Redacción El País
En la lista de nutrientes esenciales, hay uno que suele pasar desapercibido aunque cumple un papel decisivo en el bienestar físico y mental: el magnesio. Según el farmacéutico y especialista en metabolismo Sebastián de la Rosa, la mayoría de las personas vive con niveles insuficientes sin siquiera sospecharlo.
De la Rosa advierte que ocho de cada diez personas en el mundo occidental presentan deficiencia de magnesio, un problema que rara vez se diagnostica. Este mineral participa en más de 300 procesos enzimáticos del cuerpo, desde la producción de energía hasta la regulación del sueño y el funcionamiento muscular. Sin embargo, su papel más importante —y menos conocido— está en el control de la inflamación.
El magnesio es como el agua para apagar el fuego de la inflamación, explica el experto, al señalar que la inflamación crónica de bajo grado es la base de muchas enfermedades, como la diabetes tipo 2, la artritis o los trastornos cardiovasculares. Cuando los niveles de magnesio son bajos, el organismo pierde una de sus herramientas naturales para mantener el equilibrio interno.
El gran problema, apunta De la Rosa, es que los síntomas del déficit de magnesio suelen confundirse con el estrés o el cansancio cotidiano. Algunos de los más comunes son:
- Fatiga persistente o falta de energía.
- Dificultad para concentrarse o sensación de “mente nublada”.
- Calambres o espasmos musculares.
- Problemas de sueño y estreñimiento.
- Antojos intensos de chocolate, una de las principales fuentes naturales de este mineral.
Cómo recuperar los niveles de magnesio
El déficit no se debe únicamente a una mala alimentación individual, sino también a cambios estructurales en la forma en que se produce la comida. La agricultura intensiva ha empobrecido los suelos, reduciendo la cantidad de minerales disponibles en frutas y verduras. A eso se suma el consumo masivo de alimentos ultraprocesados, que prácticamente no aportan magnesio.
Para mantener un buen equilibrio, el farmacéutico recomienda priorizar alimentos ricos en magnesio: verduras de hoja verde como espinaca y acelga, frutos secos (almendras), semillas (de calabaza o girasol), palta y chocolate negro con alto contenido de cacao.
Aun así, De la Rosa considera que, debido al empobrecimiento nutricional de los alimentos actuales, la suplementación puede ser necesaria para alcanzar niveles óptimos y mantener bajo control la inflamación.
En base a El Tiempo/GDA