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“La ciencia es cosa de mujeres” el libro que visibiliza la labor de científicas uruguayas

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Margarita Michelini

MUJERES

La periodista y escritora Margarita Michelini cuenta la historia de once mujeres, sus sueños, su día a día, sus lo- gros y las dificultades que deben enfrentar para vivir de la ciencia.

A mediados de marzo de 2020, mientras se corría la noticia de la llegada del Covid 19 a Uruguay, científicas como Pilar Moreno y Maria Inés Fariello ya vivían largas jornadas de laboratorio y reuniones para tratar de entender y adelantarse al virus.

Desde febrero Moreno investigaba junto a su equipo del Laboratorio de Virología Molecular de la Facultad de Ciencias de la Udelar y del Laboratorio de Evolución Experimental de Virus del Instituto Pasteur, cómo detectar el genoma viral de SARS-CoV-2 en muestras clínicas a nivel local. Ese mismo equipo fue responsable por desarrollar el primer kit de diagnóstico del virus en Uruguay.

A su vez, Fariello fue una de las primeras científicas en integrar el colectivo que devino en el Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos de COVID-19 (GUIAD) y también el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH). Ellas son dos de las once entrevistadas que aparecen en “La ciencia es cosa de mujeres” de la escritora y periodista Margarita Michelini.

El libro nació de una incomodidad de la autora al notar que durante la pandemia “si bien la participación de las mujeres era de peso, las figuras que aparecían en los lugares de dirección, eran hombres, en el GACH, por ejemplo”, sentenció Michelini.

Hacer visible la existencia de las mujeres en la ciencia fue su motivación. Con el título hizo una especie de “bromita”: “La ciencia es cosa de todos, pero las caras que hemos visto han sido de varones, sobre todo en los lugares de dirección y coordinación, sin embargo, en algunas de sus ramas las mujeres son mayoría, como en la biología. Esa falta de visibilidad de las mujeres me convocó”.

Quiénes son

La selección de las entrevistadas fue uno de los desafíos de su trabajo. “Fue muy difícil entre tantas, elegir tan pocas, porque hay muchísimas mujeres trabajando en ciencia. Empezamos a buscar, armamos como un puzzle, y realmente todas parecían muy interesantes”, afirmó.

Para decidir quienes estarían, se apoyó en su editora, Mariana Zabala, con quien decidieron restringir los nombres a las “ciencias duras” como física, matemática y biología. “Dejamos de lado las ciencias sociales y, de alguna manera, todo lo que es tecnología”, explicó. Por otro lado, apuntó a profesionales que “estuvieran en la actividad, pero ya con una carrera hecha”.

En las 283 páginas se encuentran las histórias de Yaiza Canzani, Lucía Duarte, Maine Fariello, Corina Fernández, Yamilé Lara, Laura Macció, Pilar Moreno, Elly Navajas, Madeleine Renom, Carmen Rossini y Cecilia Scorza. Ellas abrieron las puertas de sus casas, oficinas, laboratorios y de sus vidas para que Michellini pudiera acercar su realidad a los lectores y, entre otras cosas, desmitificar la imagen lejana que se pueda tener acerca de los profesionales de la ciencia.

“Las historias de vida siempre me entusiasman. Salen sorpresas, descubrís qué otras actividades tienen o qué situaciones difíciles les tocó transitar en su vida. Eso para mí es una manera de mostrar que aquella es una persona como vos, que le pasan cosas, que tiene alegrías y problemas familiares también”, comentó.

Dar a conocer a nivel de las generaciones más jóvenes qué es hacer ciencia también era un propósito: “Creo que el conocerlas puede despertar el deseo de imitarlas y también orgullo por la ciencia autóctona”.

Y queda para más, para un segundo y, por qué no, tercer volumen de mujeres en la ciencia. “En la medida que fui avanzando, que me fueron mencionando otros nombres, del equipo con quien trabajan, de qué profesora aprendieron, creo que se abrió un mundo de científicas que hay en Uruguay, hay mucha gente preparada”, finalizó.

Testimonios

“La cancha ya está flechada de entrada”, afirmó Lucía Duarte Pastorino, doctora en física y una de las entrevistadas, con respecto a las desigualdades de acceso y desarrollo para las mujeres en su área y, en contraparte, las puertas que se abren más fácilmente para varones. Un tema que se aborda cada vez más y que actualmente está ilustrado por expresiones como “techo de cristal” y “piso pegajoso”.

Pastorino consideró que las nuevas generaciones tendrán una mirada distinta, cosa que no pasaba antes, “no se hablaba, no había un problema. Era lo natural, porque los varones son más inteligentes. Era lo obvio. La física está muy atravesada por el arquetipo de genio, y el genio es varón”.

Construcciones sociales y disparidades que se comprueban también por los números. Según rescató Michelini, en el nivel más alto del Sistema Nacional de Investigadores hay una mujer, por cada 3,4 investigadores. Una realidad que está dada, pero —queda claro en “La ciencia es cosa de mujeres”— no por falta de talentos femeninos.

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