Diagnóstico de sífilis reveló abuso sexual a una adolescente y su hermano por parte de su padre y un vecino

La menor de 13 años fue la primera en revelar que sufría abusos por parte de ambos; su hermano estaba bajo amenazas del vecino, quien le dijo que si contaba algo le iba a "pegar un tiro".

Operativo policial
Patrullero de Policía.
Foto: Estefania Leal/Archivo El País.

La Suprema Corte de Justicia (SCJ) confirmó la condena a dos hombres por haber abusado de dos menores de edad. Uno de ellos es el padre de los adolescentes, mientras que el otro era su vecino. Las víctimas revelaron lo vivido luego de que a una de ellas le diagnosticaran una enfermedad de transmisión sexual (ETS).

Si bien los abusos comenzaron años atrás, la situación comenzó a conocerse el 24 de febrero de 2021, cuando una adolescente de 13 años concurrió al Hospital de Chuy con dolores en sus genitales. Los médicos sospecharon de la enfermedad sífilis, lo que luego fue confirmado por un análisis de laboratorio. Un día después, su padre se presentó ante la Policía para denunciar que su hija había sido abusada por un vecino.

Dos meses más tarde, la Unidad de Violencia de Género recibió un llamado desde el mismo hospital, desde el que alertaban que el hermano de la adolescente, un año menor que ella, tenía la misma enfermedad. Los padres se realizaron el estudio, dando también positivo.

El INAU monitoreaba la situación familiar desde 2019, pero esto se debía a problemas de relacionamiento entre la menor y su madre, que habían llegado incluso a la violencia física. Luego de la denuncia, se realizaron pericias al núcleo familiar, determinando que los adolescentes carecían de "las atenciones necesarias que les permite crecer y evolucionar en un entorno sano”. Ante esa situación, los dos fueron ingresados a hogares del instituto.

Una víctima reveló abusos de su padre

En el correr de la investigación, la adolescente reveló que también fue abusada por su padre durante gran parte de su niñez. Si bien la menor le había contado a su madre, ella la había llamado “ridícula” . “Cómo tu padre te va hacer eso”, le respondió una vez, según consta en la sentencia a la que accedió El País. El agresor se aprovechaba cuando la madre estaba trabajando y le decía que nadie le iba a creer si contaba lo sucedido.

Por otra parte, en el juicio también se demostraron abusos por parte del vecino hacia los dos hermanos. En el caso de la adolescente, se comprobó que el hombre le daba $50 cada vez que la violaba. Cuando ella le manifestó su intención de contar a sus padres, la amenazó con lastimar a su familia. En una oportunidad, fue a devolver un cargador de celular a la casa de su vecino, grabando de forma oculta con su teléfono. En la grabación se escucha que el hombre le dijo que la esperaba en la madrugada.

Desde niña se encontraba expuesta a situaciones de vulnerabilidad, ya que también acompañaba a su madre a encuentros sexuales (ejercía la prostitución) y la esperaba usando su celular.

Por otra parte, durante el proceso judicial el hermano de la menor relató que una vez su vecino le pidió ayuda para "mover unos parlantes", pero cuando llegó a la casa lo abusó y luego amenazó con "pegarle un tiro" si lo delataba.

Suprema Corte de Justicia confirmó condenas

Tras la acusación presentada por Fiscalía, la defensa de los dos hombres pidió la absolución de sus defendidos. En el caso del vecino, negó su participación y apuntó a que él no dio positivo de sífilis. Por su parte, el padre de los niños se presentó como alguien "preocupado por su familia" e "incapaz" de cometer los actos señalados. Sus abogados manifestaron que la denuncia fue una "venganza" de su hija por "controlarla mucho".

Las versiones de los imputados fueron totalmente desestimadas por la Justicia, ya que la Fiscalía logró presentar pruebas que acreditaron el abuso sexual hacia ambos adolescentes.

En el caso del vecino se lo condenó a 10 años de penitenciaría por delitos de retribución o promesa de retribución a menores de edad y abuso sexual especialmente agravados. El padre fue condenado por violación y abuso sexual especialmente agravado a 12 años.

Para este último no se hizo lugar a la agravante de contagio de enfermedad de trasmisión sexual, debido a que la jueza Alma Mattos consideró que no fue probado que el condenado fuera quien originariamente contrajo la enfermedad y contagió a su hija. Según la sentenciante, incluso pudo "haber sido a la inversa".

Los defensores de ambos condenados presentaron apelación y luego un recurso de casación ante la Suprema Corte de Justicia, aunque en todas las instancias se desestimaron sus pretensiones, manteniendo la condena establecida por la jueza.

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