Redacción El País
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, se refirió este martes a los desafíos en la distribución del tiempo del trabajoy a la posibilidad de una reducción en la jornada laboral en Uruguay. Un debate que cobró fuerza a nivel local luego que el Movimiento de Participación Popular (MPP) presentara un proyecto de ley que propone, en cuatro años, limitar esa jornada a un máximo de 40 horas a la semana.

Al hablar en Ginebra ante la Conferencia Internacional del Trabajo, el ministro sostuvo que la reducción de la jornada laboral se vincula directamente con el incremento de la productividad del trabajador. De esa forma, señaló, no será posible su reducción si no se alcanzan mayores niveles de productividad. Mieres allí insistió en un concepto que ha utilizado anteriormente para referirse al tema: reducir la jornada laboral sin un incremento en la productividad conducirá, inexorablemente, a una caída en el empleo.

Mieres concidió con el MPP en los desafíos que actualmente presenta el mundo del trabajo, en relación a la revolución tecnológica actual que, indicó, está caracterizada por procesos de automatización y robotización. A esto se suma ahora, señaló, el impacto de la inteligencia artificial.

Según el ministro las nuevas formas de relación laboral, asociadas al pronunciando cambio tecnológico de los tiempos actuales, determinan la creciente importancia de las habilidades y competencias digitales que permitan flexibilizar los tiempos de trabajo, al incorporar modalidades que "dejan de lado las rigideces" para sustituirlas por una "distribución más laxa y ajustada" a otras necesidades de trabajadores y empleadores, sin que esto afecte la protección laboral preexistente.

Ante la conferencia organizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Mieres subrayó la importancia de recurrir al diálogo social tripartito como factor imprescindible para "atender con éxito las adversidades y desafíos señalados".

La propuesta del MPP regiría para todos los sectores de actividad y sería sin afectación de ningún tipo en cuanto a salarios o demás beneficios de los que hoy gocen los trabajadores. El mayor sector del Frente Amplio descartó, basado en la experiencia de otros países, que esto vaya a suponer una baja en la producción de las empresas.

"Obviamente que los sectores conservadores se oponen férreamente a esta acción, argumentando que tienen un impacto directo sobre sus costos", señala el sector. "Olvidan que de la asociación de las nuevas tecnologías con el trabajo humano se obtiene mayor productividad y, por ende, su renta no se verá afectada", agrega. El proyecto del MPP asegura que, por el contrario, sus márgenes de ganancia se incrementarán sensiblemente.

El planteo de reducción de la jornada laboral había sido realizado públicamente por el Pit-Cnt como parte de la plataforma reivindicativa que la central presentó el pasado 1 de mayo. En una visión primaria, el sector empresarial se paró den la vereda de enfrente. Precisamente, ante el temor de una baja en la productividad y un incremento en los costos laborales.

El presidente de la Cámara de la Construcción, Diego O'Neill, le había dicho a El País que "no es un planteo adecuado para el Uruguay de hoy" al señalar que una reducción de ese tipo no se podría aplicar con carácter general, debido a las diferentes realidades de cada sector de actividad. }