Redacción El País
Existe una estrecha relación entre la nutrición y la fragilidad cognitiva. Una dieta adecuada, combinada con ejercicio físico y entrenamiento cognitivo, puede retrasar el deterioro y potenciar las funciones cerebrales.
Seguir una dieta mediterránea, rica en vegetales y aceite de oliva, aporta beneficios medibles para la salud cognitiva.
Una alimentación equilibrada, rica en antioxidantes, ácidos grasos esenciales y vitaminas, mejora la circulación cerebral y protege las células nerviosas del envejecimiento.
6 alimentos clave para la memoria y la concentración
- Frutas y verduras: Los arándanos, fresas, naranjas, brócoli y espinacas son ricos en antioxidantes y vitamina C, que protegen las neuronas y mejoran el flujo sanguíneo al cerebro.
- Pescados grasos: El salmón, la caballa y el atún aportan omega-3, esenciales para la memoria y la concentración, además de reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
- Frutos secos: Nueces, almendras y avellanas contienen vitamina E y grasas saludables que favorecen la función cognitiva y ayudan a mantener la atención durante el día.
- Cacao puro: El chocolate negro (mínimo 85% de cacao) y el cacao en polvo aportan flavonoides que mejoran la circulación cerebral y potencian el rendimiento intelectual.
- Legumbres: Lentejas, garbanzos y porotos son fuentes de ácido fólico, proteínas y fibra, fundamentales para regenerar las células cerebrales y mantener la función cognitiva.
- Aceite de oliva virgen extra: Rico en grasas saludables y antioxidantes, mejora la circulación cerebral, disminuye la inflamación neuronal y favorece la concentración.
Recomendaciones finales
Consultar con un especialista en nutrición antes de modificar la dieta, especialmente en personas mayores con enfermedades preexistentes o bajo tratamiento. Una guía profesional permite prevenir problemas como pérdida de memoria a corto plazo, dificultades de atención o problemas de concentración en la vida diaria.