La nueva vida del 19 de Islandia: ¿por cuál actividad cambió el fútbol?

NOMBRES

No todo es correr detrás de una pelota en un Mundial, señoras y señores. El torneo futbolístico por excelencia está plagado de aderezos que escapan a lo que sucede dentro de la cancha y dan que hablar. Lo canta Fito Páez en su hermosa Brillante sobre el mic (“hay, recuerdos que no voy a borrar, personas que no voy a olvidar”) y le cuaja perfecto a Rurik Gislason. Seguramente el nombre no les suene familiar pero si les digo el 19 de Islandia flashearán con bellísimas imágenes. Al menos así pasó en el universo de las redes durante los primeros partidos de Qatar 2022. Una catarata de mensajes volvió a poner sobre el tapete a quien fuera el adonis de Rusia 2018.

“Prohibido olvidar a este tipo, el 19 de Islandia”; “cuando Argentina empató con Islandia recuerdo que por lo menos conocimos a Rurik Gislason”; “el mundial pasado caí rendida a los pies de Rurik, estoy esperando si este año cambia pero esa carita no se olvida”: algunas de las alabanzas dirigidas a quien fue más recordado por su “cuerpo tallado por los dioses”, según ciertas usuarias de Twitter, que por su épica con la selección de su país (lograron una clasificación histórica a Rusia 2018 y empataron con Argentina en fase de grupos).

La Copa del Mundo le dio fama a gran escala, y al reintegrarse al SV Sandhausen, su club, le llovieron propuestas para hacer publicidad, cine y TV. Y así, el hombre que luego de su primer Trending Topic como #SexyRurik declaró que su único foco era el fútbol y jugar bien para Islandia colgó los botines a los 32 años seducido por los flashes del mundo del espectáculo.

Hoy su descripción en Instagram dice artista y no deportista. Comparte fotos con el torso desnudo, tirando pasos en Let’s Dance (el reality alemán que ganó), luciendo looks arriesgados (algunos de Bökk, su línea de ropa), bebiendo Glacier Gin (su marca de ginebra), y videos cantando y tocando la guitarra. Hace de todo menos jugar a la pelota. Es que según declaró a visir.is, su pasión por el fútbol ya no es tan grande, por tal motivo eligió explorar las nuevas oportunidades que le regala la vida.

Nació en Islandia hace 33 años y abandonó su país con apenas 15 para jugar al fútbol en Bélgica. Allí vivía con una familia muy creyente y no la pasó nada bien: tenía una novia en esa época y no la podía visitar. Contó a Iceland Glamour que perdió la confianza en sí mismo y volvió a su casa roto física y mentalmente. Más adelante, su familia pidió un préstamo para que pudiera desarrollar su carrera y ese respaldo, dijo, no tiene precio. “El mundo del fútbol es muy duro y por eso muchos futbolistas desarrollan ansiedad o depresión”, señaló.

Militó en Chartlon Athletic, Viborg FF, Odense BK, FC Copenhagen, FC Nürnberg hasta que lo fichó Sandhausen, un equipo de segunda división de la Bundesliga que cambió su vida y su suerte. El entrenador del club alemán confió en él, lo hizo volver a jugar y gracias a ese ruedo logró cumplir su sueño de ir a un Mundial.

La Copa del Mundo fue, sin dudas, el momento más álgido de su carrera. “No tenemos los mejores jugadores, ni un gran presupuesto, pero tenemos una atmósfera de familia y una relación cercana con los fanáticos. El espíritu del equipo es genial”, dijo sobre Islandia este fanático de Robbie Williams a Heidelberg24.

Esa fecha de 2018 marcó un punto de quiebre en la vida de Rurik Gislason. Fue el día que Islandia se enfrentó a Argentina en el estadio del Spartak y que el mundo lo descubrió. El rubio de 1.84 metros de altura ingresó en el minuto 18 del complemento para sustituir a Johann Gudmundsson y acaparó la atención de la platea femenina (sobre todo) con su moño alto, sus brazos fornidos y tatuados. Su nombre se hizo viral en cuestión de minutos y hubo lluvia de memes en su honor.

Entró al vestuario tras el colosal empate y se le dio por mirar el celular luego de ducharse. Entonces se encontró con más de 250.000 seguidores nuevos en Instagram.

“Realmente no sabía si había hecho algo bien o algo mal, siguió aumentando en los siguientes días”, contó al terminar el torneo. Y trepó a 865.000 seguidores, más del doble de las personas que habitan su país natal (376.248 en 103.000 km2).

La mayoría de su fanaticada es de Sudamérica, así que llegó a evaluar la opción de aprender español para poder responder a los 400 mensajes que recibía por día con inmensas muestras de cariño. Entre tantas propuestas, contó que hubo una que lo dejó perplejo: una mujer le consultó si le gustaría donar su esperma.

También le tocó salir a desmentir romances (en la vecina orilla lo vincularon con Laurita Fernándezy la modelo Bárbara Córdoba): “No he tenido encuentros íntimos con ninguna fan, solo he contestado algunos mensajes pero siempre en tono de amistad. He visto en medios argentinos que tenía no una sino dos novias argentinas, y eso no es verdad”, retrucó.

Gajes del sex symbol en que se convirtió de un día para el otro. Destronó a Cristiano Ronaldoy se metió entre los más lindos de Rusia 2018. Su furor caló hondo y trascendió ese Mundial. En mayo de 2022, incluso estando lejos de las canchas, se coló en un ranking de GQ con los futbolistas mejores vestidos, por ser “guía absoluta de lo que significa tener un estilo claro, enfocado en siluetas simples pero realmente efectivas”, según dio cuenta la revista.

Su foto sentado en un vestuario con la casaca de Islandia y una pelota en mano fue un hit: recibió más de 150.000 likes y 13.000 comentarios, la mayoría en español. Entre miles de mensajes como “¿Te casás conmigo?”, “Le entro como mormón a timbre”, “Estás más bueno que comer pollo con la mano”, apareció un tal Héctor que lanzó, “Si todas esas guarradas fueran de un hombre a una mujer ellas estarían gritando ¡acoso!”. Y su intervención da, al menos, para reflexionar un rato, ¿no?