Si bien anunció que venía “de compras” a Uruguay, al “conocer el país y las empresas”, hay un gran secretismo alrededor de su visita. Se sabe que el magnate mexicano Ricardo Salinas -que tiene una fortuna US$ 11.300 millones, según Forbes- visitó alguna empresa en el WTC Montevideo, y que participó de un cumpleaños familiar de los Bulgheroni en su restaurante de la Bodega Garzón, donde se encontró con el presidente Luis Lacalle Pou, el secretario de Presidencia Álvaro Delgado y el canciller Francisco Bustillo.

El cumpleaños de Bettina Bulgheroni reunió en la estancia a su círculo más íntimo. El festejo sucedió en el restaurante de la compañía que tiene con Alejandro, el argentino de 79 años que tiene un patrimonio de unos US$ 2.100 millones, según Forbes. En esa comida, de la que participaron Salinas y el presidente uruguayo, se habló de la posibilidad de que el empresario invierta en el país. Se manejó que, si lo hiciera, sería en la industria audiovisual de Uruguay.

El multimillonario no es ajeno al mundo audiovisual: dirige la segunda cadena de televisión mexicana más grande, TV Azteca, un conglomerado de medios de comunicación.

Dentro del grupo que lleva su apellido, Salinas, también hay empresas vinculadas al transporte, los servicios financieros (Banco Azteca y Grupo Elektra), las telecomunicaciones y el comercio.

Por otra parte, una fuente del sector audiovisual dijo a El País que se está en conocimiento del interés del magnate Salinas y que se trabaja en ese sentido. Además, indicó que ese interés estaría vinculado a la zona franca audiovisual en Maldonado, que funcionará en el entorno del balneario Buenos Aires.

“Bien dicho Lacalle Pou... Iré a visitar su país la semana próxima... A ver qué aprendo”, adelantó el miércoles el magnate mexicano en Twitter, vinculado a un video de un fragmento del discurso del presidente en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Días después, el martes de la semana siguiente, subió a Twitter una foto con el mandatario, su esposa María Laura Medina de Salinas y Bettina Bulgheroni.

En esa oportunidad, elogió al presidente: “Un gran liberal, mi estimado. Acá seguimos felices disfrutando”. Ese mismo día también subió una foto con el artista uruguayo Pablo Atchugarry, que participó del cumpleaños de Bulgheroni. La imagen la acompañó del siguiente texto: “Nos tomamos la foto con el gran escultor (…) Me encantan sus piezas”.

El multimillonario utiliza un tono directo en sus publicaciones y las respuestas a los comentarios que le realizan. Un ejemplo es que, en la foto con Atchugarry, un usuario le comentó: “Todos arrugados en la foto”; a lo que el mexicano le contestó: “Uno que es billonario no se preocupa por pendejadas”.

En la Bodega Garzón también se tomó fotos con su esposa, y contó que están “adelantando el 14 de febrero en Uruguay”, día de San Valentín. En esa misma publicación aprovechó para dirigirse a quienes están en su país de origen: “Pásenla bonito en México y… jamás permitan que alguien que nunca ha construido nada, los convenza de que sus sueños no se pueden lograr o que son difíciles”.

El empresario también mostró el lunes un video donde se ve la torre de zona franca del WTC Montevideo. “Ya andamos trabajando”, indicó, y más tarde publicó: “Andamos ‘de compras’”. Subió dos imágenes en una oficina, en las que no se ve cuál es la empresa. El País consultó el nombre de la compañía pero desde WTC Montevideo no hicieron comentarios.

“Venimos a conocer el país y las empresas. Hay un mercado muy bueno de tecnología además, parece que en #URUGUAY el gobierno sí quiere generar empleos en lugar de regalar dinero… ahh y no son enemigos de los billonarios”, indicó Salinas.

En esa misma línea, le respondió a un usuario: “Viendo que empresa nueva me encuentro que este a la venta”.

A su vez, el magnate comió en el restaurante García, del barrio Carrasco, y compartió su experiencia. “Se come bien...!!!! Nótese la barriga...!!! Y se toma bien”, aseguró, y contó que “fue barato”.

Detalló que un “super baby beef, dos ensaladas buenísimas y dos botellas de vino local” tuvieron un costo de US$ 150, lo que calificó como una “buena compra”.