Crimen de delivery: testigos escucharon a imputado discutir con su familia; le recriminaban andar en moto robada

Declararon a la Policía haber escuchado el intercambio, que fue corroborado por la madre del presunto homicida; encontraron su ADN en la moto de la víctima.

Operativo policial
Operativo policial
Foto: Estefania Leal

El asesinato del repartidor Ismael Alonso mientras entregaba un pedido en el barrio Villa Española tuvo sus primeras repercusiones en la Justicia. Un joven de 22 años fue imputado y otro está siendo buscado. Uno de los elementos clave para la investigación de Fiscalía fue la declaración de un testigo reservado, quien dijo haber escuchado una discusión entre el imputado y su familia luego del crimen: el joven había llegado en una moto robada y les había confesado "haber lastimado a alguien". Esta versión fue confirmada por la madre del presunto homicida.

Ismael trabajó durante años en la pizzería Las Tejas del barrio Unión. Hace algunos meses lehabía dicho al dueño del local que no quería seguir haciendo la guardia de la noche, porque "la cosa estabacomplicada". Pero a mitad de año retornó al turno nocturno porque se paga mejor y precisaba el dinero.

El 18 de octubre sobre las 21:00, fue a entregar un pedido a una casa ubicada en la calle Capitán Villademoros, esquina Fray Bentos, en el barrio Villa Española. Entregó la comida, cobró y se dio vuelta para subir a su moto. En ese momento fue sorprendido por dos delincuentes —el ahora imputado y otro que no ha sido detenido—; le dispararon y robaron su moto.

"¿Te lastimaron?", preguntó a los gritos la clienta que había recibido el pedido mientras solicitaba auxilio. Al llegar la Policía, el repartidor ya había muerto.

Si bien las cámaras del lugar no muestran a los delincuentes en el momento del ataque, sí los captaron minutos antes del hecho. Salieron de la casa del ahora imputado —a tres cuadras de donde ocurrió el asesinato— y llegaron caminando. En los minutos posteriores al crimen se los vio pasar en la moto robada.

Durante la audiencia de formalización, la fiscal de Homicidios de 1er Turno, Sabrina Flores, relató ante la jueza la versión aportada por el testigo reservado sobre la discusión entre el imputado y su familia en la noche del crimen.

El día después del homicidio se hizo un allanamiento en la vivienda de la madre del hombre, en el que la mujer corroboró los dichos del testigo sobre la discusión que habían tenido. Allí, además, se encontró la campera que el joven usó durante el atraco, y en su bolsillo las llaves de la moto robada.

A una casa de distancia se encuentra el domicilio del presunto homicida. Allí se incautó un canasto que pertenecía a la moto y la vestimenta que usó su acompañante para cometer el crimen. Continuando con los procedimientos se allanó un apartamento abandonado: allí estaba la moto y en ella se encontró ADN del hoy imputado.

La fiscal Flores, solicitó el pasado miércoles la imputación por un delito de homicidio muy especialmente agravado, por haberse cometido para consumar otro delito. Solicitó la prisión preventiva hasta el 28 de abril de 2026, argumentando riesgo de fuga y un posible entorpecimiento de la investigación. La jueza suplente Bettina Duter aceptó los pedidos de la fiscal.

La pena mínima para este delito, en caso de llegar a una sentencia condenatoria en un juicio, es de 20 años.

El joven, que dijo trabajar descargando camiones y de repartidor, cuenta con antecedentes penales, teniendo una última anotación a fines de noviembre de 2023.

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