"Ahora me voy a sentar a escribir, tengo tiempo”. Eso se dijo Rubén Gastelumendi Puig (69 años) cuando la pandemia obligó a muchos a detener actividades y recluirse lo más posible en sus hogares. Él era dueño de una empresa de ingeniería, pero también le gustaba mucho escribir en sus ratos libres que, en aquel 2020, eran todo lo que había. El resultado fue Papifútbol, una ficción basada en sus experiencias que despertó el interés de varios países de América.

“Con mi empresa teníamos varios trabajos para hacer en el exterior”, comienza relatando a Domingo el ingeniero responsable de un emprendimiento dedicado a equipar “edificios inteligentes”. “Nos ocupamos del sistema de control automático de edificios que maneja el aire acondicionado, la iluminación, los niveles de agua… todo lo que se puede automatizar, además de la parte de detección y extinción de incendios”, explica.

En 2020, Rubén estaba con un trabajo de Manaos que, cuando empezó a correrse el rumor de que se iban a cerrar las fronteras, lo agarró en Porto Alegre. “Entré en el último vuelo, después cerraron la puerta”, recuerda.

Llegó a Uruguay y se dio cuenta de que cada día era una mina de oro de ocho horas —o más— para escribir y escribir. Entonces decidió dar rienda suelta a lo que había vivido como futbolista… de papifútbol.

“Jugué en el Papifútbol Seminario, pero también en el fútbol amateur con la Asociación de Ingenieros del Uruguay, que tiene una mecánica similar. Uno va con la excusa de jugar, pero en realidad se engancha con toda la actividad social, que es tan importante”, dice sobre ese escape en el que cosechó tantas historias y anécdotas que fue sencillo transformarlo en un libro que las resumiera bastante.

Fue así que nació Papifútbol, “una novela ficticia que tiene mucho de lo que sucedió realmente. La experiencia de sentirse perteneciendo a un grupo es lo que traté de reflejar en esta historia”, apunta.

Desde que se levantaba hasta que se acostaba no hacía otra cosa que escribir.

“Fui armando el libro. Lo hice corregir por un especialista en el rubro ortografía y gramática, y después lo hice revisar por un corrector de estilo. Todo eso llevó mucho tiempo, pero terminó siendo un trabajo que me dio muchas satisfacciones”, destaca.

En Uruguay se imprimieron 500 ejemplares de Papifútbol y se vendieron unos 300. “Fue todo por el boca a boca”, señala Rubén.

“Entonces más de uno me empezó a decir que esta historia es la misma que pasa en otros países, no es particular de Uruguay”, añade sobre lo que despertó la idea de llevar este relato fuera de fronteras.

Comenzó por la Feria Internacional del Libro de Argentina, en 2022. Papifútbol había sido seleccionado para formar parte del stand de Uruguay, con el plus de que le propusieron hacer una presentación en el espacio China Zorrilla.

“Di una charla sobre literatura y fútbol en la que enganché varios autores importantes que han escrito sobre el tema, como Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano o, el más actual, Eduardo Sacheri. Incluso descubrí que el primero que escribió un texto en el ambiente del fútbol fue Horacio Quiroga, un cuento corto sobre el exjugador de Nacional, Abdón Porte, que se suicidó en el Parque Central”, rememora sobre la ponencia que finalizaba con la presentación de su libro.

Fue una experiencia que le quedó muy grabada en la memoria porque uno de sus hijos (es padre de cinco) se le apareció por sorpresa con su pareja. “Fue un momento muy lindo, pero quedó en eso”, apunta.

Al año siguiente resolvió probar suerte en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, pero el acceso no fue tan sencillo como en Buenos Aires. Pasaba que el único espacio que había para inscribirse eran las mesas de negocio, pero estaban pensadas solo para los agentes editoriales, no para los autores.

La viveza criolla nunca falta y Rubén, que en realidad se apellida Rodríguez y usa los apellidos de sus abuelas para su seudónimo de escritor, se inscribió como “agente literario Rubén Rodríguez”. ¿A quién representa? A Rubén Gastelumendi Puig.

Ese “rebusque” le permitió entrevistarse con varias editoriales… hasta que la casualidad también hizo de las suyas.

