Onusida a nivel internacional, a la que el país adhiere, conocida como “95-95-95”.

Esto implica que el 95% de las personas que viven con VIH conozcan su diagnóstico, que el mismo porcentaje de quienes están al tanto de su estado accedan a un tratamiento, y que también el 95% de estos alcancen la supresión viral.

De acuerdo a las cifras de 2024, el 91,7% de uruguayos viviendo con VIH (15.586) conocen su estado serológico. De estos, el 83% (12.940) están recibiendo tratamiento antirretroviral (TARV). Y, de estos últimos, el 77,2% (9.984) se encuentra con carga viral indetectable —o sea que no transmiten la enfermedad.

Si bien aumentó en los últimos años el porcentaje de personas que conocen su diagnóstico, y que accedieron a un tratamiento, hay una meseta entre quienes lograron la supresión viral: se trata de unas 7.000 personas.

La infectóloga Susana Cabrera, responsable del programa ministerial de infecciones de transmisión sexual (ITS), VIH y hepatitis, destacó a El País que en 2024 hubo “menos fallecidos, bajaron un poco las infecciones y hay mucho testeo”. No obstante, sostuvo que “todavía hay una brecha” entre quienes tienen el diagnóstico y aquellos que logran alcanzar la supresión viral. “Yo creo que hay números mejores, pero me parece que estamos en condiciones de avanzar más”, dijo.

Cabrera también cuestionó que a un 30% de los nuevos casos se está “llegando tarde”, en función de las mediciones de linfocitos T CD4. En 28,8%, el diagnóstico fue en etapa de infección avanzada, y en 14,6% el diagnóstico fue tardío, puntualizó el informe del MSP.

La barrera más efectiva para prevenir VIH, sífilis y otras enfermedades de transimisión sexual sigue siendo el correcto uso del preservativo. Cabrera dijo que más allá de seguir insistiendo con esto, se debería avanzar a una “política pública” que incluya la profilaxisis preexposición (PREP), el consumo de antiretrovirales, para quienes están “más expuestos” a adquirir VIH por sus prácticas sexuales.

“Tenemos que pensar que la sexualidad se vive de manera diferente. Más allá de que sigamos con el condón, hay gente no lo está usando. Y en esos casos conviene tener otras cosas disponibles”, dijo Cabrera.

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