El impacto del colesterol alto en Uruguay y qué hacer para prevenir problemas cardiovasculares

El 80% de las enfermedades cardiovasculares del país son prevenibles; por eso, mantener los niveles de colesterol adecuados y cuidar la salud del corazón hace la diferencia.

Dolor en el pecho
Hombre con dolor en el pecho.
Foto: Freepik.

Redacción El País
Entre los 55 y 64 años, más del 30% de los uruguayos presentan este factor de riesgo. Uruguay registró 35.958 muertes en 2024, un 3,7% más que en 2023, según los últimos datos de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud Pública. Las enfermedades del sistema circulatorio se mantienen como la primera causa, con 8.397 fallecimientos (23,3%), seguidas por tumores (21,9%) y enfermedades respiratorias (12,2%).

El dato confirma que casi una de cada cuatro muertes en el país se vincula a problemas cardiovasculares y refuerza la importancia de abordar los factores de riesgo modificables. Entre ellos, el colesterol elevado, silencioso y sin síntomas, es uno de los principales detonantes de estas patologías.

La hipertensión arterial, la diabetes y el tabaquismo forman parte del grupo de principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. A ellos se suma el colesterol elevado —una forma de dislipemia—, que ocupa un lugar destacado entre los factores que contribuyen al desarrollo de estas patologías.

Las dislipemias son alteraciones en los niveles de grasas en la sangre, como el colesterol y los triglicéridos. Cuando estas grasas están elevadas, pueden acumularse de forma silenciosa en las paredes de las arterias, formando placas. Este proceso no produce síntomas, por lo que muchas personas no saben que lo padecen si no se controlan, y con el tiempo, estas placas pueden obstruir el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades graves, como infartos o accidentes cerebrovasculares.

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Cardiólogo.
Foto: Freepik.

Los datos de la segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles (Enfrent), dan cuenta de que una de cada cinco personas de entre 25 y 64 años presentaba niveles de colesterol total, iguales o superiores a 200 mg/dl en el año 2013. En el grupo de 55 a 64 años, la prevalencia fue aún mayor, alcanzó el 35%, es decir, aproximadamente una de cada tres personas.

Estudios internacionales sobre la carga global de enfermedad y la prevención cardiovascular coinciden en que reducir los niveles de colesterol es una medida clave para disminuir la mortalidad por cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares.

Tratamiento del colesterol alto

En Uruguay, generalmente comienza con un grupo de medicamentos llamados estatinas. Son fármacos que actúan bloqueando una enzima en el hígado que participa en la producción de colesterol. Al inhibir esta enzima, se reduce la síntesis de colesterol en general, lo que lleva indirectamente a una disminución significativa del colesterol LDL, el “colesterol malo”.

Sin embargo, no todas las personas toleran bien las estatinas. Algunas experimentan efectos adversos como dolores musculares, fatiga o malestar general, lo que puede dificultar la continuidad del tratamiento. En ciertos casos, estas molestias llegan a ser tan intensas que llevan a la interrupción de la medicación. Según datos del Ministerio de Salud Pública (MSP), entre un 5% y un 6% de los pacientes presentan intolerancia comprobada, aunque la clínica reporta que entre 20% y 30% reporta alguna molestia.

“Para los pacientes que no toleran las estatinas, las alternativas terapéuticas son limitadas y, en general, costosas. Mientras que otras opciones suelen ser de uso restringido por su alto costo, el ácido bempedoico es una alternativa eficaz, segura y considerablemente más accesible en esta etapa del tratamiento de la hipercolesterolemia. En Uruguay, además, se administra por vía oral, lo que facilita su incorporación al tratamiento habitual”, explicó Bernardo Layerle, médico especialista en Cardiología y Medicina Interna. Y agregó que “de ser necesario potenciar su acción, puede asociarse a otros fármacos”.

Cardiólogo
Cardiólogo sostiene un corazón.
Foto: Shutterstock.

En este sentido, cuando un paciente no logra alcanzar las metas de colesterol LDL con estatinas y ezetimibe, la adición de bempedoico es una estrategia complementaria que mejora los resultados del tratamiento y amplía las posibilidades de control en pacientes de alto riesgo cardiovascular.

“El ingreso de esta nueva opción terapéutica invita a repensar el manejo del colesterol y abre la puerta a estrategias más efectivas para prevenir infartos y enfermedades cardiovasculares”, agregó José Luis Zamorano Gómez, médico, catedrático de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal.

Tanto la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular (CHSCV) como el MSP coinciden en que controlar el colesterol no es solo un análisis de rutina, sino una estrategia vital para reducir enfermedades, discapacidades y muertes prematuras. En Uruguay, el 80% de las enfermedades cardiovasculares son prevenibles. Mantener los niveles de colesterol adecuados es una estrategia de prevención que hace la diferencia.

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