El error más común que cometemos cuando queremos agradarle al otro, que genera el efecto contrario

Psicólogo explicó por qué este hábito no solo no genera atracción, sino que incluso provoca rechazo; además, remarcó la importancia de ser uno mismo.

Pareja conversa, discute
Mujer avergonzada conversa con su pareja.
Foto: Freepik.

Redacción El País
En el pódcast Entiende tu mente, el psicólogo español Luis Muiño abordó un fenómeno que suele pasar inadvertido: cuanto más alguien se esfuerza por parecerse al otro, menos atractivo resulta. Imitar gustos, suavizar opiniones o esconder rasgos propios para ser aceptado es un error común, señaló y agregó que creer que si nos convertimos en un reflejo de la otra persona esta nos querrá más, es falso.

Muiño advirtió que esta estrategia, lejos de acercar, provoca el efecto opuesto. La adaptación excesiva borra aquello que distingue a cada persona y que puede dar sentido a una relación: la autenticidad. “Nos atraen quienes son diferentes, porque nos aportan algo nuevo, porque nos enriquecen con lo que no tenemos”, señaló.

Discusión pareja
Pareja discutiendo.
Foto: Freepik.

El especialista subrayó que las relaciones más nutritivas no se construyen a partir de la similitud, sino de la complementariedad. Incluso los retos que supone convivir con alguien distinto no deberían ser vistos como un problema, sino como un motor de crecimiento, porque nos obliga a abrir caminos y nos muestra lo que aún podemos llegar a ser.

Como reflexión final, Muiño propuso dejar de lado la obsesión por agradar a costa de uno mismo y aprender a valorar la singularidad. Relajarse en los vínculos, conservar la propia esencia y aceptar las diferencias, afirmó, es lo que realmente hace interesante a una persona.

En base a información de El Tiempo/GDA

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar