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La vejez es una etapa inevitable y es que la solemos asociar con la soledad, enfermedades y el deterioro del cerebro y sus funciones cognitivas. En especial, muchas personas hasta le causa ansiedad el pensar del ir perdiendo la memoria pasado los años.
La memoria es una de las funciones mentales más complejas que tiene el cerebro, ya que realiza el trabajo de almacenar y codificar información; esto incluye experiencias, sentimientos, imágenes, ideas o cualquier situación que una persona haya vivido.
De acuerdo con Mayo Clinic hay varios comportamientos que determinan que la salud del cerebro se viene deteriorando:
- Olvidar palabras comunes al hablar.
- Hacer las mismas preguntas muchas veces.
- Demorarse más en realizar tareas conocidas como seguir una receta.
- Extraviar cosas y colocar objetos en lugares inapropiados.
- No recordar el regreso a casa o cómo llegar a un destino.
- Tener cambios de humor sin razón aparente.
Ejercicios para el cerebro

Una de las funciones del cerebro es ser cognitivo, por esto el proceso de memorización se refuerza aprendiendo. Algunas cosas que se pueden hacer para ejercer la mente y concentración son:
- Aprender cosas nuevas. Aprender a tocar un instrumento, hacer un curso, aprender una habilidad o un arte, ayuda a captar el interés y la atención, lo cual es fundamental porque físicamente el cerebro está generando o enlazando conexiones neuronales. Se ha demostrado que en pacientes con alzheimer este tipo de actividades sirven como terapias para ayudar a ejercitar el cerebro y que no se pierdan dichas conexiones.
Aprender a tocar un instrumento es una excelente forma de mantener el cerebro sano. Foto: Freepik. - Encontrar desafíos cotidianos de memoria. El doctor Richard Restak en su reciente libro "La guía completa para la memoria: la ciencia de fortalecer la mente", menciona que en la vida cotidiana hay un sinfín de desafíos para ejercitar la memoria. Por ejemplo, sugiere redactar la lista de compras del supermercado y memorizarla. Al llegar al lugar, en lugar de leerla, intenta recoger todo lo que te acuerdes. Otro ejercicio puede ser manejar el auto sin encender el GPS e intentar recorrer tu trayecto de memoria.
- Tener cuidado con la tecnología. Tener cuidado con la “distorsión tecnológica”, que es almacenar todo lo que no sabemos en el teléfono, por lo que nuestras capacidades quedan flojas. Por ejemplo, si querés recordar algo, lo anotás en el celular, pero no hacés el esfuerzo de intentar recordarlo. La tecnología nos “desvía” y distrae de las tareas que debemos hacer. “Hoy en día, las personas pueden consultar su correo electrónico mientras ven Netflix, hablan con un amigo o caminan por la calle. Todo esto impide nuestra capacidad de concentrarnos en el momento presente, que es fundamental para codificar los recuerdos”, aseguró el médico.
- Escuchar música. Acostumbrate a escuchar música cuando estés en casa, cocinando, en el coche, en el trabajo, cuando haces ejercicio, etc. Y si podés, aprendé a tocar un instrumento. Puede ser un reto muy interesante para poner en marcha y trabajar de forma específica la memoria procedimental, además de nuestra memoria explícita.
- Encontrar un hobby. Resuelve crucigramas, autodefinidos o sopas de letras que te ayudarán a activar el manejo del lenguaje, o los sudokus que potenciarán tus capacidades matemáticas. Los juegos en los que tienes que encontrar diferencias te ayudarán a trabajar la atención visual y los jeroglíficos impulsarán el pensamiento lógico.
- Dormir lo necesario. Una adecuada calidad e higiene del sueño, es fundamental para el buen funcionamiento cognitivo y para nuestro bienestar en general. Durante las diferentes fases del sueño, se consolidan nuestros recuerdos, y se sabe que el sueño es un proceso activo, que se encuentra muy relacionado con el aprendizaje.
- Realizar ejercicios. Con frecuencia marcamos una diferencia entre cerebro y fuerza muscular. Pero de hecho ponerse en forma es una de las maneras mas seguras de desarrollar tu mente. La actividad física no solo establece un mejor flujo sanguíneo al cerebro, sino que también dispara un aumento de proteínas como la del “factor del crecimiento nervioso” que pueden ayudar a estimular el crecimiento y mantenimiento de las conexiones neurales del cerebro.
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