Nomofobia en niños y adolescentes: la adicción silenciosa al celular que crece sin que lo notemos

Cada vez más chicos sufren ansiedad al separarse del celular. Qué es la nomofobia, cómo reconocer sus señales y qué herramientas pueden ayudar desde casa a frenar esta dependencia a tiempo.

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Adolescente usando el celular por la noche.
Foto: Archivo El País.

Héctor Lazo/El Comercio GDA
En las últimas décadas vemos con preocupación cómo, desde la etapa de la niñez hasta la etapa adulta, los seres humanos vienen manteniendo una conexión con el mundo a través de las redes sociales y de las aplicaciones de videos con el uso constante del teléfono celular.

A esta condición psicológica se le denomina nomofobia, o miedo a desconectarse de la conectividad del teléfono móvil.

El miedo a dejar de estar conectado al celular podría generar en el ser humano moderno problemas tanto físicos como cognitivos. Esto puede mostrarse con manifestaciones físicas como la ansiedad, irritabilidad, sudoración… En los casos más extremos pueden llegar incluso a sufrirse temblores o ataques de pánico provocados por la nomofobia. Este concepto se podría incluir dentro del paradigma de la adicción al móvil.

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Adolescentes y celulares

Posibles causas.

Un mecanismo fisiológico que podría estar influyendo en esta adicción al móvil es la dopamina. Este neurotransmisor nos otorga placer, y aparece cuando realizamos ciertas acciones a modo de recompensa, para que las repitamos varias veces y sigamos recibiendo esa sensación (alegría, conexión con otra persona, paz, amor, relajación, disminución de la ansiedad…) que nos provoca un comportamiento concreto.

Aparece cuando se reciben likes, algún comentario favorable o me gusta en redes sociales, cuando se habla por videollamada con otra persona… lo que puede fomentar la repetición del uso del móvil y el miedo producido por la nomofobia.

Es decir, al tener la adicción al celular nos provoca temor el perder el mismo, originándose la nomofobia.

La población más propensa.

Definitivamente, la población más propensa es la adolescencia. Es una etapa evolutiva compleja y con diversidad de conflictos. Los adolescentes están más expuestos a diferentes riesgos, entre los que se pueden encontrar la nomofobia o la adicción al móvil. Aquí algunas razones por las cuales debemos poner atención:

- Desarrollo cerebral: el cerebro de los y las adolescentes aún está en crecimiento, especialmente en las áreas relacionadas con la toma de decisiones y el control de impulsos.

- Presión social: en esta etapa la presión social es muy importante. Quieren sentirse aceptados y populares entre sus amistades y grupo de referencia, y a menudo ven el uso del teléfono móvil como una forma de lograrlo. Estar conectados se ha convertido en un ámbito social.

- Búsqueda de identidad: la adolescencia es un periodo de búsqueda de identidad. Utilizan el teléfono móvil como un medio más para explorar diferentes roles y personalidades a través de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería.

- Necesidad de conexión: se tiene una gran necesidad de conexión social. El teléfono móvil les permite estar en contacto con sus amistades y familiares en todo momento, lo que puede ser especialmente importante para quienes se sienten solos o aislados.

A qué hay que prestar atención.

Algunas de las señales que indicarían adicción al celular o desarrollo de nomofobia son:

- Uso de mayor cantidad de horas: progresivamente, el adolescente va incrementando la cantidad de horas que está con el celular y es una persona que está pendiente de la carga de la batería.

- Irritabilidad cuando no tiene acceso al teléfono: presenta conductas de enojo, ira, ansiedad, expresiones soeces.

- Revisa constantemente el teléfono: acción compulsiva de revisar el teléfono constantemente, revisión de todas las redes sociales a las que pertenece.

- Tensión cuando demora la respuesta: signos de ansiedad ante la demora de una respuesta que esperaba.

De ver estas señales, lo recomendable es llevarlo a que sea visto por un psicólogo.

Cómo ayudar.

Para prevenir la nomofobia desde casa hay algunas recomendaciones, como por ejemplo:

- Establecer límites en el uso del celular: es bueno poner un horario en el uso del teléfono, de preferencia que sea después de realizar sus tareas, evitando con eso también la procrastinación, así como reducir la adicción al teléfono y la aparición de la nomofobia.

- Ser ejemplo: usted puede y debe ser un ejemplo para sus hijos e hijas sobre lo que se considera un uso adecuado del teléfono móvil. Los niños y jóvenes imitan las conductas de sus padres, y uno no tendría autoridad moral para realizar una corrección si no lo hace adecuadamente.

- Respetar los momentos de socialización: los momentos que pasamos en familia (como por ejemplo un almuerzo o una cena) deben ser respetados, y eso incluye cuando uno visita a familiares, ya sea en una casa o en un hospital; estos espacios pueden ser un buen lugar para evitar el uso del teléfono.

- Realizar actividades alternas: es decir, buscar espacios donde el niño o el adolescente limite el uso del teléfono: puede ser practicar deportes, o realizar actividades como leer, ir al cine, al teatro o pasar el tiempo con amistades y familiares.

Muchas veces son los propios adolescentes los que aceptan que no son capaces de controlar el uso del teléfono móvil por sí mismos. De ser así, es importante que se busque ayuda de un psicólogo especializado en adolescentes para que pueda ayudar a su hijo o hija.

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