“La feria es un mundo de gente con colas enormes, de cuadras. Un día estaba haciendo la fila para entrar y atrás mío se coloca una mujer con el pie enyesado. Le pregunto: ‘¿Vas a recorrer la feria así?’ y me responde: ‘Sí, esto fue jugando a fútbol’. Nos reímos, la dejé pasar y quedó por esa. Para una de las reuniones que tenía agendadas me avisan que la directora editorial no podía venir, pero me invitaban al stand, que era gigantesco. Cuando me estoy acercando, la persona que me recibe es la mujer del yeso. O sea, se alinearon lo planetas”, relata Rubén entre risas.

El ingeniero le habló de su libro, quedó encantada y de inmediato llamó a uno de los dueños de la editorial. “Le leí algunos párrafos y cuando terminé, me dice: ‘¡Qué hermoso! ¡Me encantó! Es una historia que nos falta, vamos a publicarla”, cuenta Rubén.

Como en Colombia el término papifútbol no significa nada, cambiaron el título por Más que fútbol, lo editaron y tuvo un éxito increíble. Al año siguiente el autor fue recibido en la feria como un popstar, según sus propias palabras. Además, brindó conferencias en liceos donde los estudiantes lo esperaban con pancartas con la imagen de Luis Suárez y Edison Cavani o con camisetas celestes.

“Ellos tienen un programa de lectura que tiene literatura clásica, pero además incluye autores contemporáneos para fomentar el hábito de leer. Los leen y los discuten en clase. Ahí sumaron mi libro, que los llevó a discutir sobre la importancia de la vida social, la solidaridad y la empatía con personas que viven cosas similares”, destaca el escritor.

La cosa funcionó tan bien que Papifútbol también se va a vender en Ecuador, Panamá y Costa Rica. Además, Rubén ya está escribiendo la segunda parte, tarea que intercala con la escritura de un libro de cuentos sobre historias inspiradas en los muchos viajes que ha hecho por su trabajo (como antecedente, obtuvo el primer premio en el concurso Relatos en Amarillo y Negro organizado por el Club Atlético Peñarol). A esto hay que agregar que está abocado al estudio de la historia de los charrúas con el objetivo de escribir una novela histórica al estilo Azteca, de Gary Jennings. “Sería contar la vida de los charrúas en la voz de un indio charrúa”, explica.

¿Y la ingeniería? “Estoy intentando no trabajar más como ingeniero, pero lamentablemente aún no he podido desprenderme de mi empresa. La estoy intentando vender. Además me mudé a una chacra en Canelones, que es el lugar ideal para sentarme a escribir, que es lo que me gustaría hacer todo el día”, comenta y agrega con orgullo que pondría punto final a su profesión con la puesta en marcha del Aeropuerto Internacional Princesa Juliana, de la Isla Sint Maarten, en el Caribe. “Fue algo muy grande, una licitación que le ganamos a multinacionales importantes. Con eso me quiero despedir y dedicarme solo a escribir, que es lo que hoy más me motiva”, concluye.

El libro

Basado en historias de un autor muy futbolero

Papifútbol cuenta la historia de Rodrigo, un empresario tecnológico muy activo que se anota en el papifútbol buscando escapar del estrés laboral y las discusiones familiares. Eso le hace conocer un mundo de personajes, bromas y asados que le cambiarán por completo su forma de encarar la vida.

“Entre partidos emocionantes, ocurrencias y reuniones memorables, Rodrigo se irá reinventando”, señala la sinopsis de este libro que se puede adquirir a través de la web papifutbol.com.

Su autor, Rubén Gastelumendi Puig, nació en Mercedes, Soriano, hace 69 años. A los 26 se recibió de Ingeniero Industrial en la Udelar y realizó estudios de posgrado en España, Bélgica y Estados Unidos. Entre otros, trabajó como profesor universitario hasta que formó su propia empresa, con la que ganó diversos premios y reconocimientos.

La vida y el trabajo lo llevaron a vivir en países como España y Brasil, y recorrer toda América Latina y gran parte de Europa.

Ha escrito narrativa con especial interés en la temática que rodea al fútbol amateur, y especialmente al papifútbol; además de reseñas humorísticas de los partidos en que participa, y varios cuentos vinculados a lugares y personas de diversos países.

En cuanto al fútbol, hoy es más un DT, aunque de vez en cuando revive sus años de golero (es el de la tapa del libro).