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Nuevo escenario en Argentina y otro panorama con China: las claves en las que se basarán los reclamos de Uruguay en la cumbre del Mercosur

El gobierno de Lacalle Pou espera contar con la presencia de Milei en Río de Janeiro y conocer novedades a priori positivas sobre la negociación con la Unión Europea.

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Cumbre del Mercosur
Cumbre del Mercosur.
Foto: AFP

Pragmatismo y buenas expectativas. El primer término, repetido en el gobierno de Luis Lacalle Pou, es usado para describir la política exterior que esta gestión ha buscado desplegar en los últimos meses. Lo segundo, también en boca de jerarcas del Poder Ejecutivo y la Cancillería, resume el estado de ánimo previo a una nueva cumbre del Mercosur, a la que Uruguay llega confiado de lograr un mejor eco para sus viejos reclamos, por dos razones claves: el resultado obtenido en su visita oficial a China esta semana -con directas menciones a la eventualidad de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC)- y el cambio de escenario político en lo regional con la victoria del libertario argentino Javier Milei.

Esto último es un dato que en el gobierno tienen muy presente en la antesala de un nuevo encuentro del bloque sudamericano -que se realizará entre el 6 y 7 de diciembre en Río de Janeiro-, en donde incluso esperan encontrar al economista como invitado especial, pues es de “estilo” mercosuriano que los presidentes electos asistan acompañando a los mandatarios que están por completar su período.

Es conocida la postura liberal, crítica con el actual funcionamiento del Mercosur y aperturista que tiene el economista, que desde el 10 de diciembre asumirá el mando en la Casa Rosada, con lo cual, según analizan en el Poder Ejecutivo, “está la mesa servida para poner en práctica la flexibilización” del bloque, término con el que Lacalle Pou ha insistido con vehemencia en las últimas cumbres.

Por eso la presencia de Milei en Río de Janeiro -que en Uruguay esperan expectantes- sería importante para comenzar a confirmarse -si es que “mantiene su palabra”, como confían en el Ejecutivo- que como presidente en funciones mantendrá la línea discursiva que ha manifestado como candidato.

“No es menor que en el segundo semestre del año que viene Uruguay tendrá la Presidencia Pro Témpore. Tenemos un buen margen de tiempo para esperar que se asiente el gobierno de Milei”, razonó un integrante del gobierno en diálogo con El País.

Tema aparte será corroborar si el factor Milei redundará en que efectivamente el Mercosur autorice a Uruguay a avanzar en las negociaciones con China hacia el ansiado TLC -algo que Xi Jinping dijo estar dispuesto a hacer “aceleradamente”-, siguiendo la tesis de Lacalle Pou de que si bien la puerta está abierta a que todo el bloque emprenda el mismo camino, cada socio debería estar habilitado a moverse a su propia “velocidad”. Por eso es que el presidente propiciará en la cumbre que se organice una reunión con China en el corto plazo, para despejar dudas.

A este nuevo escenario se suman las novedades que esperan conocerse en la cumbre sobre las negociaciones mantenidas con la Unión Europea -esas que en verdad comenzaron ya hace casi 25 años, pero que tomaron nuevo impulso en los últimos meses. En este segundo semestre las conversaciones las ha liderado el Brasil de Lula da Silva, en representación del Mercosur, y de confirmarse que lleguen a buen puerto eso puede implicar “un efecto dominó” respecto a otros acuerdos “trancados”. Por ejemplo, el que el Mercosur busca consolidar con la Asociación Europea de Libre Comercio o el Acuerdo Europeo de Libre Cambio.

Hay optimismo debido a algunos mensajes que han recibido jerarcas uruguayos de parte de la UE recientemente. El embajador del bloque europeo en Uruguay, en efecto, transmitió en un encuentro empresarial el 16 de noviembre pasado a autoridades de la Cancillería que había “esperanzas” de arribar a una “conclusión técnica” de este último tramo de las conversaciones entre los bloques. Estas se habían empantanado primero por las nuevas exigencias ambientales europeas y luego por algunos cambios en las condiciones de comercialización de parte de Brasil y Argentina.

“Pueden pasar cosas en diciembre”, resumieron fuentes diplomáticas consultadas por El País. Ahora bien, ¿qué mirada se tiene desde la academia sobre los últimos pasos dados por Uruguay y el desafío de la cumbre venidera? Depende de quien sea consultado. Marcel Vaillant, por ejemplo, profesor de Comercio Internacional en la Universidad de la República, no espera “ninguna decisión importante” en esta cumbre, ya que en gran parte Argentina mostrará a un gobierno en transición, y a Uruguay solo le quedará “seguir insistiendo sobre lo mismo” dentro de sus limitaciones, lo que hasta el momento ha tenido escaso resultado.

Marcel Vaillant
Marcel Vaillant.
Foto: archivo.

Por su parte, Marcos Soto, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica, cree que el cambio de signo político en Argentina de seguro “no presentará condiciones ideológicas como para frenar a Uruguay” en su intención de negociar con terceros países sin el aval del Mercosur -como sí venía ocurriendo con Alberto Fernández. Entiende que el nuevo panorama -otra Argentina y el mensaje positivo que transmitió China a Uruguay- hace que a Lacalle Pou “se le abran nuevos caminos que pueden terminar en una mayor flexibilización del bloque con un tono menos conflictivo o dramático”, pero que esto no necesariamente se traducirá en resultados positivos, al menos con los asiáticos.

“China dijo que quiere avanzar aceleradamente. Pero algo está pasando porque eso no ocurre y ese algo es la luz verde que falta del Mercosur”, concluyó Soto.

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