La uruguaya que maneja la energía electromagnética del cuerpo y alivia el dolor de sus pacientes

Su método se llama terapia bioelectromagnética y ayuda a reducir malestares físicos, prevenir lesiones e incluso mejorar el rendimiento de deportistas.

Sabrina Deledón
Sabrina Deledón realiza masajes en una paciente.
Foto: Ignácio Sánchez.

Sabrina Deledón tiene un don que no puede explicar: es capaz de manipular, dirigir y descargar energía electromagnética del cuerpo de las personas a través del tacto. Lo llama terapia bioelectromagnética y le permite aliviar física y emocionalmente a pacientes desde hace más de 20 años. “Constantemente escucho a expertos que hablan sobre el campo magnético y la electricidad que circula en los seres humanos, pero no he encontrado a nadie que mencione la capacidad que tengo de manejar este sistema”, aseguró.

Lo cierto es que el cuerpo humano contiene órganos que contienen tejidos que contienen células que contienen átomos que contienen partículas subatómicas… En palabras del doctor Joe Dispenza, somos información organizada, y esa información es energía. Los malestares, las contracturas, los dolores: todo es información —energía— que se ordena de determinada manera y, para Deledón, es posible reorganizarla.

“La terapia bioelectromagnética ordena los circuitos electromagnéticos y eso genera una armonía en los planos mental, emocional y físico”, sostuvo.

Masajes que descargan el dolor

Ramón Lencina llegó por primera vez al consultorio de Deledón en 2023. Le había comentado a un amigo que había dejado de jugar al tenis por una lesión en el manguito rotador y éste le había recomendado que visitara a la terapeuta. “No sabía qué esperar, pero, después de ver los resultados, mi perspectiva cambió. Ahora es la única masajista a la que voy”, contó.

Primero, Deledón se formó en técnicas convencionales como el drenaje linfático y los masajes modeladores y reductores. Pero pronto empezó a sentir descargas eléctricas y oír estallidos cada vez que trabajaba con pacientes; un sonido similar al que hace el papel burbuja al explotar. Se hizo estudios y descubrió que su salud estaba perfectamente bien. Fue entonces cuando comenzó a observar que las descargas no provenían de sí misma, sino de los pacientes.

Sabrina Deledón
Sabrina Deledón realiza masajes en una paciente.
Foto: Ignacio Sánchez.

Se inclinó por el mundo energético y se instruyó en terapias holísticas como el reiki, la reflexología y técnicas de la medicina tradicional china, entre otras. Entendió que tiene un don especial; uno que no puede explicar, pero que da resultados. “Las personas sienten alivio del dolor. Y perciben una liberación de espacio, densidad y conciencia”, expresó.

Eso mismo experimenta Lencina cada vez que se atiende con Deledón. “Cuando empecé tenía dolores puntuales; en la rodilla, el hombro, las escápulas. Y ella los alivió. Es como si las contracturas y las molestias tuvieran un exceso de carga eléctrica que se descargara sin que uno pierda el tono muscular”, relató. Esta mitigación del dolor le permitió continuar con su entrenamiento deportivo: “No hubiera podido ganar la masa muscular que gané si no hubiera sido por el alivio que me daban las sesiones”. Hoy continúa la terapia una o dos veces por semana a modo de “mantenimiento” para mejorar su rendimiento y prevenir lesiones.

Masajes que generan paz interior

Otra persona que se atiende con Deledón es Silvana Pérez. Fue por primera vez en 2022 para aliviar contracturas y malestares físicos, y contó que se sorprendió al escuchar el sonido que producen las manos de la masajista cuando desbloquea zonas específicas donde hay dolor. Asiste al consultorio una vez al mes: “Siento el cuerpo más ligero, flexible, sin tanta rigidez; estoy con más energía y sin tanto peso”.

Según la terapeuta, el beneficio en primer lugar es físico, pero también se trabaja “a otros niveles” porque las personas describen una sensación de bienestar y paz interior luego de la sesión. Incluso hay gente que llega sin dolor, tan solo en búsqueda de un momento de relax. Esa sensación de calma —resaltó— puede durar varios días y mejorar, a su vez, el descanso nocturno.

Sabrina Deledón
Sabrina Deledón realiza masajes en una paciente.
Foto: Ignacio Sánchez.

La sesión dura aproximadamente una hora y hay síntomas que se resuelven en un solo encuentro y otros que requieren una atención más reiterada. Han ido desde niños pequeños hasta adultos mayores, señaló la especialista, y agregó que es “muy efectivo” en el caso de los deportistas para prevenir lesiones y acelerar procesos de recuperación.

Por último, si bien no ha conocido a otra persona que tenga este don, contó que ha logrado despertar esta habilidad en pacientes que se atienden con ella desde hace tiempo. “Tampoco saben cómo lo hacen, pero describen la energía que sienten y generan las descargas naturalmente. Lo que no pueden es hacerlo con otra persona”, mencionó.

Su hijo mayor, de 13 años, también lo aplica. Contó que no le ha enseñado nada, pero él simplemente lo hace: “Si tiene una tensión en el cuello, por ejemplo, apoya su mano sobre su cuello, produce las descargas y se alivia”. Su contacto es: 096 798 828.

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