Las pruebas PISA, que evalúan en qué medida los estudiantes de 15 años logran aplicar lo aprendido en Matemática, Lectura, Ciencias -y en la edición 2022 Pensamiento Creativo- muestran para Uruguay resultados disímiles, en un contexto global de “caída sin precedentes” de los niveles tras la pandemia,tal como indicó la OCDE, que desarrolló el estudio en 81 países.

Uruguay, que participa de estas evaluaciones desde 2003, el año pasado empeoró su nivel en Matemática -área donde PISA puso foco esta vez- respecto a 2018; mejoró en Ciencias, y se mantuvo estable en Lectura. Por su parte, los resultados sobre Pensamiento Creativo se conocerán recién en marzo de 2024.

Tras conocerse los resultados la directora de Planificación Educativa de ANEP, Adriana Aristimuño, dijo ayer que los datos son una “muy buena noticia”, porque “muestran que Uruguay sorteó con muchísimo tino y buenas decisiones la pandemia”.

En esa línea, se expresó el ministro de Educación, Pablo da Silveira, quien señaló que “los resultados son comparativamente muy buenos” frente al mundo, donde cayeron los niveles en “países ricos”. Por ejemplo, Estados Unidos tuvo un descenso en las tres áreas.

Si bien esta medición “no permite realizar una evaluación de impacto de la pandemia sobre los aprendizajes”, marcó PISA, la trayectoria de los consultados en 2022 incluyó “una historia vital y educativa fuertemente sacudida por la emergencia sanitaria y social”.

En el “primer estudio a gran escala” tras lo peor del covid-19 -como puntualizó la OCDE- el país obtuvo, en promedio, 408,7 puntos en Matemática (nueve menos frente a 2018), 430,4 en Lectura (tres puntos menos) y 435,4 en Ciencias (10 puntos encima).

También se informó el porcentaje de alumnos con competencias mínimas (Nivel 2 o más) y quienes llegaron al máximo (de 6), de cada área. Esto permite comprender hasta qué punto los jóvenes uruguayos lograron “resolver problemas en situaciones concretas de la vida cotidiana, fuera del marco disciplinar”.

En Matemática, “menos de la mitad” (43,5% frente a 49,3% en 2018) demostraron competencias “mínimas”, como “diseñar estrategias simples para resolver problemas”, entre otras aptitudes. De esta forma, el 56,5% restante no llega a “hacer interpretaciones literales de los resultados” en esta área.

Pese a estar lejos del promedio OCDE de 69% para Nivel 2 o más, Uruguay y Chile están en la mejor posición de la región en Matemática. En ambos países, solo un 5% llegó a niveles más altos, del 4 a 6.

A su vez, si se observa en detalle el desempeño de los casi 6.700 jóvenes que participaron de la muestra representativa, hay diferencias marcadas según el contexto.

Mientras en UTU, 26% llegó al Nivel 2 o más, en los liceos públicos fue de 42% y en los liceos privados 77%, señaló el volumen 1 del informe PISA Uruguay, al que accedió El País.

“Sea cual sea el sector institucional al que asista el estudiante, existe una diferencia de al menos 50 puntos en el puntaje obtenido en la prueba de Matemática entre los estudiantes en los dos extremos de nivel socioeconómico y cultural”, puntualizó el informe.

Por ejemplo, los estudiantes de liceos públicos llegaron en promedio a 406 puntos en la prueba, lejos del promedio OCDE de 480. No obstante, al poner la lupa en el sector público, la respuesta entre jóvenes del quintil 1 y 5 tuvo una variación de 73 puntos (379 contra 452, respectivamente).

En tanto, la distancia de puntaje entre jóvenes de liceos privados fue la menor (50 puntos; entre 445 y 494); y la más amplia fue en UTU: 98 puntos (345 frente a 443).

“En el quintil inferior del índice de contexto socioeconómico de PISA apenas un estudiante de cada cuatro alcanza el umbral de suficiencia en la prueba de Matemática”, se indica en el relevamiento local.

Esto representa parte de las brechas con “inequidades persistentes”, del sistema educativo local que marcó el informe PISA, y se han visto en ediciones anteriores.

“En el plazo más largo (2003-2022), PISA indica una caída leve en los desempeños promedio de los jóvenes uruguayos en el área de Matemática”, se acotó en el informe.

Cabe puntualizar que hubo un cambio metodológico en 2015 de estas evaluaciones, lo que supone un elemento a tener en cuenta para comparaciones previas. En esta oportunidad, se comparó los resultados contra 2012, cuando se focalizó también en Matemática.

Asimismo, un 60% de los países empeoraron sus desempeños promedio en Matemática, “tanto en la comparación 2018-2022 como entre 2012 y 2022”, afirmó PISA. En la región, solo mejoraron su puntaje República Dominicana, Guatemala y Paraguay.

Lo cierto es que Uruguay no llegó a cumplir las metas que se propuso tras PISA 2018. El objetivo tras esta última prueba era reducir el porcentaje de estudiantes de 15 años por debajo del umbral de suficiencia de 51% al 47% en 2022, pero culminó en 56,5%.

En menor medida, ocurrió lo mismo con Lectura. Se buscó pasar de 42% a 39% de quienes no llegaran al Nivel 2 o más, pero fue 41%. El cambio en cinco años fue de menos de un punto porcentual (58,1% en 2018 a 58,9% en 2022).

“El desempeño en Lectura se mantiene estable entre 2018 y 2022, y es levemente inferior al alcanzado en 2015”, agregó el informe de PISA, que además hizo hincapié en que los logros en esta área “se muestran estables -sin diferencias estadísticamente significativas a excepción de 2012”.

La estabilidad en las cifras que alcanzó Uruguay en 2022 en Lectura fue obtenida por otros 28 países. A nivel regional, el país quedó en segundo lugar, solo detrás de Chile.

Por otro lado, se registró en 2022 una suba en el puntaje promedio en la evaluación de Ciencias, de 9,6 puntos frente a 2018, llegando a 435,5. Pese al incremento, quedó en el mismo valor que en 2015.

ANEP indicó que una persona competente en Ciencias implica que está “dispuesta a participar en un discurso razonado sobre ciencia y tecnología”. El 59,5% alcanzó el Nivel 2 o más en su desempeño, lo que supone un 3,4% más que en 2018.

Los desempeños, en Matemática, Lectura y Ciencias, en 2022 “muestran una situación de relativa estabilidad”, resumió PISA. Uruguay “se ubica en una franja de desempeños apenas inferior a la ‘esperable’ para sus niveles de riqueza, desarrollo humano e inversión educativa, se resumió en el informe.