Condenan a expresidente de Casa de Galicia por apropiación indebida de US$180 mil; fue absuelto por otro delito

La jueza de Crimen Organizado Diovanet Olivera condenó a Alberto Iglesias, expresidente de Casa de Galicia, por apropiación indebida y lo absolvió por el delito de insolvencia societaria fraudulenta. Le impuso la pena de un año de arresto domiciliario y un año de libertad vigilada. La Fiscalía a cargo de Gilberto Rodríguez había solicitado que fuera condenado por ambos delitos a tres años de cárcel.

Por el momento, la condena no está firme y puede ser apelada, motivo por el que todavía no se iniciará su cumplimiento.

Aunque el juicio buscaba dirimir si Iglesias había cometido estos delitos o no, muchos de los debates y declaraciones de testigos se enfocaron en lo que fue el cierre de la mutualista y las eventuales responsabilidades que podrían haber tenido tanto Iglesias como el gobierno de ese entonces en él.

Sin embargo, la acusación de la Fiscalía de Rodríguez apuntaba a que él había cometido dos delitos. El primero era el de insolvencia societaria fraudulenta, debido a que en los días previos al concurso dio seis órdenes irrevocables de pago a acreedores por el valor de US$ 6 millones. Estos acreedores no eran los más urgentes. Solo uno de los pagos llegó a concretarse, pero Iglesias pretendió alterar la masa del concurso, sostuvo la Fiscalía.

La defensa de Iglesias, a cargo de Gonzalo Fernández y Marcelo Domínguez, afirmó que ese delito no puede configurarse porque es aplicable sobre empresas y Casa de Galicia es una asociación sin fines de lucro. Eso, además de que la mutualista ya era insolvente, por lo que la conducta de Iglesias “no causó nada”.

La jueza Olivera coincidió con los dos argumentos de la defensa, por lo que descartó condenarlo por este delito.

El segundo cargo que le imputó la Fiscalía fue el de apropiación indebida de US$ 180 mil que le habían prestado a Casa de Galicia y que él retiró de un cambio. Ese dinero debió haber sido utilizado para "actividades propias del giro" de la mutualista.

Iglesias afirmó frente a la jueza que eran suyos, porque él le había prestado US$ 200 mil a la institución y no los había recuperado, por lo que él pretendía cobrarse parte del adeudo de allí. Finalmente, los US$ 180 mil que retiró, dijo, tuvo que utilizarlos para pagar otras operaciones de la institución (su abogado Gonzalo Fernández detalló que fue el pago de cuotas a una empresa de ambulancias, a otra empresa que controlaba aparatos oncológicos y los honorarios de un contador).

Este dinero fue motivo de especial controversia en el juicio. El expresidente había asegurado que los US$200 mil se los dio al gerente financiero de la institución, que pasó a buscarlos por su casa y se los llevó en "una caja de zapatos". Cuando le tocó declarar, el exgerente indicó que retiró US$ 249.200 del domicilio del exjerarca, pero afirmó que ese dinero no era de él sino de Fernando Ucha, uno de los prestamistas de Casa de Galicia. "Está en los registros contables y hay un reconocimiento de deuda", dijo el testigo.

Cuando la fiscal Valeria Bovio le preguntó a Iglesias si había registro del préstamo que dijo haber hecho, contestó que no. “El gerente financiero no me firmó un papel, trabajo todos los días con él”, explicó.

Sin embargo, días después la defensa de Iglesias interrogó a Ucha. Él declaró que prestó varias veces dinero a la mutualista, pero que la entregó en sedes de la institución, no en el domicilio del expresidente.

Este juicio tuvo como particularidad que el imputado, mayormente, no negaba los hechos; lo que se discutía, en cambio, era si las conductas fueron ilegales o no.

La jueza consideró que la explicación de Iglesias de que había prestado ese dinero sin dejar registro podía llegar a ser creíble, pero el delito que pidió la Fiscalía se configuraba igual.