Día Internacional de las Lenguas de Señas: cuidar la audición y servicios para personas sordas en Uruguay

Hoy, en el Día Internacional de las Lenguas de Señas, se procura generar conciencia sobre su importancia para la plena realización de los derechos humanos de las personas sordas. La sordera es inherente a la condición humana desde tiempos inmemoriales: tanto los egipcios como Platón en la Antigua Grecia documentaron el uso de lenguas de señas, y la persona sorda más antigua registrada es Quinto Pedio, pintor romano que vivió en el Siglo I a.C. Sin embargo, pasaron miles de años hasta que se reconocieron con el mismo estatus que las lenguas habladas.

Uruguay reconoció oficialmente la Lengua de Señas Uruguaya (LSU) recién en 2001 y debieron pasar cinco años más para que Naciones Unidas, en 2006, adoptara la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, que reconoce y promueve el uso de las lenguas de señas.

La Organización Mundial de la Salud estima que, para 2050, casi 2.500 millones de personas vivirán con algún grado de pérdida auditiva y al menos 700 millones necesitarán servicios de rehabilitación. En Uruguay, según el último censo, son 120.000 las personas con problemas auditivos y más de 30.000 tienen sordera severa o total.

La trayectoría auditiva de cada persona es única. Los factores que influyen van desde el nacimiento e infecciones del oído hasta infecciones virales, exposición al ruido, medicamentos ototóxicos y elecciones relacionadas con el estilo de vida. Si no se atiende, la pérdida auditiva puede afectar negativamente muchos aspectos de la vida, como la comunicación, el desarrollo del lenguaje y el habla en la niñez, la cognición, la educación, el empleo, la salud mental y las relaciones interpersonales.

Es importante estar atentos a los siguientes signos que pueden indicar una pérdida de audición: pitidos persistentes en los oídos (acúfenos) y dificultad para oír sonidos agudos (el canto de los pájaros, los timbres, el sonido del teléfono o el despertador), para escuchar a otras personas (sobre todo al teléfono) o para seguir una conversación en un lugar ruidoso. En caso de sospecha, se aconseja acudir a un examen de audición.

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Para proteger la audición, se recomienda, en primer lugar, no subir demasiado el volumen. Lo recomendable es no superar un promedio de 80 decibeles; pueden usarse aplicaciones que ayudan a controlar eso. Además, en los lugares ruidosos, es importante protegerse los oídos; por ejemplo, con tapones.

También se aconseja mantenerse a distancia de las fuentes de sonido, como altavoces, máquinas ruidosas, etcétera. Y, si es necesario exponerse a sonidos fuertes, conviene hacer pausas con frecuencia para que las células sensoriales de los oídos se recuperen.

Un avance significativo en Uruguay ocurrió el año pasado con la creación del Call Center de Lengua de Señas. Este servicio permite a las personas sordas realizar trámites en oficinas públicas mediante videollamadas con intérpretes en LSU, garantizando una atención personalizada y sin barreras. Funciona en el Ministerio del Interior, Antel, UTE y BPS.

Además, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) brinda un servicio de interpretación de LSU para personas sordas o con hipoacusia usuarias de ASSE en centros de salud en Montevideo. Las policlínicas que cuentan con esta posibilidad son la Policlínica Luisa Tiraparé (Avenida Uruguay 1936) los lunes de 13 a 17 horas y los jueves de 8 a 12 horas, y el Centro de Salud Dr. Enrique Claveaux (Pampillo y Novas 3661) los lunes y miércoles de 8 a 12 horas.

El Mides también ofrece un servicio de orientación a mujeres sordas en situación de violencia doméstica, mediante un trabajo en conjunto de la Dirección de Discapacidad e InMujeres. Funciona mediante videollamada de WhatsApp con una intérprete de LSU que se contactará con la operadora especializada en violencia de la línea 0800 4141 para realizar consultas, recibir información y orientación. El número de contacto es 092 626 928 y está disponible de lunes a viernes de 9:00 a 14:30 horas.