NUEVO GOLPE AL NARCOTRÁFICO

En el marco de una investigación llevada adelante por la Fiscalía y la Policía de Rivera se realizaron ayer 16 allanamientos simultáneos y se detuvieron a 25 personas sospechadas de pertenecer a grupos de narcotraficantes.

Cerca de las 8:00 horas, la Brigada Antidrogas de Rivera montó un operativo con apoyo de la División de Delitos Complejos, las seccionales de Zona 1 y GRT de Rivera, la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (DGRTID) y la Guardia Republicana de Montevideo.

Más de 60 efectivos policiales se dispersaron por distintas zonas de la ciudad de Rivera y lograron la detención de 25 personas tras los allanamientos: 24 de ellas mayores de edad y una menor, según informaron a El País fuentes de la investigación. El menor de edad fue detenido por un presunto atentado contra la Policía y quedó en calidad de emplazado, agregaron la fuentes.

Los detenidos serán conducidos a declarar a la Fiscalía de 2° Turno de Rivera, a cargo de Alejandra Domínguez. Durante el operativo, la Policía logró incautar armas de fuego, varias municiones, dinero en efectivo en pesos uruguayos y reales, cocaína, pasta base y marihuana. También se incautó de tres autos, una moto, 27 celulares, dos motosierras y varios electrodomésticos.

La investigación de la Brigada Antidrogas departamental y la Fiscalía comenzó hace cinco meses y derivó en un accionar coordinado y simultáneo en la mañana de ayer.

Consultada por El País, la fiscal Domínguez explicó que se realizó “un corte de plazo de las 25 personas detenidas para ya para mañana (por hoy) empezar a trabajar con la Brigada”. La investigación, indicó, es por “comercialización de sustancias estupefacientes”.

Durante los cinco meses de investigación, la Policía montó vigilancias en casas sospechosas de ser bocas de drogas. Con relevamientos fotográficos y testimonios de personas pudieron obtener las órdenes de allanamiento. “Se quería provocar un golpe de impacto y reunir todos los allanamientos posibles al mismo tiempo”, explicaron a El País fuentes de la investigación. Se espera que hoy se realice una audiencia donde se buscará acusar a los detenidos por delitos de negociación de sustancias estupefacientes prohibidas.

El 10 de mayo El País informó que dos bandas criminales de Brasil se encuentran enfrentadas por controlar la venta de droga. La guerra entre estos grupos delictivos ha dejado varios muertos y tiene en vilo a la frontera Rivera-Santana do Livramento. Es por eso que la Brigada Antidrogas e investigadores policiales siguen de cerca los movimientos de estas “facciones”, como se les denomina en la jerga policial.

La Fiscalía y la Policía sospechan que estos detenidos forman parte en la cadena de venta de estupefacientes de estas facciones, según indicaron los informantes. Estas bandas ocupan un territorio y tratan de adueñarse de las bocas de drogas para la comercialización de los estupefacientes y el tráfico de armas. “Bala na cara” (Bala en la cara) y “Os manos” (Los manos) son las bandas.

“Bala na cara” fue la “facción” que controló el negocio de la droga en Santana do Livramento y Rivera hasta 2018, pero ese año “Os manos” llegó para disputar el territorio. El nombre “Bala na cara” surgió porque cuando sus integrantes iban a matar a una persona le disparaban al rostro. De esa manera los delincuentes saben a quién correspondía ese asesinato. Según había explicado a El País una fuente policial “Os manos” están “arrasando con todo y eliminado a las personas que pertenecen a la otra facción”.

El operativo montado ayer por la Policía de Rivera es el segundo golpe al narcotráfico en dos días. En la madrugada del 10 de julio la Fiscalía de Colonia, a cargo de Eliana Travers, logró imputar a 29 personas por delitos vinculados al narcotráfico. En una investigación de once meses en conjunto con la Policía, la Fiscalía logró enviar a prisión a 27 e iniciar la investigación penal contra las dos restantes. Las detenciones se realizaron luego de 23 allanamientos en Colonia del Sacramento, Tarariras, Carmelo y Montevideo, en busca de detener tanto a los líderes de la organización como a los proveedores de la droga.