Qué son las bebidas fermentadas y cuáles son las diferencias entre kéfir, kombucha y yogur

Aunque el kéfir y la kombucha comparten su carácter probiótico, difieren en la variedad de microorganismos que los componen y en las sustancias bioactivas que liberan.

Personas tomando kombucha en una reunión
Personas tomando kombucha en una reunión.
Foto: Freepik

Redacción El País
Las bebidas fermentadas han ganado protagonismo en los últimos años gracias a la ciencia. Estudios recientes muestran que, aunque el kéfir y la kombucha comparten su carácter probiótico, difieren en la variedad de microorganismos que los componen y en las sustancias bioactivas que liberan durante el proceso de fermentación. Por su parte, comparaciones entre kéfir, yogur y leche sin fermentar señalan que el primero es el que más impacto tiene en la diversidad de la microbiota intestinal.

  • Kéfir: se obtiene a partir de leche o agua fermentada, tiene una textura más líquida y destaca por la gran diversidad de bacterias y levaduras que lo conforman.
  • Kombucha: proviene del té fermentado con un scoby (simbiosis de bacterias y levaduras). Es refrescante, ligeramente ácida, con un toque dulce y burbujeante.
  • Yogur: fermento lácteo clásico, elaborado con cepas específicas que le dan su consistencia cremosa y un sabor más suave que el del kéfir.

El kéfir favorece la digestión, regula la microbiota intestinal, fortalece las defensas, tiene acción antimicrobiana y antiinflamatoria, además de ser apto para quienes tienen intolerancia a la lactosa o buscan controlar el azúcar en sangre. Se recomienda consumirlo en ayunas para estimular la microbiota o después de las comidas para apoyar la digestión.

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Yogur.
Foto: Freepik.

La kombucha, por su parte, aporta antioxidantes y ácidos orgánicos que ayudan al hígado, mejoran la digestión y sostienen el equilibrio intestinal. Su contenido natural de cafeína puede dar un plus de energía. Viene ideal a media mañana o en la tarde y es mejor evitarla en ayunas o antes de dormir por su acidez y cafeína.

Por último, el yogur es fuente de proteínas y calcio, contribuye a la salud ósea, facilita la absorción de nutrientes y también refuerza la respuesta inmunitaria. Funciona bien en desayunos y meriendas, combinado con frutas o cereales, después del ejercicio o incluso como colación nocturna si se elige una versión baja en azúcares.

En base a información de El Tiempo/GDA

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