Desde hace tiempo ya el Partido Colorado tiene como una preocupación central asegurar a largo plazo la continuidad de la coalición de gobierno, para lo cual -entienden- básicamente se necesitan dos cosas: profundizar en su institucionalidad y lograr un acuerdo para que la misma alianza se concrete a nivel departamental.

Con esa inquietud es que el secretario general del Partido Colorado y dos veces presidente, Julio María Sanguinetti, ya se reunió días atrás con el líder del Partido Independiente -el ministro de Trabajo, Pablo Mieres-, y ahora lo hará con el Partido Nacional, cuya Comisión de Asuntos Políticos, encabezada por el presidente del Directorio blanco, Pablo Iturralde, lo recibirá este lunes en la casa de esta fuerza política, indicaron a El País fuentes partidarias.

El razonamiento de los colorados es que el triunfo o el fracaso de la coalición depende más de los socios minoritarios de este bloque -o sea, ellos, los independientes y Cabildo Abierto- que de los blancos, que mantienen un apoyo popular estable de algo menos del 30%. Por el contrario, las últimas encuestas han mostrado que el desempeño de colorados y cabildantes es bastante inferior incluso a lo que mostraron en las últimas elecciones -las de 2019-, pues salvo excepciones rondan entre el 6% y el 4%, y esto es algo que incluso preocupa en la Torre Ejecutiva.

Mantener la coalición tiene también tiene cierto costo vinculado con las “identidades” partidarias, como indicaron a El País desde el Partido Colorado, en donde son conscientes del riesgo de “mimetizarse” con el gobierno. Pero la actual conducción colorada entiende que ese es el necesario camino para evitar un retorno del Frente Amplio al poder.

Ahora bien, ese camino, sobre el cual conceptualmente los blancos tampoco tienen dudas, sí plantea algunas complejidades.

Profundizar en la institucionalidad -algo que han pedido colorados como el senador Germán Coutinho y el ministro Tabaré Viera, que han hablado de conformar un programa de gobierno común o de crear órganos de conducción internos- implica todo un proceso de maduración. Y lo segundo, crear coaliciones departamentales más allá de Montevideo -cuyo éxito electoral, pese a la derrota, nadie discute, así como tampoco su continuidad en 2025- no es algo que los blancos puedan aceptar sin más.

Sucede que “cada departamento es un mundo” y que en algunos casos los nacionalistas necesitarían poner algunas condiciones, como que haya más de un candidato blanco a ocupar la intendencia por el lema que reúna a la coalición -y no una terna en la que estén representados blancos, colorados y cabildantes, por cada caso.

Porque hay situaciones en que los blancos son superiores al resto de los socios y en las que tienen una rivalidad interna entre dos sectores, como ocurre, por ejemplo, en Canelones, en donde la lista 33 -del diputado Sebastián Andújar- y la 400 -del diputado Alfonso Lereté y el senador Amin Niffouri- tienen ambos aspiraciones de competir con candidato propio en las elecciones de 2025. Algo similar ocurre en Lavalleja, en donde los blancos pueden votar tanto por el actual intendente, Mario García, o por la anterior jefa comunal, Adriana Peña, y en un escenario en que uno de los dos no pueda competir -para dejarle el cupo a los colorados- habría votantes blancos que no se verían representados en la grilla electoral.

Por eso, como resumió a El País un dirigente del Partido Nacional, “hay lugares en que se puede ganar solos” y otros en donde “puede ser preferible que se vote juntos”.

Sea como fuere, Iturralde adelantó que va a “escuchar el planteo” de los colorados, algo que recordó que “no es nuevo” y está necesariamente vinculado “con los cambios que ha tenido la política en los últimos tiempos”. “Somos conscientes que estamos gobernando en un gobierno de coalición liderado por el Partido Nacional, pero el tema es cómo pasar al plano departamental”, reflexionó el presidente de los nacionalistas en diálogo con El País. “Vamos a escuchar a los colorados -reiteró-, y una vez que los escuchemos vamos a trasladar el planteo a todas las autoridades del partido, y en esto hay una cosa importante, y es que nuestro partido es federal, con lo cual necesitamos saber lo que opinan cada uno de los departamentos y sus intendentes”.

Hay asimismo un concepto que tienen claro en filas blancas: una cosa son “los acuerdos políticos” -que consisten, en este caso, en integrar un mismo proyecto bajo un mismo paraguas programático e ideológico-, y otra cosa son “los acuerdos electorales, que requieren de toda una ingeniería para que sea exitosa y no conlleve a un fracaso”, como señalaron fuentes nacionalistas.

Los colorados, de todos modos, no pretenden tampoco “entrar en el detalle” geográfico, sino insistir en la necesidad de adoptar el “enfoque coalición” para planificar el futuro en un año preelectoral en que ya comenzaron a despuntar varios de los precandidatos del oficialismo -más en el Partido Nacional que en el Colorado- que en cuestión de semanas iniciarán sus respectivas campañas y deberán, por defecto, perfilarse y marcar distancia de los compañeros de ruta.