Esfuerzo, resiliencia y desafíos. Así recorre la vida y la actividad emprendedora la presidenta de la empresa LaNave Cargo Postal, Virginia Staricco. “Busco nuevos proyectos constantemente y, sobre todo, superarme a mí misma día a día”, sostuvo la empresaria, quien anunció la próxima inauguración de un centro logístico de 3.000 metros cuadrados (m²) para dar servicios a multinacionales, en Ruta 1 y Tomkinson, con una inversión de US$ 5 millones. Tiene 47 años y tres hijos: Franco, Camila y Emilia.
Staricco está al frente de una empresa que mueve en promedio 5.000 paquetes por día y genera más de 100 puestos de trabajo. Afirma que “Temuexprime al sector logístico porque tiene un gran universo de paquetes, pero en nuestra experiencia ofreció pagar tarifas muy por debajo del costo” de las entregas. Las expectativas sobre el nuevo gobierno, la economía uruguaya y los desafíos del sector logístico bajo el análisis de Staricco en entrevista con El Empresario.
—¿En qué etapa de la vida se encuentra, sin dejar de lado su vocación emprendedora?
—Me había olvidado de encontrarme conmigo misma. Cuando sos emprendedor nato, todas las oportunidades que en la vida se te presentan las querés tomar. Y en eso vivís en una vorágine de locos, en la que a veces no seleccionás bien y eso dificulta encontrar el camino correcto. En esa “locura” podés olvidarte de quién sos y lo que querés. Hoy mi sueño es lograr conocerme cada vez más, evolucionar lo más que pueda como persona y eso volcarlo a todos los proyectos que hago.
—¿Cuál es el actual posicionamiento de LaNave Cargo Postal?
—La empresa fue creada en 2017 como la última unidad de negocio de lo que era el grupo Mirtrans, enfocada en la última milla. En la pandemia, este servicio explotó con las ventas de e-commerce o por la web. Actualmente, movemos en promedio 5.000 paquetes por día y generamos más de 100 puestos de trabajo en relación de dependencia, más todos los otros empleos que se generan en virtud de los servicios tercerizados que contratamos. Llegamos a mover entre 12.000 y 13.000 paquetes diarios con Mercado Libre. En ese período, la empresa movía una mayor cantidad de mercadería pero con costos mucho mayores y baja rentabilidad. Por lo tanto, decidimos dejar de prestar servicios a empresas de este tipo que, si bien mueven muchos paquetes, exigen tarifas que implican una baja o nula rentabilidad, para enfocarnos en clientes corporativos y clientes varios que valoran un servicio de calidad y personalizado. Hoy, somos una mejor empresa. LaNave nació como una idea mía; soy presidenta desde sus inicios. Ahora estoy en sociedad hace 3 años con Juan Scalise, quien le dio una mirada distinta a todos los procesos de la empresa, los sistemas informáticos y la gestión del personal. Yo estoy más enfocada en los asuntos comerciales, pero definimos todos los temas en conjunto y nos complementamos bien.
—¿Cómo se gestiona una flota de camiones para cubrir el país?
—Contamos con 60 camiones que recorren Montevideo. En el interior, el servicio está tercerizado. Varios de los camiones que hacen las rutas hacia el interior con frecuencia diaria recorren cerca de 1.000 km por día. Entre la flota propia y la tercerizada, cubrimos el país de punta a punta, todos los días. Además, contamos con más de 150 agencias y receptorías en todo el país. La empresa ha realizado una importante inversión tecnológica para brindar un servicio de calidad e integral a nuestros clientes, incluyendo almacenaje, preparación de pedidos y la entrega final a la puerta de sus clientes, con trazabilidad en tiempo real de cada estado de su envío. También estamos preparando un proyecto de inversión para la renovación de nuestra flota con camiones eléctricos para fin de año o el primer trimestre de 2026.
—¿El futuro del sector también depende de la evolución del comercio electrónico?
—Sí, así como el crecimiento de cualquier empresa o emprendimiento. El e-commerce comenzó tibiamente en Uruguay y hoy ya representa cerca de un 15% de las ventas en la mayoría de las empresas. El canal digital baja costos y además permite llegar a todos los puntos del país, con una logística económica y eficiente.
—¿Cómo impactan las plataformas y aplicaciones logísticas?
—El comercio uruguayo sufre con la llegada de Temu, pero también le pega al sector logístico. Considero que Temu exprime al sector porque tiene un gran universo de paquetes, pero en nuestra experiencia ofreció pagar tarifas muy por debajo del costo de lo que realmente sale entregar un paquete en cualquier parte del país. Es inviable para una empresa como la nuestra, con una estructura formal, que pague los sueldos respetando el laudo y tenga agencias y receptorías en todo el país, poder prestar servicios a tarifas por debajo de los costos. Entonces, las empresas o personas con otros esquemas u otras realidades, o necesidades, pueden optar por trabajar con un Temu, aunque la realidad es que muchas veces no les alcanza ni siquiera para pagar el combustible. Por lo tanto, trabajar con ese tipo de clientes es una especie de ilusión óptica de cantidad de mercadería y movimiento que termina provocando mayores perjuicios que beneficios a las empresas logísticas.
