El médico internista que estaba abocado a la atención en el seguro médico privado Summum aceptó la oferta del gobierno para dirigir desde hace poco más de un mes el Hospital Maciel, el más antiguo del país que fue fundado en 1788, uno de los centros más relevantes de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
En entrevista con El País, el médico y docente en el Maciel desde hace dos décadas Fernando Ramos destacó que el centro de ASSE ofrece “servicios de excelencia” a nivel asistencial, al mismo tiempo que existen “largas listas” de espera para consultas médicas y problemas de “organización y planificación” con los medicamentos, entre otros desafíos.
- ¿Qué le motivó a dirigir uno de los hospitales más grandes de ASSE?
- Si bien en ningún momento estuvo en mis planes la dirección, sino más bien la parte docente y asistencial, fue el cariño por el hospital, los pedidos y las ganas de revitalizarlo y devolverle un poco lo que se llamó la Actitud Maciel, en la gestión de Álvaro Villar.
- ¿En qué situación se encuentra hoy el Maciel?
- Sigue siendo un hospital de excelencia. A veces uno no está acostumbrado a escuchar la palabra excelencia en el ámbito público, pero existen procesos asistenciales de excelencia. Es cierto que hay debilidades y diferencias con lo privado. Tiene listas de espera con especialistas que son mucho mayores, sobre todo que en los seguros, no estoy tan seguro con las mutualistas.
- Desde el FA se ha marcado la falta de medicamentos y la demora de los tiempos de atención como las principales críticas a la gestión anterior. ¿Cómo está el Maciel en estos dos puntos?
- La lista de espera para las consultas es una de las preocupaciones. El Maciel tiene una lista de espera importante. En algunos casos, es centro de referencia nacional, por ejemplo, en litotricias o cirugía de tórax, donde la lista de espera es muy grande. Pero junto con la lista de espera se produce otro problema grande: el ausentismo a la consulta.
- ¿En cuánto ronda?
- Cerca del 30%, cuando lo estipulado está en torno al 10% o 15%. Siempre existe, pero cuando además falta el paciente y para volver a sacar hora pasan seis meses, no es lo mismo que en otro lugar donde consigue hora en 15 días. Hay servicios, como el de Nefrología, tienen un muy bajo índice de ausentismo porque cuentan con un sistema que llaman por teléfono para decirle que tiene que venir. Ese sistema es uno de los objetivos, quizás utilizando herramientas como una aplicación y no llamadas, para mejorar el ausentismo.
- ¿Y con respecto a los medicamentos?
- Ha habido mayor desabastecimiento en estos últimos años, que eso igual ha sido mucho más grande a nivel de las policlínicas que en el hospital.
- ¿Desabastecimiento lo traduce con que no se compra o que no llega en fecha?
- A veces no llegan en fecha o hay medicamentos que se discontinúan.
- ¿Pero es un tema de gasto?
- Más que de gasto, es más de organización.
- ¿No pedir a tiempo la cantidad justa de medicamentos?
- Si, creo que es un tema de organización y planificación. Y el hecho de que en determinada policlínica no haya medicamentos hace que quien requiere un medicamento en una policlínica, y le dicen 'acá no hay', va a otra. Le dicen lo mismo y viene al hospital. El Maciel lo hace, pero no debería ser la función. El hospital debería de centrarse sobre todo en los pacientes de mayor complejidad y que el de menor complejidad pueda tratarse lo más cerca posible de su casa, que es lo más razonable.
- En el primer nivel de atención...
- Sí, pero que eso vaya acompañado también de los medicamentos. Porque si lo atendés, pero después tiene que ir al hospital a retirar la medicación, es como que al paciente en muchos casos no le resolviste su situación.
- ¿En cuánto se ubica el déficit heredado?
- A nivel del hospital no lo tengo. Pero más que en el déficit se está trabajando en pagar las cuentas pendientes, que deben de haber siempre. Ahora se está pagando cuentas de enero a la mayoría de proveedores por unos $ 7 millones.
