Designación de militante afro como embajador político en Etiopía volvió a generar polémica en el Senado

Redacción El País
A la sonada polémica por la designación de Carolina Ache como embajadora en Portugal, en la última sesión del Senado que tuvo lugar este lunes se sumó una nueva polémica entre oficialismo y oposición por el nombramiento de Mario Ángel Silva Castro como referente diplomático en Etiopía.

Luego de que el senador del Frente Amplio Daniel Caggiani hiciera la presentación para la votación de la venia de Silva como embajador del país africano, la reacción de algunos de los legisladores blancos y colorados no tardó en llegar.

El primero en hacer uso de la palabra fue el senador Sebastián Da Silva, que cuestionó que la designación respondía a los vínculos entre el Frente Amplio y los colectivos sociales, en este caso con las comunidades afro.

Pero además hubo dos críticas en las que se centró el Partido Nacional y el Colorado en el nombramiento. Por un lado, se cuestionó la formación de Silva Castro, quien tiene hasta cuarto año de liceo aprobado, así como que se realizara una designación política para ese destino, considerado la “capital diplomática africana”.

En el currículum que ingresó al Parlamento Silva Castro se presenta como "activista y experto en desarrollo y derechos de las y los afrodescendientes", además de contar con diversas participaciones en asociaciones especializadas en esta causa social.

Entre algunas de las principales críticas se remarcó la falta de experiencia diplomática de Silva Castro y que era el cuarto nombramiento de confianza política durante el gobierno de Yamandú Orsi.

“Uno le reconoce a Silva Castro todo lo que ha hecho desde el mundo afro. Es muy bueno su trabajo. Pero no tiene nada que ver con esta tarea. No es diplomático de carrera, no hay registros de que haya tenido actividad diplomática o de haber encabezado negociaciones comerciales multilaterales. Su perfil público es el de un referente social y académico afrodescendiente, no el de un diplomático profesional o de un negociador con trayectoria internacional”, apuntó el colorado Pedro Bordaberry.

En la misma línea, Robert Silva señaló que se estaba “vulnerando” con la designación “la carrera diplomática de gente que ha optado por esa formación”. “Personas que han estudiado y han estudiado mucho. Se requieren habilidades, destrezas, conocimiento y saberes que claramente en este caso no están”, agregó.

Otra de las principales molestias de la oposición radicó en que el militante social no compareció ante la comisión de Asuntos Internacionales para entrevistarse con sus integrantes y presentar sus principales lineamientos una vez que cumpla con el rol de embajador.

Desde el FA, en tanto, se argumentó que por el tratamiento del Presupuesto y de la interpelación no hubo tiempo para que ello ocurriera.

También, en el caso de Andrés Ojeda, planteó que no había una motivación o argumento válido para la designación política, como sí ocurrió en otros casos como el de Rodolfo Nin Novoa (embajador en Brasil) o el de Diego Cánepa, embajador en Argentina: “La razón para no votar no es si se trata de un nombramiento político o técnico, sino saber por qué se lo designa”.

Según el plan de trabajo presentado por el designado embajador, en la capital de Etiopía, Adís Adaba, están las sedes de la Unión Africana y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, se asientan más de 120 embajadas, oficinas locales de decenas de organismos internacionales, tales como: FAO, OMS, OIT, UNESCO, OIM, ACNUR, ONU Mujeres, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, entre otras.

Adís Adaba es la tercera ciudad del mundo con más personal diplomático, solo por detrás de Nueva York y Ginebra.

En respuesta a los planteos de la oposición, Caggiani fue el que tomó el guante de parte del oficialismo y defendió las designaciones políticas porque tienen “puntería estratégica y un sentido”.

Otros senadores, como Aníbal Gloodtdofsky y Susana Andrade, destacaron la importancia del conocimiento en materia cultural, necesario para desempeñarse en un destino como Etiopía. Desde el Poder Ejecutivo también subrayaron en diálogo con El País esta característica como un factor relevante a la hora de la elección.

Sin embargo, ante las objeciones de la oposición —también manifestada en redes sociales— el dirigente del Movimiento de Participación Popular (MPP) recordó que durante el periodo pasado hubo unas 20 designaciones políticas.

Además de la de Luis Hierro López (Perú), según el legislador frenteamplista —que hace muchos años se especializa en materia internacional— hubo otros como los de Eber Da Rosa (Venezuela), Andrés Durán (Estados Unidos), Carlos Enciso (Argentina), Washington Abdala (OEA), José Luis Pombo (Grecia), entre otros.

Uruguay abrió su embajada residente en Adís Abeba en el año 2016, a cargo del embajador Alejandro Garófali, en 2019 le sucedió el embajador Néstor Rosa, quien permaneció hasta abril de 2025 en ese destino.

Pero más allá de la importancia diplomática de Etiopía como centro africano de diversos organismos multilaterales, el intercambio comercial con Uruguay no es significativo. Las exportaciones uruguayas a Etiopía rondan los US$ 2 millones anuales y las importaciones desde ese origen los US$ 400.000. Los productos agro-veterinarios son el rubro de mayor incidencia.