—¿Faltan mayores controles por parte del Estado sobre la economía informal?
—La informalidad en el sector es uno de los factores de preocupación y que tiene incidencia en la propia recaudación del Estado. Esta situación, que se vio fomentada por la aparición de aplicaciones de servicios de entregas, ha sido denunciada ante las autoridades en distintas ocasiones y en distintos gobiernos; es grave. Considero que una economía sana se genera, entre otras cosas, con reglas claras de competencia y con empresas que den y generen trabajo formal, genuino.
—¿Cuál es el actual panorama económico en Uruguay?
—Lo veo difícil, porque está difícil no solamente en Uruguay, sino en la región y el mundo. La situación desatada entre EE.UU. y China, así como la crisis en Europa, comenzó a generar grandes conflictos en el comercio en todo el mundo. Varias empresas cerraron o dejaron de generar negocios y ese coletazo también le pegó a Uruguay, claramente. Este es un momento de incertidumbre. Pero en todas las crisis siempre surgen oportunidades. Las soluciones se tienen que dar desde todos los sectores: gobierno, cámaras, empresarios, sindicatos. Para ello, debemos trabajar en una hoja de ruta clara y unificar criterios y valores.
—¿Cómo se manifiestan las dificultades a nivel empresarial?
—Hay muchos impuestos a pagar y es muy baja la productividad. En muchos casos, se necesitan varias personas para el trabajo de una, porque no viene, no quiere, porque lo hace mal, porque es necesario controlar lo que hizo esa persona y otra persona que controle lo que hizo la otra, para que el resultado sea eficiente. Y en nuestro rubro, la eficiencia y las entregas tienen que ser perfectas, si no tarde o temprano el cliente deja de trabajar contigo. Por otra parte, entre los empresarios hay mucha expectativa sobre la situación en materia de proyectos de inversión. Hoy Argentina se está ordenando y eso podría repercutir en una disminución de inversiones en nuestro país. A su vez, el precio del dólar es una variable que influye; muchos coinciden en que hay atraso cambiario, lo cual perjudica a unos y beneficia a otros. El nuevo gobierno tiene el gran desafío de trabajar en soluciones equilibradas al respecto, lo que no es sencillo.
—¿Cómo percibe el inicio del gobierno de Yamandú Orsi?
—Desde los diferentes sectores de actividad, estamos todos expectantes de la evolución de las reglas a nivel del empresariado, así como a nivel sindical y laboral. ¿Qué medidas se van a tomar con el problema que estamos sufriendo de la baja productividad y la escasez de preparación de la mano de obra? Otro problema muy grave es el ausentismo. El Estado y la sociedad debemos trabajar en combatir el flagelo de la falta de ambición y de ganas de asumir responsabilidades y compromisos. Debemos trabajar en generar una cultura de trabajo; en que haya amor por lo que se hace. La falta de esto la estamos sufriendo cada vez más, y ya muchas empresas están mirando alternativas y apoyándose en la inteligencia artificial y otras soluciones, lo que me duele sobremanera porque implica reemplazar seres humanos. Lamentablemente, cada vez más la tecnología está suplantando al ser humano y hace tiempo que estamos buscando herramientas para tener una mano de obra productiva.
—¿Qué expectativas tiene sobre la próxima ronda salarial?
—Estamos en contacto con la Cámara de Comercio y Servicios (Ccsuy), porque queremos poder aportar ideas, sobre todo, en la mejora de la productividad, de generar herramientas para que las personas se motiven y les guste lo que hacen. Pues si no te gusta lo que hacés todos los días, lamentablemente terminás fracasando y frustrado. Queremos ir por ese lado y no solo por los salarios. Hay que dar la pelea para que seamos más productivos. Si la empresa funciona mejor y gana más, puede invertir más, pagar mejores salarios y generar más trabajo.
—¿Por qué no son valorados en su justa medida los empresarios en Uruguay?
—Creo que tiene que ver con la idiosincrasia de los uruguayos, que no valoramos lo suficiente lo que tenemos y destacamos lo de afuera. De igual modo, no se valora lo que es ser empresario en este país y el sacrificio que eso significa, la cantidad de puestos de trabajo y las oportunidades que los empresarios generan, ni los riesgos que asumen. No existe un país sin los empresarios y tampoco sin los trabajadores. Hay que caminar juntos para que realmente Uruguay pueda salir adelante.