Noelí Seveso constataba que su hija, por entonces de siete años, tenía dificultades para fijar algunos conceptos cuando estudiaba para la escuela. Seveso, diseñadora gráfica y con facilidad para dibujar, empezó a hacer representaciones visuales de esos conceptos, con flechas, formas y otros recursos gráficos para ayudarla en ese aprendizaje. “No es que ella no los entendiera, porque sí los entendía y me los explicaba. Pero pasaba un día o dos y se olvidaba. Cuando empecé a ayudarla con dibujos y otras representaciones visuales, ahí empezó a recordarlos. Ya no se olvidaba”, cuenta.
Esos fueron los primeros acercamientos de Seveso al visual thinking —o pensamiento visual— una manera de comunicar, razonar, comprender y recordar a partir de imágenes. Hoy, ella capacita a otros, en particular a distintos equipos de trabajo en el mundo empresarial, en esa manera de acercarse al aprendizaje. Puesta a definir esa área de su expertise, dice que el pensamiento visual es “la capacidad de comprender y comunicar todo tipo de información a través del uso de recursos visuales”, básicamente dibujando.
Sin embargo, no es que uno tenga que ser un dibujante consumado para poder empezar a comunicar y comprender de esa manera. Ayuda, claro. Pero no es imprescindible ser Da Vinci. Pone el ejemplo de algo que mucha gente hace mientras, por ejemplo, habla por teléfono con alguien por algún tema profesional. Muchos, mientras conversan, van garabateando. “No se trata de hacer dibujos artísticos”, afirma, “sino conceptuales. Esos dibujos tan simples y básicos pueden ayudar a alguien a obtener una representación visual de lo que se está hablando”.
Se trata, agrega, de darle a la persona ciertas herramientas muy básicas para que esta dibuje conceptos e ideas, y que esas representaciones visuales contribuyan a establecer una conexión entre lo abstracto y el dibujo, para así comprender y recordar esos razonamientos o, también, proyectos a llevar a cabo.
En realidad, continúa Seveso, eso de dibujar para entender o para plasmar en la memoria ciertas nociones, es algo que mucha gente hace intuitivamente durante la infancia. Lo que pasa, según ella, es que luego ese proceso se corta cuando uno entra en el sistema educativo, que muy a menudo recurre a otras metodologías educativas. Sin embargo, sostiene que es no es nada complicado “rescatar” esas habilidades o métodos porque “nuestro cerebro piensa de forma visual. Si yo te pido que pienses en tu familia o en tu perro, por poner un caso, lo que te viene a la mente es una imagen, una representación visual de tu familia o mascota. Dejamos de lado eso porque el foco se pone en aquellas actividades que se nos hacen más difíciles, como aprender a hablar o razonar matemáticamente”.
En Uruguay, agrega, todavía estamos “en pañales” respecto de esta manera de aprender y comunicar, pero en otros países ya son tópicos más familiares. Sería importante, dice, incorporar este tipo de herramientas en la educación, pero comenta que eso no ocurrirá de la noche a la mañana, porque las instituciones educativas tienen sus tiempos y estructuras. Aún así, Seveso ya ha aportado algunas de las pautas del pensamiento visual a algunos docentes del Plan Ceibal, en cursos e instancias que ella ha diseñado para esos equipos. “Por ahora, es algo que a lo que los docentes han accedido, para aplicar en clase, pero no ha llegado todavía a los alumnos".
Fuera del sistema educativo formal, apunta, es una metodología que puede reportar múltiples beneficios, no solo para niños y jóvenes, sino también adultos. No hay edad para empezar a pensar visualmente, para comprender y comunicar mejor a partir de los dibujos que uno mismo hace. “Puede ser útil para todas las personas, independientemente de su edad o formación”, sostiene. En particular, añade, el pensamiento visual puede implementarse tanto en un aula como en un ámbito laboral. Un proyecto profesional en un lugar de trabajo puede ser comprendido de otra manera, complementaria a la verbal o escrita.
Si uno llega a sintetizar de manera contundente en los dibujos los aspectos más importantes de ese proyecto, eso puede facilitarle al equipo de trabajo no solo la comprensión de este, sino también a fijarlo en la memoria visualmente. “También podés evitar malos entendidos, porque una imagen puede transmitir información de una manera inequívoca, dado que el lenguaje de las imágenes tiene un alcance casi universal”. De esta manera, concluye, se deja menos cosas libradas a la interpretación del receptor del concepto o mensaje, lo cual redunda en mayor eficacia en la comunicación.
El arte y el lenguaje
Según cuenta Noelí Seveso, uno de los primeros divulgadores relativamente contemporáneos del pensamiento visual fue el psicólogo alemán Rudolf Arnheim (1904-2007), quien en 1954 publicó un libro, Arte y percepción visual, presentando este enfoque. De acuerdo a lo que cuenta Seveso, Arnheim renegaba de la romantización y endiosamiento de los artistas visuales, por considerar que eso entronizaba al arte en un lugar inalcanzable para el grueso de la población. Lo cual, a su vez, causaba un alejamiento del común de la gente del dibujo como vía de expresión individual. Y con eso, la posibilidad de comunicación a través de lo visual.
En la entrada de Rudolf Arnheim en Wikipedia, en tanto, se explica que para el psicólogo, el hombre moderno ”está permanentemente acosado por el mundo del lenguaje”, ante lo que él reacciona diciendo que “existen otras formas de aprender el mundo”, basadas por ejemplo, en lo visual. Para Arnheim, hay aspectos de una obra de arte que no pueden ser expresados o descritos en palabras, porque “el lenguaje no provee de un medio de contacto directo con la realidad. El lenguaje solamente sirve para nombrar lo que ya ha sido escuchado, visto o pensado”.
Otros referentes de este abordaje al aprendizaje incluyen a los escritores David Grayy Sunni Brown. Esta última ha dado charlas TED sobre el pensamiento visual, que pueden consultarse en Youtube. Esta manera de encarar la comunicación y el aprendizaje ha repercutido particularmente en el mundo corporativo estadounidense, donde muchas empresas han incorporado algunos de los conceptos del pensamiento visual.