Tras las críticas de Orsi al estado financiero de Ancap, la oposición apuntó a la omisión de un dato clave

En una sorpresiva conferencia el presidente planteó que los "números negativos" de la petrolera obliga a un "cambio de gestión", aunque "sin afectar el bolsillo de los uruguayos", pero omitió decir que la empresa tuvo detenida su refinería por mantenimiento y medidas gremiales en 2024.

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Yamandú Orsi entró a la Torre Ejecutiva por primera vez como presidente
Yamandú Orsi a la salida de Torre Ejecutiva.
Foto: Ignacio Sánchez/El País.

El presidente de la República, Yamandú Orsi, bajó directo desde su despacho en el piso 11 de la Torre Ejecutiva hasta la sala de conferencias de la casa de gobierno para dar este viernes, poco antes del mediodía, un mensaje ante los medios que ocasionó una reacción en bloque de la oposición: afirmó que el estado financiero de Ancap tenía números "negativos" que "repercuten en la gestión" y muestran una situación que no se había registrado en los últimos "10 años".

La movida de Orsi fue sorpresiva. No hubo convocatoria previa a la prensa —asistieron solo los medios que estaban presentes en el edificio—, porque según señalaron a El País fuentes de Presidencia el jefe de Estado tomó una decisión "de último momento", luego de reunirse con la ministra de Industria, Fernanda Cardona y la presidenta de Ancap, Cecilia San Román, y escuchar el balance de la principal empresa pública.

En resumen, el mensaje que transmitió Orsi es que la petrolera estatal perdió el año pasado unos US$ 118 millones, que enfrenta actualmente endeudamiento de US$ 255 millones, y que la situación contrasta con el panorama que la empresa tenía en 2019, cuando "Ancap daba US$ 41 millones de ganancia".

Orsi también habló de una "novedad con la que se encuentra el nuevo directorio" de la estatal, y es que "en noviembre el anterior gobierno autorizó un crédito y se pidió un préstamo por US$ 160 millones", lo que abultaba el actual endeudamiento.

Pero en los 17 minutos que duró la conferencia —contando el espacio de las preguntas— ni el presidente ni las dos jerarcas presentes tuvieron en cuenta la llamada "parada técnica" de la refinería —palabra que ni siquiera se empleó— ubicada en La Teja, que la tuvo inactiva durante buena parte del año pasado. Y eso constituyó el principal argumento con el que los referentes de la oposición —blancos y colorados en este caso— cargaron contra el gobierno.

De hecho, de forma casi inmediata entre los dirigentes de la coalición republicana comenzó a circular una captura de pantalla de un posteo que el expresidente de Ancap Alejandro Stipanicic —impedido de hacer declaraciones públicas por ser funcionario de la compañía— publicó en Linkedin a fines del año pasado.

Con datos que entonces ya eran de dominio público, el dirigente colorado destacó que el ejercicio 2024 de la estatal estaba cerrando "con 13% menos de pasivos que en 2019, con una significativa reducción del 76% en los pasivos estructurales tomados en 2016 luego de la capitalización dispuesta por el Parlamento", escribió allí el exjerarca, que a continuación se refirió a "la necesidad de financiamiento de capital de trabajo requerido por la parada de mantenimiento de la refinería, entre setiembre de 2023 y junio de 2024", un plazo que terminó siendo superior al esperado por las medidas sindicales tomadas entonces por el sindicato de Ancap que se manifestó en contra del intento de asociación privada en el deficitario negocio del portland.

El cálculo de parada que se había estimado, según consignó en una declaración que hizo en la tarde el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado, era de 100 días, pero terminó siendo de 297. Esto implicó un costo adicional para Ancap, razonó Stipanicic, ya que debió introducirse un "cambio en la política de abastecimiento" y "pasar de importar petróleo que se paga a 90 días a importar derivados que se pagan a los 30 días, (lo que) generó una necesidad operativa de fondos adicional de US$ 200 millones y la pérdida de margen por tener la refinería sin producir fue del orden de otros US$ 200 millones".

En la conferencia en la Torre Ejecutiva, cuando fue preguntado por las causas y motivos de las pérdidas económicas de Ancap señaladas, Orsi se limitó a responder lo siguiente: "Esto surge hoy a partir de estudios que hace la nueva presidenta de Ancap y que aparecen ahora". Y agregó: "Reconozco que en la transición, cuando agarramos parte del año 24 y los primeros meses de este año, los números no estuvieran afinados. Esta información me llega hoy".

El impacto a futuro

Si bien el presidente fue enfático al señalar que su objetivo en este tema será llevar adelante un "cambio en la gestión" de esta empresa evitando que se afecte "el bolsillo de los uruguayos" —algo que incluso subrayó: "No (lo) puede afectar"—, los dirigentes de la coalición republicana no solo no demoraron en responder sino que deslizaron que la intención del gobierno era justamente la contraria.

