Mate con proteína: empezó como chiste y hoy planean tener la primera planta de proteinización de yerba del mundo

Una pareja de santafesinos trabaja en nuevas yerbas funcionales para sumar nutrición a esta bebida tradicional; empezaron con pruebas caseras y ahora trabajan con el Conicet.

Karen Márquez y Federico Serrano
Karen Márquez y Federico Serrano, creadores de Pro Mate.
Foto: Cortesía Márquez y Serrano.

Julio Verne predijo el submarino eléctrico; H. G. Wells, los viajes espaciales; Isaac Asimov, las videollamadas. Pero ningún escritor imaginó jamás lo que los santafesinos Karen Márquez y Federico Serrano inventaron luego de un chiste que surgió en el gimnasio: yerba mate con proteína vegetal. Sin conocimientos científicos, pero con una fuerte pasión por el mate, conformaron un equipo y lograron multiplicar por 20 el aporte proteico de esta bebida tradicional.

Márquez y Serrano son oriundos de Presidente Roca, una pequeña localidad de la provincia de Santa Fé, Argentina. Trabajan como empleados en empresas privadas, pero además comparten un espíritu emprendedor que los llevó, entre otras cosas, a tener su propio gimnasio. Fue allí que, entre risas, una vez alguien dijo que no había comido nada proteico en todo el día y que le vendría bien que le pusieran proteína al mate.

“Ese día, después de cerrar el gimnasio, me fijé en mi propio paquete de yerba qué cantidad de proteína aportaba. Después, busqué en internet si existía algo así como una yerba proteica. No había nada”, contó Serrano.

A la mañana siguiente, él y su pareja fueron hasta un supermercado para revisar los paquetes de yerba, uno por uno. Todos contenían la misma cantidad de proteína: 0,1 a 0,3 gramos por porción, es decir, prácticamente nada. Entonces, se dieron cuenta de que había una oportunidad: podían convertir la yerba en un alimento funcional.

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Yerba mate.
Foto: Unsplash.

Yerba mate de la cocina al laboratorio

Las primeras pruebas las hicieron en su cocina. Para empezar, mezclaron proteína y yerba en un bowl, pero el resultado no tuvo el mejor sabor del mundo. En consecuencia, se pusieron a investigar en foros de ciencia y aprender sobre yerba mate hasta que lograron descubrir nuevos métodos y perfeccionar procesos.

Llevaron algunas pruebas caseras a un laboratorio en la ciudad de Rafaela y vieron que habían podido aumentar la cantidad de proteína “un poquito” por encima de lo normal. “Nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo bien, pero teníamos que seguir mejorándolo”, señaló Serrano. El objetivo era incorporar proteína vegetal sin modificar sabor, aroma ni color de la yerba mate y que fuera un producto apto para veganos, vegetarianos y celíacos.

La ingeniera en alimentos Erica Mansilla se sumó al proyecto y los ayudó a desarrollar una fórmula más profesional. Al mismo tiempo, un consultor empresarial con experiencia en la industria yerbera los puso en contacto con abogados de Misiones para que pudieran resguardar el invento, como producto y proceso. Presentaron la solicitud de patente hace alrededor de ocho meses en Argentina y otros seis países; entre ellos, Uruguay.

Pronto, consiguieron el apoyo de un equipo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), liderado por Juliana Piña. Gracias a ellos, “que se pusieron el proyecto al hombro”, pudieron lograr un producto final a escala piloto.

Karen Márquez y Federico Serrano
Karen Márquez y Federico Serrano con una muestra de yerba mate funcionalizada con proteína.
Foto: Cortesía Márquez y Serrano.

La era de las yerbas funcionales

Su objetivo es comenzar a producir a gran escala en mayo del 2026. A largo plazo, elaborarán tres variantes: suave (10% más de aporte proteico que la yerba común), equilibrada (15% más) y potente (20% más); las tres con nueve aminoácidos esenciales. Lo que hace casi dos años era un chiste, hoy es un sueño posible: “Queremos tener nuestra nuestra propia fábrica de proteinización de yerba mate, que sería la primera del mundo”. Están en tratativas para hacerlo en Misiones o Corrientes, las únicas provincias argentinas que cultivan esta planta.

En adelante, se ven instalándose en Argentina y siendo líderes de una nueva categoría de yerbas funcionales. “Solicitamos la patente para otras variantes; por ejemplo, con colágeno, creatina, ácido hialurónico y magnesio”, reveló el emprendedor y agregó que la yerba mate es vista como un superalimento en países como Estados Unidos y Siria. Quieren conectarse con aliados estratégicos que potencien el desarrollo del emprendimiento.

“Este proyecto surgió en familia, de nuestros ahorros; es todo a pulmón y la gente que se ha sumado lo ha hecho de buen corazón. Eso es lo más importante para nosotros”, remarcó. Al emprendimiento —denominado Pro Mate— se ha incorporado su hermano Francisco y personas expertas en finanzas, logística y distribución.

“Hoy nos damos cuenta de que no todo está inventado y que a lo mejor de una idea loca pueden hacerse grandes cosas. Hay que esforzarse, ser consistentes y contar con el apoyo de amigos, familia y gente buena. Así se logran estas cosas”, finalizó.

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