Redacción El País
El psicoanalista y escritor Gabriel Rolón reflexionó recientemente, durante una charla en un programa de streaming, sobre la importancia de la inseguridad como parte del crecimiento personal y de los vínculos afectivos. Lejos de considerarla un defecto, planteó que la duda puede ser una herramienta valiosa para mantener relaciones más conscientes y saludables.
"No me gusta la gente que está demasiado segura de sí misma; la gente que no duda, que no escucha, que no piensa que puede estar cometiendo un error", señaló. Según Rolón, la seguridad absoluta puede transformarse en una trampa: "La seguridad a veces puede llevarte a persistir en la necedad".
En ese sentido, explicó que la incertidumbre cumple una función esencial en las relaciones amorosas. "A veces está bueno estar inseguro, en todos los sentidos. Es bueno estar inseguro en el amor. No la inseguridad del 'te amo o no te amo', pero sí en saber que es un vínculo en riesgo, que lo tengo que cuidar", sostuvo.
Para el terapeuta, la inseguridad no debe confundirse con falta de autoestima. Más bien, se trata de una conciencia madura de que los vínculos son frágiles y necesitan atención constante. Esa actitud permite valorar más al otro y mantener una disposición al diálogo, la empatía y el cambio.
Rolón extendió su reflexión más allá del amor, trazando un paralelismo con otros ámbitos de la vida, como el deporte. "Está muy bien saber que uno se preparó y estar seguro de que juega bien y que está físicamente bien; ahora, hay que tener cuidado de que esa seguridad no se desmesure al punto de que uno subestime la situación", advirtió.
Así, la seguridad absoluta puede actuar como un sesgo e incluso formar parte de un proceso de negación, indicó. Esto repercute en el crecimiento personal: "Está bueno tenerse confianza, pero no siempre sirve para crecer. Muchas veces, al contrario, uno se tiene tanta confianza que no crece. Hay que ser más amable con las virtudes ajenas y más consciente de los errores propios. Eso es lo que ayuda a crecer".
De esta manera, Rolón invita a repensar la forma en la que nos pensamos a nosotros mismos y a las relaciones interpersonales. En vez de aspirar a vínculos libres de dudas, propone aprender a convivir con la vulnerabilidad como parte natural del amor y del proceso de crecimiento personal.
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