"Lo que está pasando —dijo a El País el senador y excandidato a presidente nacionalista Álvaro Delgado— es que salieron a justificar por qué no van a bajar los combustibles la semana que viene. El gobierno cambió el criterio y definió hacer caja con el precio de los combustibles, cuando nuestro gobierno utilizó siempre el parámetro del Precio de Paridad de Importación (PPI) e incluso llegamos a vender por debajo del precio de surtidor".

Lo mismo señaló el senador Sebastián Da Silva, que dedicó varios tuits al tema en la jornada de ayer. "Hete aquí una perfecta puesta en escena para evitar que bajen los combustibles a fin de mes, frente a la baja enorme del petróleo a nivel internacional. Una teatralización —agregó— del ajuste de mayo que se va a dar en medio de la cosecha".

El senador Javier García también subrayó en las redes sociales la interpretación de que Orsi busca "justificar el ajuste fiscal que va a hacer porque la interna del Frente Amplio le exige aumentar el gasto", y que una de esas formas es "no bajando los combustibles como debería de acuerdo al PPI".

Y el excandidato Andrés Ojeda, secretario general de los colorados, fue exactamente por el mismo camino: "El gobierno sale a alarmar sobre la situación de Ancap, una empresa que está sólida y fuerte, para no bajar los precios de los combustibles en Uruguay".

En diálogo con El País, Delgado añadió: "Además de que el Frente Amplio no tiene autoridad moral para hablar de Ancap, no los escuchamos quejarse cuando la refinería estuvo detenida durante más de siete meses, lo que costó unos US$ 700 mil diarios, producto del conflicto sindical".

"Que le pregunten a Fancap, sus correligionarios, a qué se deben esas pérdidas", ironizó también Da Silva.

"Serios problemas de gestión"

Tras el anuncio en la Torre Ejecutiva, el presidente de la Cámara de Diputados, Sebastián Valdomir, el coordinador de la bancada de representantes frenteamplistas, Mariano Tucci, junto con la presidente de la Comisión de Industria de Diputados, recibieron en el Parlamento a la ministra Cardona para ahondar en los detalles de la situación financiera de Ancap.

"En los últimos 10 años, Ancap no había mostrado números negativos en el balance entre ingresos y egresos —cuestionó Valdomir en rueda de prensa—. Este retroceso, sumado al alto nivel de endeudamiento, es motivo de seria preocupación".

El diputado también habló de las consecuencias que tiene este "cierre negativo" de la petrolera para su capacidad de inversión futura, y de que la situación revelaba "serios problemas de gestión en 2023 y 2024".

La "herencia"

Orsi se refirió al listado de "situaciones complejas" que dejó Lacalle Pou

Yamandú Orsi resumió también este viernes, en la conferencia de prensa que dio desde la Torre Ejecutiva al mediodía, un conjunto de situaciones que definió como críticas y que el gobierno debe resolver rápidamente, además del panorama financiero encontrado en Ancap. Son casos que se encuadran dentro de lo que habitualmente se denomina como “herencia” que un gobierno le deja a otro, y que suele tener una interpretación negativa del estado de situación que se encuentra el gobierno que ganó las elecciones.

En este caso, sin embargo, la herencia que dejó la administración del nacionalista Luis Lacalle Pou a la de Orsi ameritó distintas visiones en la interna del Frente Amplio. Porque hubo legisladores que calificaron las situaciones como “bombas”, mientras que el presidente y el ministro de Economía, Gabriel Oddone, fueron más cautos y plantearon que se trata de problemas de hay que solucionar.

En esa línea, el presidente Orsi volvió a referirse a los desafíos que tiene por delante, y mencionó, por ejemplo, la situación que atraviesa el Casmu, que requirió la aprobación de un proyecto de ley en los primeros días de su administración.

También se refirió a la deuda que reclama el consorcio encargado del Ferrocarril Central, “la firma del Proyecto Neptuno en los últimos meses de la anterior gestión” y que hay que “redefinir”, así como la situación de la Caja de Profesionales, “una crónica (de una muerte) anunciada” que, de no mediar una corrección, a mitad de año terminará con una “explosión”.

Además, indicó que hay una “deuda a proveedores en algunas entidades como ASSE, que es demasiado abultada”.

“Son cuatro o cinco situaciones complejas que quienes estamos en el gobierno sabemos que las tenemos que asumir”, dijo y agregó que, si bien los gobernantes no deben quejarse de la situación sino solucionarla, “la población tiene que saber”.

“Como siempre, este país sabe salir a flote”, concluyó.

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