Redacción El País
José "Pepe" Mujica, que murió este martes luego de padecer un cáncer de esófago, tenía un último deseo: que sus cenizas sean enterradas junto a los restos de Manuela, su perra de tres patas, en su chacra de Rincón del Cerro, en la zona rural de Montevideo. Es que el vínculo del expresidente de la República con su mascota era muy estrecho.
La perra falleció en 2018, con 22 años. Fue un símbolo que distinguió al expresidente Mujica y a su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky. Y el líder del Movimiento de Participación Popular (MPP) pidió que sus restos sean enterrados en su chacra al lado de donde yace el cuerpo de Manuela.
La mascota fue testigo de reuniones del más alto nivel de gobierno, de encuentros con diplomáticos y de entrevistas con medios de comunicación de todo el mundo. Era la compañía "más fiel" del expresidente y de su esposa.
Manuela nació en una quinta de Paysandú, donde vivía la hermana de Topolansky, a orillas del arroyo San Francisco. "Es medio marca perro", bromeó la exvicepresidenta en una entrevista que concedió al portal MyPets en 2014.

La pata la perdió un día que acompañaba al tractor que el exmandatario tenía en su chacra, contó Topolansky.
"Se peleó con unos perros de al lado y la corrieron. Manuela reculó y fue a parar debajo de la disquera. Por más que Pepe frenó, se la llevó por delante. No le llegó a cortar la mano en ese momento, quedó con el tendón colgando. Ahí salió, pero después fue y se peleó con otra perrita, que le cazó ese brazo, que era el que no tenía movimiento. Casi que se lo cortó", relató.
Manuela conocía todos los movimientos de sus dueños. Cada vez que Mujica se ausentaba por un tiempo, se notaba que lo extrañaba, según Lucía. En 2005, Mujica—entonces ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca— se enfermó y estuvo un mes internado. "Yo iba a las 6:00 de la mañana a cuidarlo y volvía a las 6:00 de la tarde (a la chacra). Cuando llegaba en el auto, ella estaba ahí esperando. ¿Qué esperaba? Que se bajara Pepe".
En esa entrevista, Topolansky contó que Mujica era quien le preparaba la comida a Manuela. "Es una perrita finoli, huele todo antes (...) Por la edad, ya se le empezaron a caer los dientes; por eso le compramos carne picada. Se la ponemos con cebollita salteadita", dijo.

El último deseo de José Mujica: que sus cenizas se entierren junto a los restos de Manuela
En una entrevista que dio a la cadena CNN en diciembre de 2024, Mujica indicaba: "Soy un anciano que está muy cerca de emprender la retirada de la que no se vuelve". "Este cacho que estamos arriba del planeta es el paraíso y el infierno, todo junto. Venimos de la nada y vamos a la nada", añadía en aquella ocasión.
"Ojalá que exista un más allá y todo lo demás. Pero no creo", apuntó, pero entonces señaló al lugar en donde está enterrada Manuela, en su chacra de Rincón de Cerro, donde vivía junto a su esposa, Lucía Topolansky. "Mi destino está abajo de ese escollo, donde está enterrada Manuela. Cuando me muera me van a quemar y me van a enterrar ahí", sentenció.