Redacción El País
Después del descanso nocturno, el cuerpo despierta tras muchas horas sin haber recibido líquidos ni alimentos. Por eso, lo que se consume en las primeras horas del día tiene un impacto directo en la energía y el bienestar. Entre las alternativas más innovadoras se encuentra el agua de avena, una bebida sencilla que combina hidratación con múltiples propiedades nutricionales.
Esta preparación conserva parte de los nutrientes presentes en la avena en grano, como fibras solubles, antioxidantes y minerales. Uno de sus componentes más destacados son los betaglucanos, fibras que ayudan a prolongar la saciedad y favorecen la digestión. Gracias a ello, el agua de avena puede ser útil para quienes buscan controlar el apetito en la mañana.
Además, la fibra contribuye a regular los niveles de glucosa en sangre, lo que la convierte en una alternativa atractiva para personas con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. También se asocia con la reducción del colesterol LDL o “malo”, promoviendo la salud cardiovascular.
Otro de sus aportes es la presencia de avenantramidas, compuestos con efecto antioxidante que protegen las células frente al daño de los radicales libres. A esto se suma su capacidad de rehidratar al organismo tras las horas de sueño, en las que no se ingieren líquidos.
Aunque en menor medida que la avena integral, esta bebida también puede aportar vitaminas del grupo B y minerales como magnesio y fósforo, esenciales para el metabolismo energético y el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Cómo preparar agua de avena
La receta es práctica y requiere pocos ingredientes:
- 1 taza de hojuelas de avena, preferentemente integral
- 1 litro de agua
- Endulzante al gusto (miel, stevia o azúcar)
- Canela en rama o extracto de vainilla (opcional)
Preparación:
- Enjuagar la avena con agua fría.
- Licuarla junto con el litro de agua durante 2 o 3 minutos.
- Agregar canela o vainilla si se desea.
- Colar la mezcla, endulzar a gusto y guardar en un recipiente de vidrio en la heladera.
El agua de avena puede conservarse hasta 48 horas en frío y se recomienda consumirla preferentemente por la mañana, como parte de un desayuno saludable.
En base a La Nación/GDA
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