Redacción El País
El jugo de papaya se ha vuelto una opción cada vez más popular para comenzar el día gracias a sus propiedades digestivas y a la gran cantidad de nutrientes que aporta.
Esta fruta tropical contiene licopeno y vitaminas A, C y E, además de destacarse por su acción antioxidante y antiinflamatoria.
Uno de sus componentes clave es la papaína, una enzima con efecto calmante que contribuye a reducir la inflamación crónica en el cuerpo, especialmente en las articulaciones.
A la vez, protege la mucosa gástrica y, por su alto contenido de fibras solubles, favorece el tránsito intestinal y alivia la irritación provocada por los ácidos gástricos.
El consumo regular de este jugo también está relacionado con la disminución de colesterol y triglicéridos, lo que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares como la aterosclerosis o el infarto. Sus betacarotenos y otros compuestos bioactivos actúan contra los radicales libres, previniendo el daño celular y la oxidación de las grasas.
Diversos estudios señalan que quienes padecen gastritis o acidez crónica experimentan menos molestias cuando incorporan papaya a su dieta. Los especialistas sugieren beber entre 200 y 250 mililitros diarios, siempre en el marco de una alimentación equilibrada.
Si bien es una bebida segura y saludable, las personas con problemas intestinales o úlceras deben consultar previamente con un profesional de la salud para evitar posibles efectos adversos.
En base a OGlobo/GDA