Nuestro hogar. No podemos ver la energía a simple vista, sin embargo, podemos sentirla, puesla energía del hogar reflejanuestro propio estado emocional. Los hogares se cargan con la energía que trae cada individuo que lo habita. Los espacios se van volviendo tensos y sin armonía, por lo cual debemos hacer que la energía desfavorable del espacio se reactive y limpie, volviendo al equilibrio deseado.

Muchas veces padecemos de un cansancio excesivo, se nos cruzan sensaciones de tristeza y pensamientos negativos y no sabemos a qué se debe. Esto sucede porque los seres humanos no somos solamente un cuerpo físico, sino que somos también un cuerpo energético. Cuando bajamos la vibración entran las energías densas y se manifiestan como un agotamiento general. La mayoría de las veces atribuimos estos malestares al exterior, pero son consecuencia de las cosas que tenemos en nuestro hogar, de cómo cuidamos de nuestros espacios y como los vivimos.

¡Somos el resultado de nuestros pensamientos y responsables de lo que intercambiamos con el entorno!

Con el día a día y la rutina de cada uno, terminamos siempre acumulando más de lo necesario dentro de nuestros espacios y esa acumulación no es favorable para estar en equilibrio.

Comencemos entonces trabajando el desapego, desprendiéndonos de los objetos que ya no usemos, que no nos representen más y que siguen estando en nuestras casas ocupando espacio y quitándole energía vital. Es importante y necesario tomarnos un tiempo para ir habitación por habitación y ver que podemos soltar, porque estoy dejando ir ese objeto, porque ya no me sirve… en definitiva que estoy dejando ir en mi vida a través de ese objeto.

Foto: Tatiana Balostro

También es momento para retirar todo elemento que este roto, que lo dejamos a un lado para luego arreglar, pero en definitiva nunca lo hicimos… reorganizar el interior del placar, donar, vender. Una ropa que no la has usado en dos temporadas ya no la usarás. ¡Quítala!

¡Limpiar, reducir y reordenar todo el hogar! Prepararlo para el estado de calma que requiere el ciclo del agua (el invierno), es una forma de reorganizar nuestras vidas, y una forma importante, de atraer una influencia positiva sobre nosotros.

Por último, terminemos estos movimientos con un ritual de limpieza energética. ¿Cual? El que te sea más sencillo y cómodo de practicar, con el que te sientas más a gusto.

Recuerda realizar este ritual siempre con la luz del sol y de conectar con tu espacio, pidiendo abundancia y prosperidad. Vas a cerrar todas las ventanas y las puertas de los baños para comenzar. Realiza el recorrido sahumando con el material que más te guste en sentido antihorario y comienza desde el punto más lejano de la puerta de entrada. Recorre todo tu hogar. Para el cierre del ritual debemos agradecer y dejar que el material usado para sahumar se consuma por completo. Luego los restos se arrojan en el inodoro o se colocan en la tierra (una maceta) y finalmente ventilamos muy bien la vivienda, volviendo a abrir toda la casa, dejando que la luz del sol penetre en ella y la cargue de buena energía.

Liberar de energía negativa nuestro hogar hace llegar nuevas oportunidades.