Al momento en que el ministro de Ambiente y coordinador de Ciudadanos estaba comunicándose con el presidente Luis Lacalle Pou para proponerle el sustituto de la renunciante vicecanciller Carolina Ache, en Presidencia y en gran parte del Poder Ejecutivo suponían que el nombre estaba cantado: Ope Pasquet, quien además tenía como antecedente haber ocupado el cargo de subsecretario de Relaciones Exteriores entre 1988 y 1990, durante el primer período del colorado Julio María Sanguinetti.
En el gobierno, dicho sea de paso, no había ningún reparo con el hoy diputado, pero Adrián Peña tenía otro nombre, que contó con el inmediato agrado del presidente Lacalle Pou. Era un hombre que el coordinador del sector más votado de los colorados tenía en mente desde hacía ya varias horas -en vistas del desenlace que estaba tomando el episodio, con la bancada de Ciudadanos inclinada a quitarle el respaldo a la subsecretaria-, y con el que tiene una estrecha relación.
Ese hombre, ya se sabe, es Nicolás Albertoni.
Tanto en Presidencia como en filas ciudadanas destacan su idoneidad y desarrollo técnico, su largo currículum -Phd en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, máster en Economía y docente en la Universidad Católica- y sus claras ideas en política exterior -alineadas a la postura de Lacalle Pou-, como él mismo recordó ayer ante los medios, tras reunirse con la bancada bicameral de la agrupación liderada por Peña: “La impronta es de seguir contribuyendo con esa apertura al mundo en el que el país está decidido a embarcarse, naturalmente cuidando los tiempos”, señaló.
Albertoni -que tuvo ayer un primer encuentro con el canciller Francisco Bustillo, grato para ambos- también tiene un “diálogo fluido” con jerarcas del gobierno, y tiene además la preocupación común con Peña de hacer del desarrollo ambiental un activo para la inserción internacional.
Lo otro que es vox pópuli desde hace meses, problema que todos aspiran a que haya ahora una oportunidad de dar por salvado, es la pésima relación que tenían Ache y Bustillo, hasta el punto de que la comunicación entre ambos era casi inexistente.
Esto tenía como consecuencia una evidente desconexión entre el sector y los asuntos de la Cancillería, de los que Ache no solía estar al tanto en detalle.
Por el contrario, en la reunión de ayer con los legisladores colorados, Albertoni adelantó que pretende tener un “vínculo permanente” tanto con la bancada del sector como con su agrupación ampliada de gobierno.
Y eso es clave para Ciudadanos, que tiene la esperanza ahora de volver a “estar” en un área clave de su programa, que puede resumirse en tres patas esenciales: la agricultura con un enfoque de desarrollo sostenible -que abordan entre Peña y el ministro de Ganadería, Fernando Mattos-, la educación -con el presidente de ANEP, Robert Silva, a la cabeza- y la política exterior, que comenzó con el indudable protagonismo del excanciller Ernesto Talvi, que arribó al gabinete con la promesa de terminar con la “diplomacia de cóctel”, hasta que renunció a su cargo y a la política a mediados de 2020.
La mejor solución
La renuncia de Ache -obligada por la falta de respaldo de su sector, cuyos dirigentes criticaron que hubiera “mentido” en el Parlamento sobre lo que sabía a propósito del narcotraficante Sebastián Marset- fue un “suspiro” para el gobierno, porque terminó abrochando una suerte de decisión ideal.
Porque en Torre Ejecutiva saben bien que si la removían sería difícil sostener luego la presión del Frente Amplio, que arremetería con incontenible fuerza -ya ha pedido, de hecho, varias dimisiones sobre el caso Marset- contra el canciller Bustillo, el ministros del Interior, Luis Alberto Heber, y el subsecretario de esta cartera, Guillermo Maciel.
“Como quieren ganar las próximas elecciones, lo que están intentando hacer es sembrar todas las dudas posibles””, afirmó ayer el senador blanco Gustavo Penadés en una rueda de prensa convocada justamente por los cuestionamientos de la oposición. “El Frente Amplio cumple con su deber, nosotros cumplimos con el nuestro”, sintetizó.
Quedan, sin embargo, algunas heridas en la coalición, como las acusaciones cruzadas dentro del oficialismo acerca de quién fue el responsable de otorgar el pasaporte a Marset. Una investigación administrativa de la cartera de seguridad determinó que es la Cancillería quien tiene “competencia exclusiva” en el tema, pero Ache ya había dicho lo contrario, y ahora Peña volvió a la carga: “Es claro que el responsable único siempre es el Ministerio del Interior”, dijo a Radio Carve.
Albertoni, “al servicio de la coalición”
Sin haber asumido formalmente el cargo, Nicolás Albertoni hizo ayer sus primeras declaraciones públicas como futuro vicecanciller. “Es un enorme desafío el rol en sí mismo, más allá del contexto. Es un cargo de inmensa relevancia para nuestro partido. Aquí vengo como un recurso humano del Partido Colorado al servicio de la coalición”, destacó el futuro jerarca, que adelantó que, en vista de que el Estado no contó con instrumentos legales que detuvieran la entrega del pasaporte a Marset -jurídicamente, el narco estaba en su derecho de obtenerlo- reconoció que hay “algunos mecanismos que deberían sí analizarse”, pero no quiso adelantar más detalles. Albertoni también subrayó que apoya la visión del gobierno de “apertura al mundo” y que habló al respecto con el presidente Luis Lacalle Pou.