En 10 años nadie lo había logrado”. Así destacó ayer el presidente Luis Lacalle Pou el acuerdo al que llegó con su par argentino, Javier Milei, que permitirá dragar el acceso del puerto de Montevideoa 14 metros, lo que supone “un cambio sustancial en lo económico y las posibilidades del Uruguay”.

Aludiendo a las pasadas negociaciones desde 2013, entre gobiernos del Frente Amplio con el Kirchnerismo por este asunto, el mandatario insistió: “Nadie lo había logrado con gobiernos del mismo signo o que tenían buen vínculo”.

“Entendemos que todos vamos a ganar o seguimos evitando que el otro crezca”, agregó Lacalle Pou sobre el aval que recibió del nuevo gobierno argentino, tras negociaciones que se llevaron a cabo en “muy poco tiempo”.

En el mismo tono que el mandatario, se expresó la canciller argentina Diana Mondino. “Es un tema que llevaba prácticamente 10 años, y que en 40-50 días que llevamos en el gobierno hemos logrado encausar de una forma mutuamente beneficiosa”, dijo a la cadena argentina TN.

Actores vinculados al sector portuario consultados por El País compartieron la visión positiva de la aprobación argentina al reclamo uruguayo, que permitirá atraer barcos de mayor calado y con más capacidad de carga, tanto graneleros como portacontenedores.

El principal puerto uruguayo recibe hoy, con 13 metros de profundidad, portacontenedores de casi 400 metros de eslora (largo). Con el nuevo dragado, podrán navegar grandes buques tipo New Panamax con un calado de hasta 13 metros.

“Es un logro importante del gobierno, particularmente, a través de la gestión del canciller (Omar) Paganini”, que permite que la terminal “comience a transformarse en un puerto de aguas profundas”, destacó Edison González Lapeyre, expresidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP) y experto en derecho marítimo.

“Lo que destaca todo esto es la importancia de no hablar más de ‘guerra de puertos’, sino en pensar en puertos complementarios”, valoró, por su parte, Juan Oribe Stemmer, especialista en asuntos marítimos y columnista de El País.

Además de las ventajas comerciales, llegar a los 14 metros le permitirá a Uruguay cumplir con los compromisos asumidos con UPM 2, Obrinel y Katoen Natie. Lo cierto es que alcanzar esa profundidad, que tendía un costo estimado hace tres años de unos US$ 200 millones, generó diferencias. El titular de la ANP, Juan Curbelo, remarcó ayer a radio Sarandí: “Vamos a utilizar nuestro personal y nuestras dragas” para los trabajos. Alem García, presidente de la delegación uruguaya en la Comisión Administradora del Río de la Plata, opinó en esa radio que habría que llamar a licitación solo “si fuera necesario”, porque la ANP “tiene sus dragas”.

Sin embargo, el número dos de Transporte, Juan José Olaizola, dijo a El País que “hay que licitar” el dragado, como lo anunció el canciller, porque la ANP “no tiene dragas para ir a 14 metros”. Su evaluación fue en línea con consultas a expertos en temas portuarios.

Como sea que se lleven adelante los trabajos, que se estima inicien en 2025, informó ayer El País, está previsto que dejen al puerto como el “más profundo dentro del Río de la Plata”, puntualizó Oribe, ya que la terminal de Buenos Aires tiene 11 metros de profundidad.

“Para toda la comunidad portuaria es un dato muy importante” poder llegar a 14 metros en Montevideo, afirmó Fernando Correa, gerente de Relaciones Institucionales de Katoen Natie.

“En el negocio marítimo, hay patas importantes que definen la competitividad en el sector. Los puertos tienen que tener infraestructura, equipamiento y tecnología, y profundidad de acceso”, agregó.

En esa línea, Mónica Ageitos, presidenta del Centro de Navegación, indicó que el dragado se ve con “expectativa”, y esperan que las gestiones se hagan “rápidamente” para iniciar la obra lo “antes posible”.

“En este negocio, lo primero es estar preparado”, donde la infraestructura es “fundamental”, acotó Ageitos.

“Una vez que estás preparado, las navieras te tienen que elegir, y ahí es donde trabajamos todos los días, no solo desde la infraestructura, sino también desde los servicios portuarios que se brindan”, explicó.

Todos los consultados coincidieron en que no se prevé un “boom” en la actividad portuaria. Pero sí un incremento, que va a depender no solo del dragado, que permitiría el acceso de otros buques, sino también de la estrategia comercial que está asociada, en parte, al peaje que ya no sería igual con 14 metros.

“El desafío más grande viene ahora. Con un puerto más profundo, ¿qué vamos a hacer con esto?”, planteó a El País Silvia Etchebarne, presidenta de la Liga Marítima Uruguaya. También remarcó que se debe “optimizar” los 14 metros. “Tenés que sacarle el jugo al máximo. Los barcos tienen que salir cargados hasta la boca”, dijo.

“¿El estudio de cargas de la terminal especializada, por el cual se comprometieron los 14 metros, nos da que los barcos van a salir utilizando toda esa profundidad?”, cuestionó.

Para Etchebarne, el dragado es una “decisión política”, que “marca un antes y un después”. En cuanto a las cargas, dijo tener “muchas más dudas que certezas” a futuro.

Por otro lado, la industria naviera lanza barcos con cada vez mayor calado, que supera los 15 metros. Esto no es visto necesariamente como un obstáculo por los consultados, tomando en cuenta el funcionamiento del puerto local y que otros buques siguen activos.

Un 60% de la actividad de Montevideo son trasbordos, explicó Ageitos, de forma que la terminal es un hub, para recibir carga que va y viene a terceros países. Además, gran parte de la actividad proviene de Argentina, donde hay una profundidad menor, de 11 metros.

Los consultados coincidieron en que el puerto será “más competitivo” y que los exportadores e importadores podrían bajar los costos de flete, si se consolida más carga por barco.

“Somos más competitivos con mayor profundidad, y vamos a captar más buques seguro”, estimó Ageitos.