Vivir como si todo estuviera bien, pero sentir un vacío: qué es la depresión funcional y cómo identificarla

Este tipo de depresión suele presentarse en personas autoexigentes, perfeccionistas o con altos niveles de estrés, y se camufla bajo la idea de que todo está bajo control.

Mujer triste en el trabajo
Mujer triste frente a la computadora en el trabajo.
Foto: Freepik.

Redacción El País
Cumplís con tus tareas, respondés con una sonrisa cuando te preguntan cómo estás y mantenés tu rutina sin fallar. Sin embargo, al final del día, lo que sentís no es satisfacción, sino un vacío difícil de explicar. Esa sensación silenciosa, que se esconde detrás de la productividad y la aparente normalidad, puede ser una señal de depresión funcional.

A diferencia de la depresión clásica, la funcional no impide trabajar, estudiar o mantener relaciones, pero sí apaga la motivación y el disfrute. Quien la padece “funciona”, pero sin energía emocional. Este tipo de depresión suele presentarse en personas autoexigentes, perfeccionistas o con altos niveles de estrés, y se camufla bajo la idea de que “todo está bajo control”.

Los síntomas pueden incluir cansancio persistente, irritabilidad, dificultades para concentrarse, insomnio, sensación de vacío, e incluso dolores físicos sin causa clara. También es frecuente el aislamiento selectivo: se cumple con lo necesario, pero se evita cualquier vínculo que implique conectar con lo emocional.

Hombre triste en el trabajo
Hombre triste frente a la computadora en el trabajo.
Foto: Freepik.

En una cultura que premia la productividad y la fortaleza, muchas personas minimizan su malestar o temen pedir ayuda por miedo al juicio. Además, las redes sociales refuerzan la necesidad de mostrarse felices, lo que agranda la distancia entre lo que se siente y lo que se muestra. Todo esto contribuye a que el problema se oculte hasta que el cuerpo o la mente dicen basta.

A simple vista puede confundirse con estrés, pero hay señales clave: el cansancio no mejora con el descanso, se pierde el interés por lo que antes generaba placer y aparecen pensamientos negativos constantes. El cuerpo comienza a reflejar lo que la mente intenta esconder.

Insomnio, ansiedad
Hombre angustiado y ansioso no puede dormir.
Foto: Freepik.

Detectarla a tiempo puede marcar la diferencia. Escuchar sin juzgar, validar lo que la persona siente y ofrecer ayuda práctica son pasos importantes. Si el malestar persiste más de dos semanas o hay pensamientos de autolesión, es fundamental buscar apoyo profesional.

El tratamiento suele combinar terapia psicológica con hábitos saludables: dormir bien, hacer ejercicio, reducir el uso de pantallas y reconectar con actividades significativas. En algunos casos, puede ser necesaria medicación bajo control médico.

Salir del modo automático no implica hacer más, sino sentir más. Pedir ayuda, descansar y practicar la autocompasión son actos de valentía, no de debilidad. La depresión funcional recuerda que incluso quienes parecen tener todo bajo control pueden estar luchando en silencio. Reconocerlo es el primer paso para volver a vivir con sentido.

En base a El Comercio/GDA

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