Leptospirosis: la zoonosis que aumenta con inundaciones y calor y preocupa en un escenario de cambio climático

Un estudio en Uruguay confirma que lluvias intensas, inundaciones y altas temperaturas disparan los casos de leptospirosis. Con el cambio climático, especialistas advierten que el riesgo sanitario podría aumentar aún más

En los depósitos de empresas y supermercados, los roedores son un problema.
En los depósitos de empresas y supermercados, los roedores son un problema.
Foto: Archivo El País.

La leptospirosis, la zoonosis más frecuente en Uruguay, está estrechamente vinculada al clima. Transmitida principalmente por la orina de roedores, puede contraerse tanto en ámbitos rurales como urbanos y, aunque suele confundirse con otras enfermedades, puede derivar en cuadros graves e incluso mortales. Lluvias intensas, inundaciones y altas temperaturas crean el ambiente ideal para que la bacteria se disperse y aumente el riesgo de contagio. Por eso, los expertos recomiendan fortalecer las medidas de prevención, vigilancia y diagnóstico en los centros de salud tras meses cálidos, con inundaciones o precipitaciones por encima de lo normal.

Un estudio realizado por la Unidad de Salud Pública de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República (Udelar) y la Unidad de Zoonosis y Vectores del Ministerio de Salud Pública (MSP) confirma lo que la experiencia clínica ya sugería: el clima influye directamente en el aumento de casos. El análisis, que abarcó el período 2010-2023 con 1.218 casos confirmados, mostró que la temperatura media mensual y la precipitación acumulada tienen un impacto claro sobre la incidencia de la enfermedad. Por cada grado de aumento en la temperatura, los casos del mes siguiente –luego del período de incubación– crecen casi un 9%, mientras que un incremento de 10 mm en las lluvias aumenta los contagios en más de 3%.

Se estima una incidencia anual de 15 casos cada 100.000 personas. En un escenario de cambio climático, con temperaturas en ascenso y fenómenos extremos más frecuentes, los especialistas advierten que la leptospirosis podría convertirse en un desafío mayor para la salud pública.

Los roedores encuentran alimentos en la basura.
Los roedores encuentran alimentos en la basura.
Foto: Archivo El País.

Cómo se transmite y quiénes están más expuestos

La leptospirosis es causada por una bacteria (Leptospira) cuyo principal reservorio son los roedores. Se elimina a través de la orina y puede permanecer en charcos, cañadas, tajamares o aguas recreativas. Aunque suele asociarse al ámbito rural, Montevideo es el departamento con más casos, incluso en barrios alejados de la actividad agropecuaria.

En cualquier lugar de la ciudad hay ratas y ratones. Los reservorios están por todos lados, y eso facilita la transmisión”, explicó el veterinario Lorenzo Verger, autor principal del estudio publicado en la revista Veterinaria (Montevideo).

Entre 2010 y 2023, Montevideo registró 142 casos (con un promedio anual de 10,9), mientras que Flores tuvo la menor cantidad, con 11 (promedio de 0,8). Los especialistas advierten, además, que existe un importante subdiagnóstico.

En el medio rural, los bovinos son los principales sospechosos: pueden albergar la bacteria de forma crónica en sus riñones y eliminarla al ambiente a través de la orina. “Salpica e infecta al tambero”, señaló el especialista. Los jóvenes trabajadores rurales constituyen el grupo más expuesto. En las ciudades, en cambio, los perros funcionan como un vehículo frecuente: al olfatear o saltar en charcos contaminados, pueden transmitir el patógeno a sus dueños. Por esa vía, habitantes de asentamientos y clasificadores de residuos presentan una incidencia especialmente alta.

A esto se suman conductas cotidianas de riesgo: chapotear descalzos en verano, refrescarse en aguas estancadas o, durante todo el año, limpiar patios con manguera o hidrolavadora en presencia de excrementos de perros y roedores. “Eso levanta la bacteria. No se deben generar aerosoles que puedan entrar por los ojos, la nariz o la boca. Un trapo con hipoclorito diluido para lavar las baldosas es una mejor opción”, advirtió Verger. Y añadió: “La leptospirosis es de esas enfermedades que realmente tenemos que empezar a comunicar mejor”.

Inundaciones en Treinta y Tres
Inundaciones en la ciudad de Trienta y Tres debido al desborde del Rio Olimar Grande a causa de las intensas lluvias en la region, departamento de Treinta y Tres, ND 20240509, foto Ricardo Figueredo - Archivo El Pais
Ricardo Figueredo/Archivo El Pais

Clima, inundaciones y cambio climático

El vínculo entre la leptospirosis y el clima se refleja con claridad en los datos. Tras lluvias intensas o inundaciones, la bacteria se dispersa en el ambiente y los contagios tienden a registrarse varias semanas después.

“Los años con inundaciones tienen una cantidad significativamente superior de enfermos”, explicó Verger.

En estos escenarios confluyen varios factores de riesgo: aumento del contacto de las personas con aguas contaminadas, desplazamiento y concentración de roedores y seres humanos en áreas secas, dispersión de leptospiras en el suelo y condiciones higiénicas deficientes.

Otro factor que potencia la transmisión es el aumento de las temperaturas. El calor favorece la actividad reproductiva de los roedores, prolonga la supervivencia de la bacteria en el agua y, además, lleva a más personas a refrescarse en ríos, tajamares o charcos. La leptospira sobrevive mejor a temperaturas entre 28 °C y 30 °C.

Calor extremo
Mujer con calor.
Foto: Freepik.

El desafío se agrava en el escenario actual: Uruguay ya registró un aumento de 0,8 °C en la temperatura media desde 1900, y una tendencia creciente en los niveles de precipitación intensa al menos desde 1950. Y las proyecciones señalan más episodios extremos, incluidas lluvias intensas e inundaciones, y un aumento de 1,5 °C a 3 °C en las temperaturas medias, con veranos más largos y calurosos. De no fortalecerse las medidas de prevención, vigilancia y diagnóstico oportuno, Verger sostuvo que la leptospirosis podría transformarse en un problema sanitario aún mayor en el futuro cercano.

“En Uruguay tenemos un invierno que nos salva la comida, pero por ahora, porque cada vez es más corto y más caliente”, advirtió.

SÍNTOMAS, DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Los síntomas iniciales de la leptospirosis incluyen fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza y malestar general, lo que facilita la confusión con gripe, influenza o incluso covid. En su forma grave, puede derivar en meningitis, insuficiencia renal, hemorragias pulmonares o fallo multiorgánico.

El tratamiento temprano con antibióticos suele ser eficaz y reduce significativamente el riesgo de complicaciones. La clave está en la detección precoz.

La prevención requiere medidas en varios niveles. A nivel individual, evitar el contacto con aguas potencialmente contaminadas, usar botas y guantes en trabajos rurales o de limpieza, y desinfectar pisos con hipoclorito diluido son prácticas fundamentales. A nivel comunitario, el control de roedores, el manejo adecuado de residuos y la mejora del acceso a agua segura son pilares para reducir la transmisión.

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