Sofía Bustin estudió diseño de modas en la Universidad ORT Uruguay. Siempre disfrutó de invertir sus ahorros en viajes, y la idea de dejar Montevideo para vivir en el exterior era un pensamiento recurrente. «Siempre tuve el bichito de vivir afuera», contó desde Madrid, donde está su casa y su más reciente emprendimiento, Casto, una cafetería de especialidad.
Cuando terminó de estudiar, trabajó con la diseñadora Rosario San Juan y también en America Business Forum, el evento que reúne en Punta del Este a destacados líderes y altos ejecutivos del continente. Su siguiente paso, hace cinco años, fue emigrar a España. Estuvo un tiempo allí y cuando estalló la pandemia, volvió a Uruguay, aunque pocos meses después viajó de nuevo y se instaló definitivamente. En España conoció un enfoque «eco» de la moda que no había llegado a Uruguay, que le gustaba mucho y se alineaba con sus intereses en sostenibilidad. Fue así que, luego de que el área de la agencia de comunicación para la que trabajaba cerrara, decidió lanzar su propia marca.
Negocios a distancia
Durante meses trabajó en un proyecto de moda y un día llamó a su amigo Kevin Jakter (CEO de Rotunda) para contarle su idea y pedirle consejos. A él le interesó y se asociaron para darle vida a Molt, la primera línea de moda athleisure de Uruguay.
Era la primera vez que emprendía, y el desafío era grande, ya que estaba creando un negocio desde otro continente, porque la marca vende en Uruguay.
«Siempre trabajé en cosas vinculadas a startups, comunicación y moda, pero era la primera vez que creaba algo propio», recordó. La experiencia ha sido todo un reto: estar siempre en contacto con Uruguay, trabajar con cinco horas de diferencia y viajar regularmente para hacer las campañas publicitarias. «Fue agotador, pero tengo un equipo muy bueno y proveedores muy cumplidores, y eso me facilitó mucho. Es un tema de personalidad el adaptarse, y yo me adapté a estar lejos, y aprendí a delegar y confiar. Fue y sigue siendo súper enriquecedor», subrayó.
Vivir en Europa le permitió inspirarse y llevar a Uruguay ideas que todavía no se veían, como la creación de Molt House, un espacio que reuniera a referentes de moda e influencers alrededor de la marca, generando un impacto que trascienda lo que puede lograr un evento.
Amor y sociedad
Molt despertó su alma emprendedora, la misma que comparte con Sara, su pareja, con quien se asoció para invertir todos sus ahorros y crear Casto, una cafetería que abrió en octubre de 2024 en el centro de Madrid.
Sofía y Sara vivían en Barcelona, y al mudarse a Madrid, el disponer de tiempo libre y tener aún pocas amistades en la ciudad las llevó a enfocarse en su trabajo como creadoras de contenido en redes sociales. La uruguaya, fanática del café, siempre soñó con tener su propia cafetería, mientras que Sara solía recomendar locales gastronómicos en sus redes, con gran repercusión. Así nació la idea de Casto.
Eran pareja desde hacía dos años cuando decidieron proyectar el negocio. Estudiaron el mercado y descubrieron que en la ciudad faltaba «una bakery copada». Se asesoraron con una experta en pastelería, realizaron un curso de barismo, consiguieron un pequeño local y abrieron un take away de bebidas y pastelería.
«Mucho bollo y poco drama» es la frase que caracteriza a Casto, su comunidad de clientes y a ellas mismas, que se animaron a emprender en un rubro en el que nunca habían trabajado.
Al abrir, durante un mes mantuvieron el local oculto en redes sociales, diciéndoles a sus seguidores (hoy 113.000 en el Instagram de Casto) que seguían en obras. Cuando finalmente lo anunciaron, la sorpresa fue grande: se formaban filas para pedir bebidas, croissants y bollos (foto). Hoy, en un fin de semana llegan a vender 700 bebidas calientes. Una de las novedades de Casto son los bollos con dulce de leche, para los que usan dulce uruguayo y también argentino e invitan a los clientes a adivinar de cuál se trata.
A punto de cumplir un año, Casto se prepara para abrir un segundo local y su Bakery School, un espacio donde se podrá aprender cómo cocinar croissants mientras se disfruta de una bebida y de un buen momento.
El crecimiento del proyecto ha sido tal que las emprendedoras han hecho colaboraciones con marcas reconocidas como los cosméticos Khiel’s, o la ropa Uniqlo, que lanzó una colección limitada con la estética de Casto y que se vende en su tienda de la Gran Vía.
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