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Malestar en la Policía porque una fiscal liberó a 18 delincuentes en una semana

La fiscal de Flagrancia Brenda Puppo dijo que el “único motivo” por el cual dispuso el cese de la detención en todos esos casos es “siempre” la falta de evidencia.

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Fiscalía.
Fiscalía.
Foto: Estefanía Leal.

Por Joaquín Silva
La principal preocupación en el Ministerio del Interior es bajar las cifras de los delitos todo lo que se pueda. Es una promesa de campaña que, de acuerdo a las cifras oficiales, se ha cumplido parcialmente, pues han subido los homicidios -25,2% entre 2021 y 2022- al igual que las denuncias por violencia doméstica, que se incrementaron en los últimos tres años.

Por eso las autoridades, primero con el ministro Jorge Larrañaga hasta su fallecimiento en mayo de 2021 y desde entonces con Luis Alberto Heber a la cabeza, han exigido y exigen día a día más y mejores resultados en el combate al delito, sobre todo en aquellas zonas del territorio -casi todas ubicadas en Montevideo- que se presentan como más problemáticas.

Pero también hay lugares que, aunque no tengan la peor inseguridad, los mandos ven que no se alcanzan las metas trazadas pese a los esfuerzos de los uniformados, y mientras tanto no cesan los reclamos de los vecinos. Ese es el caso de la denominada Zona Operacional II de Montevideo, que abarca el sureste de la capital, y en donde el resultado en la persecución de los delincuentes no satisface a la cartera de seguridad, que comenzó a seguir de cerca la actuación policial en las últimas semanas para indagar dónde se encuentran las fallas.

Y entonces saltó un problema que no es nuevo y que tiene en el centro a la fiscal de Flagrancia Brenda Puppo. Según indicaron a El País fuentes policiales, de hecho, la jefatura de la Zona II se tomó el trabajo de analizar en detalle lo ocurrido en una semana de abril en la que la Policía trabajó con esta funcionaria, y el resultado tiene preocupadas a las autoridades ministeriales. Porque no dan crédito al hecho de que hayan quedado en libertad al menos 18 detenidos -todos con antecedentes penales- en el breve lapso de ocho días (del 3 al 10).

Son 18 delincuentes que habían sido capturados infraganti y que al no ser imputados continúan robando y asaltando y no permiten -a juicio de la Policía- bajar las cifras en esta zona. “Se nos ríen en la cara cuando quedan sueltos”, sintetizó un jerarca.

La situación ha ocurrido en otras Zonas Operacionales -en las que también ha trabajado la fiscal, de acuerdo al sistema de turnos rotativos que tiene el Ministerio Público-, de acuerdo a un sondeo que hizo El País.

Por lo que “el disgusto” entre los uniformados está generalizado.

El fiscal de Corte aseguró que no está al tanto de esta situación y que se contactará en todo caso con el jefe de Policía de Montevideo, Mario D’Elia. “Y si fuera necesario, con la fiscal”, afirmó.

La fiscal Brenda Puppo, en tanto, respondió ante la consulta de El País que no tenía “nada que decir”. “Ya fue explicado el motivo de los ceses” de detención, se limitó a comentar. Y ante la pregunta de si ese motivo era la falta de recolección de evidencias por parte de la Policía, no dio lugar a dudas: “Obvio. Es siempre el único motivo”.

Las otras dos polémicas

En la Policía no pierden de vista otros dos casos que ha protagonizado la fiscal Brenda Puppo. Uno es reciente: a fines de octubre liberó a un rapiñero que había sido detenido un viernes, y ese fin de semana asaltó una estación de servicio. El otro es de mediados de enero de 2019: aplicó el “principio de oportunidad” en el caso de un hombre que había robado una bicicleta, lo que desató una polémica por esos días.

Caso a caso

El 3 de abril hubo dos detenidos en la Zona II que lograron zafar de la Justicia. Uno de ellos intentó robar en un auto. Tenía 15 antecedentes penales, el último por hurto especialmente agravado en grado de tentativo. El otro buscó robar un edificio: tenía algunos antecedentes menos -siete-, y el último había sido por un delito de hurto en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de violación de domicilio.

El otro día se registraron dos detenciones, con igual desenlace. En un caso fue por intentar robar un auto y en otro por dañarlo. El primero tenía seis antecedentes y el segundo 10, siendo el último un delito de violencia privada.

El 5 de abril hubo una rapiña en la calle que -tal como está convencida la Policía- la cometió un hombre de iniciales J. A. B., de cuatro antecedentes por hurto, sobre el que se dispuso el reiterado “cese de la detención”.

Ese mismo día estuvo cargado, porque los policías detuvieron a otras cinco personas. Una de ellas era una mujer -con antecedentes por homicidios especialmente agravado y rapiña en grado de tentativa-, que trató de robar el interior de un coche. Lo mismo intentó otro delincuente, que ya había cometido un delito de hurto especialmente agravado. Otros dos -R. B. y E. M- fueron detenidos por ingresar a una casa para robar: uno ya tenía un antecedente por esta clase de robos y el otro tenía un prontuario de 11 antecedentes por delitos de hurto especialmente agravado. Y todos, por disposición de la fiscal Puppo, quedaron en libertad, sin más.

El 6 de abril se detuvo a otro que también robó una casa. De iniciales J. O., tenía nueve antecedentes, el último por lo mismo que había sido detenido ese día. Y esa misma jornada fueron capturados dos sospechosos -R. L. y D. F.- por hurtar dentro de un local, ambos también con prontuario. Y, como en el resto de los casos, la resolución de la fiscal fue que los indagados quedaran en libertad.

El ocho de este mes hubo cinco detenidos por distintas causas: uno por lesiones personales, otros tres -C. R, J. Q y F. S.- por andar en un auto robado y asaltar una farmacia, y el quinto -W. D. B.- por robar un comercio. Todos con antecedentes -el último tenía 11- y todos liberados.

El 10 de abril -un día después de terminado el turno de Puppo- hubo un liberado más: un detenido por hurto de vehículo, que fue “emplazado sin fecha”.

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Rosa: “Estos cortocircuitos han pasado en toda Latinoamérica”

De acuerdo al presidente de la Asociación de Magistrados Fiscales del Uruguay, Willian Rosa, este conflicto entre policías y fiscales es recurrente en otros países que han aplicado este nuevo Código del Proceso Penal, en el que el Ministerio Público asume un rol activo en las investigaciones penales.

“No hay nada nuevo bajo el sol y no hay nada que no haya sucedido en otras regiones. Esto ha pasado en toda Latinoamérica y es algo que ha sido recogido en manuales del Centro de Estudios de Justicia de las Américas que han hecho un relevamiento sobre cómo han funcionado estas reformas”, agregó el fiscal.

Como ha dicho otras veces, Rosa se opone al intercambio “mediático” sobre estas situaciones, y opinó que “no vale la pena contestar” a través de los medios. Su visión es que, de haber un problema real, este debe solucionarse “en otros ámbitos”.

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