ELECCIÓN DEPARTAMENTAL
El hombre de confianza del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, revirtió el resultado del escrutinio primario y en el conteo de los votos observados se impuso por una distancia de 60.
Mario Silvera es el intendente electo de Treinta y Tres. Luego del conteo de los 1.202 votos observados que validó la Junta Electoral del departamento, el candidato nacionalista que apoyaba el presidente Luis Lacalle Pou se impuso ante el oficialismo.
Fue un verdadero voto a voto, al punto que aquello que sucedía en el salón de la Comedia, en la Casa de la Cultura de la capital olimareña donde se desarrolló el escrutinio definitivo, se posicionó como tendencia de Twitter.
Hasta la noche del viernes, cuando solo se habían contado los votos sin observaciones, el oficialista Ramón Da Silva llevaba la ventaja por 16 votos. El candidato que iba con el aval del exintendente Dardo Sánchez también mantuvo la delantera en el escrutinio de los votos observados de los seis municipios del departamento. Pero todo cambió con las urnas de la capital, donde estaban los sobres de los integrantes de las mesas receptoras de votos y la custodia.
Silvera consiguió una victoria por unos 60 votos. Los delegados de cada agrupación iban a recusar unos cinco votos, pero dada la diferencia se pusieron de acuerdo y levantaron ese pedido.
Eso hace que los ministros de la Corte Electoral, en Montevideo, no tengan que sesionar el lunes para contar los sobres que iban a ser recusados.
El País había dado cuenta de que la tensión previa era tal que llevó a la instalación de una guardia blanca: la autorización de que los delegados de las agrupaciones pasaran la noche custodiando las urnas junto a los militares a cargo, por temor a un fraude electoral.
La jornada de ayer también tuvo momentos de tensión en más de una ocasión cuando los funcionarios electorales decidieron anular o llevar a estudio de la Corte algún voto y los delegados de los candidatos se manifestaron en contra.
Según la consultora Opción, en Treinta y Tres se había dado una competencia interna en el Partido Nacional muy polarizada entre Da Silva y Silvera. El tercer candidato en discordia por el mismo lema, José Olano, estaba en la previa muy por detrás, lo que se confirmó en las urnas.
También por detrás quedó el Frente Amplio, el Partido Colorado y Asamblea Popular, en ese orden.
El nacionalista Da Silva (51 años) fue secretario general en el gobierno pasado, pero en realidad ofició como intendente buena parte del período, dado que en 2017 Dardo Sánchez sufrió un accidente que prácticamente lo alejó de la función. Tenía un cargo en UTE, al que debió renunciar siendo intendente ante reclamos del Frente Amplio.
Por su parte, Silvera tiene 49 años, es más conocido como Marito y en 2015 perdió por unos 200 votos con Sánchez, quien gobernaba desde 2010. Su principal apoyo se dio desde el sector Todos y de su lista, la herrerista 71.
El triunfo del Frente Amplio en 2005 pareció ser un rara avis en un departamento en que el Partido Nacional fue hegemónico desde 1954 (solo habiendo un corte obligado en la dictadura).
Hasta ayer estaba claro de qué partido era el intendente ganador, pero no cuál era su nombre. En Treinta y Tres los lugareños aguardaban la definición con la misma tensión de quien espera la tanda de penales en el fútbol. Y valga la analogía, porque según habían contado los delegados de los partidos políticos en la previa, los grupos de Whats-app se habían transformado en una actualización constante de los resultados del escrutinio, al punto que la población esperaba “más el número de votos que el de infectados del COVID-19” cuando el departamento padeció un brote.
La prensa local se instaló en la sala de escrutinio, los canales hicieron transmisión en vivo, y en las afueras de la Casa de la Cultura hubo manifestantes expectantes del resultado que finalmente dio ganador a Silvera.