Qué es el journaling, la práctica sencilla que podemos hacer a diario y mejora nuestra salud mental

Expertos en Psicología recomiendan incluir este método en la rutina diaria para conectar con uno mismo, estimular sentimientos de gratitud y promover la reflexión.

Escribir a mano ayuda a fortalecer la memoria
Persona escribe a mano.
Foto: Freepik.

En un contexto marcado por el estrés y la inmediatez, muchas personas están adoptando el journaling o escritura de diarios personales como una herramienta para conectarse consigo mismas. Esta práctica incorpora afirmaciones, técnicas de introspección y elementos visuales y es respaldada por profesionales de la salud mental por sus efectos positivos en el bienestar emocional.

Escribir de manera regular permite organizar ideas, regular emociones, fomentar la creatividad y establecer un espacio personal de reflexión. Christian Echeverría, psicólogo especializado en procesos de duelo, explica que esta práctica tiene bases neurológicas. “El hipocampo, encargado de almacenar recuerdos a largo plazo, se ve influido por experiencias no resueltas de la infancia. Escribir sobre ellas puede modificar las conexiones neuronales y transformar la respuesta emocional”, afirma.

Según el experto, al registrar pensamientos, emociones y sensaciones corporales, el cerebro puede reinterpretar experiencias traumáticas. “Cambiar la ‘película mental’ que reproducimos también puede cambiar nuestra vida”, asegura.

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Persona escribe a mano.
Foto: Freepik.

Desde la clínica Neurosiente, la psicóloga Alma Suret coincide en que el journaling puede ser una herramienta útil en contextos terapéuticos. “Al escribir sobre lo que sentimos, se facilita el reconocimiento emocional y pueden aplicarse técnicas para manejar esas emociones”, indica.

Suret recomienda comenzar con registros de experiencias positivas, como escribir al finalizar un pasatiempo. También sugiere incluir mensajes de autoafirmación y descripciones de momentos placenteros, lo que contribuye al desarrollo de una mirada más compasiva hacia uno mismo.

Para establecer el hábito, Echeverría propone acompañar la escritura con rutinas de autocuidado, como una alimentación saludable, ejercicio, descanso adecuado y vínculos afectivos. Además, recomienda escribir en primera persona, en tiempo presente, sin juzgar ni editar lo que se plasma en el diario.

Algunas estrategias recomendadas incluyen la descripción sensorial del entorno o ejercicios de visualización como el “arcoíris emocional”, donde se asocian colores con recuerdos y emociones. Existen diferentes tipos de journaling adaptados a diversas necesidades:

  • Diario de gratitud: enfocado en registrar motivos de agradecimiento diario.
  • Diario de objetivos: útil para planificar metas a corto y mediano plazo.
  • Diario de aprendizaje y reflexión: orientado a registrar lecciones y experiencias significativas.
  • Diario de viajes: como memoria emocional de lugares y encuentros.
  • Diario de hábitos: para monitorear rutinas saludables.
  • Diario terapéutico: empleado como herramienta complementaria en procesos psicológicos.

El Tiempo/GDA

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