Redacción El País
El orégano es mucho más que una hierba aromática para darle sabor a la comida.
Sus compuestos antioxidantes y antiinflamatorios lo posicionan como un posible aliado para la salud articular, en un contexto donde aumentan los casos de artrosis, artritis y dolores crónicos vinculados al sedentarismo y al envejecimiento de la población.
Diversas investigaciones —incluyendo reportes asociados a Harvard y al Instituto Nacional de Salud de EE. UU. (NIH)— destacan que el orégano contiene altas concentraciones de polifenoles y flavonoides. Estas moléculas ayudan a neutralizar radicales libres y a reducir el estrés oxidativo, un proceso que deteriora células del cartílago y del tejido conectivo en muchas enfermedades articulares.
Entre sus componentes sobresale el carvacrol, un compuesto fenólico con efectos antiinflamatorios, antimicrobianos y potencialmente antihipertensivos. Estudios experimentales muestran que este tipo de sustancias puede modular rutas inflamatorias ligadas al daño articular, lo que respalda la idea de que consumir orégano dentro de una dieta equilibrada podría contribuir a aliviar molestias en rodillas, manos o caderas.
La inflamación crónica de bajo grado, presente en numerosas patologías musculoesqueléticas, es un punto clave en este escenario. Por eso, el orégano se incluye entre las especias que, consumidas con frecuencia, podrían ayudar a disminuir marcadores inflamatorios, de forma similar a la cúrcuma, el jengibre o la canela. No es un remedio milagroso, sino un aporte pequeño dentro de un conjunto de hábitos saludables.
En cuanto a su uso, los especialistas recomiendan incorporarlo principalmente como ingrediente culinario: fresco o seco en ensaladas, salsas, guisos, carnes, pescados o verduras. Así se aprovechan sus compuestos protectores sin los riesgos que pueden presentar los aceites esenciales o los suplementos concentrados, capaces de irritar la mucosa digestiva o interferir con algunos medicamentos.
Otra opción es el té o infusión de orégano, siempre con moderación. Estas preparaciones aportan antioxidantes y compuestos aromáticos, pero no deben sustituir la hidratación habitual ni reemplazar tratamientos indicados para enfermedades articulares diagnosticadas.
Los expertos recuerdan que el cuidado de las articulaciones depende de múltiples factores: mantener un peso saludable, realizar ejercicio de bajo impacto, dormir bien, controlar enfermedades de base y seguir una alimentación rica en frutas, verduras, grasas saludables y, dentro de ese marco, hierbas y especias como el orégano. Integrarlo a la cocina diaria es un gesto sencillo pero sostenido para apoyar la salud articular a largo plazo. La evidencia actual lo ubica como un complemento de estilo de vida, no como un tratamiento en sí mismo.
En base a El Tiempo/GDA