- ¿Qué objetivos tiene por delante en estos cinco años?
- Muchos y progresivos. A nivel edilicio, hacer algunas obras impostergables, como el hospital de día, abrir el centro de diálisis crónico y reestructurar la farmacia y la emergencia. A nivel del personal, tratar de lograr la mayor fidelidad para que el hospital no sea un lugar donde se formen recursos y después se vayan. Para ello, la gente tiene que trabajar bien, cómoda y poder desarrollar sus proyectos profesionales. Y a nivel asistencial, potenciar toda la excelencia que ya hay en atención, pero que eso se traduzca en un beneficio siempre para el paciente. Y también mejorar los mejorar en los procesos de entrega de medicamentos.
- ¿Hoy le están faltando medicamentos?
Faltan algunos, pero eso se va a resolver y no es algo que me inquiete. Sí mejorar la entrega de fármacos, de aumentar el número, por ejemplo, en pacientes crónicos para que puedan gestionar la medicación antes de venir a la farmacia y no hagan fila. Por día, en las farmacias del Maciel se entregan 500 números, que por mes son más de 36.000 recetas. La idea es que el paciente venga y ya tenga su medicación preparada. Además, tratar de aumentar la cantidad de medicamentos que se puedan entregar por correo.
- ¿Tiene otro objetivo en mente?
El Maciel resuelve una enorme cantidad de problemas asistenciales, pero es un gran comprador de servicios también. En ese sentido, hay que trabajar hacia un balance, de complementar lo máximo posible dentro de lo público. Se va a seguir necesitando y complementando con los privados, no es ninguna mala palabra, pero que también el hospital pueda hacer. Ya se hacen complementos de servicio con lo público -que no es venta de servicios- pero se puede aumentar la venta de servicios de excelencia.
- ¿Vender procedimientos a las mutualistas o al seguro médico?
Si, por ejemplo, la cirugía bariátrica hoy los pacientes lo pagan particular. Pero, otro ejemplo, en el servicio funcional respiratorio hay estudios que se hacen en el Maciel que hay pocos lugares con este nivel de excelencia. El Maciel lo que no tiene es marketing.
- ¿Dónde están las principales dificultades que enfrentará en la marcha cotidiana?
El gran desafío, más que dificultad, es lograr comprometer a todos los trabajadores en el mismo proyecto colectivo. Por supuesto, también invertir en infraestructura y equipamientos. En ese sentido, habitualmente cuando se compra un equipo no se prevé que hay que reponerlo, que requiere un service...
- Ya ha pasado con el tomógrafo en el último tiempo...
Si, y cuando un tomógrafo no funciona eso retrasa al paciente con eventuales perjuicios para su salud, genera compra de servicios y una sobrecarga de los traslados. Es una cantidad de traslados que no están previstos, y que son un montón. Es carísimo en todos los aspectos.
- Ha circulado que por estos días se forman largas filas de ambulancias en la tarde por la demora en la liberación de camas, ¿qué está ocurriendo?
El tema de las demoras en ambulancias, tanto en el ámbito público como privado, siempre es un tema de preocupación. Para eso es fundamental que el sector de moderados, sobre todo, genere camas para que los pacientes que están en emergencia ingresen y las ambulancias no estén haciendo colas. Es algo muy penoso para el paciente, para la familia que a veces está parada al lado, y para el equipo de salud.
- ¿No se está dando la coordinación suficiente para liberar camas?
No, la coordinación está. Por momentos, el sistema se ve sobrecargado y la respuesta es compleja. Otro de los objetivos es disminuir el tiempo de estadía hospitalaria de los pacientes agilizando los procesos de atención, para que los estudios demoren lo menos posible y la atención se haga en los mejores tiempos posibles. Pero además, los hospitales públicos tienen en general un porcentaje de pacientes que están dados de alta médica, pero que por razones sociales no se pueden ir, que hoy está en un 15%, un valor casi histórico.
