Cómo evitar reaccionar mal frente a comentarios irritantes en las cenas de Navidad y Año Nuevo, según expertos

Las cenas de Navidad y Año Nuevo no tienen que ser perfectas para ser valiosas; aceptar que puede haber comentarios incómodos y que no todo se puede controlar reduce la frustración.

Cena familiar, Navidad
Familia se reúne para la cena de Navidad.
Foto: Freepik.

Redacción El País
Las cenas de Navidad y Año Nuevo suelen reunir a familiares y amigos que no siempre comparten miradas, valores o estilos de vida. En ese contexto, los comentarios incómodos —sobre el trabajo, la pareja, el cuerpo, la crianza o decisiones personales— aparecen con frecuencia y pueden detonar discusiones que empañan el encuentro. La psicología explica por qué estos roces son tan habituales en las fiestas y ofrece estrategias concretas para atravesarlos sin perder la calma.

Según especialistas en salud mental, diciembre es un mes de alta carga emocional. Se combinan el cansancio del cierre de año, las expectativas de “armonía familiar”, el consumo de alcohol y el reencuentro con vínculos que muchas veces arrastran historias no resueltas. Todo eso baja la tolerancia a la frustración y vuelve más probable una reacción impulsiva.

Además, en los encuentros familiares suelen reactivarse roles antiguos: el hijo, la hermana menor, el primo “rebelde”. El cerebro responde desde memorias emocionales viejas, incluso cuando la persona ya no se identifica con ese lugar.

Cena torta postre
Mujer comiendo un postre en la cena de Navidad.
Foto: Freepik.

La pausa: el recurso más simple y efectivo

Los expertos coinciden en que no responder de inmediato es clave. Ante un comentario irritante, hacer una pausa —respirar profundo, tomar agua, levantarse a buscar algo— permite que el sistema nervioso se calme antes de reaccionar.

Este pequeño espacio activa la corteza prefrontal, la zona del cerebro encargada de regular impulsos, y evita que la respuesta salga desde la emoción pura. No todo comentario merece una respuesta. La psicología sugiere preguntarse internamente: ¿Vale la pena entrar en esta discusión hoy?

Muchas veces, proteger el clima de la cena es más saludable que tener razón. Responder con frases neutras como “prefiero no hablar de eso ahora” o “después lo charlamos” ayuda a poner límites sin confrontar.

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Cena de Navidad.
Foto: Pexels.

El humor como desactivador de tensión

Usado con cuidado, el humor puede ser una herramienta poderosa. Una respuesta liviana o irónica puede descomprimir la situación y cambiar el foco de la conversación sin generar conflicto directo. Los expertos aclaran que el humor no debe ser agresivo ni sarcástico, sino una forma amable de correrse del lugar de ataque.

Otro punto clave es no tomárselo personal. Muchos comentarios irritantes hablan más de quien los dice que de quien los recibe. Proyecciones, inseguridades o viejos mandatos suelen aparecer con fuerza en estas fechas. Recordar esto ayuda a despersonalizar el comentario y evitar que impacte en la autoestima o genere una reacción desmedida.

Cuidarse también es retirarse

Alejarse un rato, cambiar de mesa o incluso irse antes no es una derrota, sino una forma válida de autocuidado. Las fiestas no obligan a exponerse a situaciones que resultan emocionalmente dañinas. Las cenas de Navidad y Año Nuevo no tienen que ser perfectas para ser valiosas. Aceptar que puede haber comentarios incómodos y que no todo se puede controlar reduce la frustración y baja las expectativas irreales.

Según los expertos, evitar reaccionar mal no significa callarse siempre, sino elegir conscientemente cómo y cuándo responder, priorizando el bienestar propio y el clima del encuentro. Atravesar las fiestas con mayor calma también es una forma de empezar el año cuidándose.

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