- Es un porcentaje elevado…
Muy elevado. Siempre hubo, pero va aumentando. Algunos son personas que vivían solos, ya no están en condiciones de volver a su casa solos, y hay que buscarles una solución porque no tienen los recursos para pagar un residencial. Entonces quedan a veces internados meses y meses.
- ¿El 15% de cuántas camas?
Hay 254 camas de cuidados moderados funcionando. Así que son más de treinta camas para estos pacientes. De hecho, se hace un reporte semanal a ASSE.
- ¿Se trata de buscar una alternativa?
Se trata, pero los resultados... Va ser un objetivo de ASSE tratar de tomar el tema como de toda la red.
- ¿Cuáles son los especialistas que más faltan para la operativa del Maciel?
En este momento, psiquiatras. El país está atravesando un problema de salud mental profundísimo en el cual la asistencia médica es la punta del iceberg. Desde el punto de vista médico hay que dar una respuesta en lo asistencial y en la rehabilitación.
- ¿Hay una salud para ricos y una salud para pobres en el sistema uruguayo de salud?
La realidad es que sí. De todo hay para ricos y para pobres, y la salud no está fuera de eso. Existe la accesibilidad al sistema de salud a nivel de gente de mayor poder adquisitivo es mayor. Pero el sector público tiene algunas fortalezas que se visualizan poco.
- ¿Por ejemplo?
Una persona que se atiende en un hospital público puede acceder a que su caso sea discutido por profesores de especialidades en un ateneo, que en lo privado no es tan común, y eso se hace todos los días. Está demostrado que en los hospitales donde se ejerce docencia, la calidad asistencial es mejor. También hay una ventana de venta de servicios enorme, que es ganar-ganar, porque es mejor para el paciente, más económico para la mutualista, los tiempos de internación son menores y la gente que está formada también tiene su práctica. Siempre hablamos mucho de las debilidades y me gusta también valorar lo que son las fortalezas del ámbito público.
- ¿Qué vínculo va a tener el Maciel con el Hospital del Cerro?
La idea es tener un acuerdo de complementación de qué se puede resolver en un lugar y en otro. No nos hemos reunido todavía por un tema de agenda, pero lo vamos a hacer con el Hospital del Cerro, que somos su centro de referencia.
- ¿El Hospital del Cerro descomprime la operativa del Maciel?
Es muy difícil de responder eso porque los hospitales siempre trabajan muy cerca del 100%. Yo creo que sí descomprime, pero no se hace tan visible porque siempre si se tiene lugar van a venir pacientes.
- La comisión de apoyo liderada por Homero Bagnulo impulsó un nuevo centro de hemodiálisis. La pasada gestión desarmó el proyecto original e incumplió la promesa de inaugurarlo. ¿En qué situación está la obra?
La obra está muy avanzada. Hay algunos aspectos que tienen que ver con conexiones de agua para poder comenzar a hacer algunas pruebas. Resuelta la conexión de OSE, en un mes estaría en condiciones de inaugurarse.
- ¿Cuáles serán las características del proyecto final?
El centro va a tener 16 sillones -que van a estar trabajando muy cercano al 100%- con una calidad del equipamiento de primerísimo nivel, con un personal médico de enfermería que tiene un entrenamiento y controles internos muy importantes. La calidad del servicio se va a asegurar como existe ahora, pero mejorado con la estructura y el equipamiento, con un plus: el centro del Maciel es el único que realiza diálisis de noche.
- ¿Cómo le gustaría que recuerden su gestión?
Me gustaría que se recuerde una gestión de trabajo en equipo, de escucha, de estar presente en los lugares donde están los problemas, o las cosas lindas. Y que haya proyectos de trabajo que tengan más que ver con un proyecto hospital que con personas.